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6 dic 2014

Lecturas de la ciudad. Paseos por espacios significativos.

Roma. Campidoglio
Espacio y Comunicación son dos nociones amplias con convergencias diversas. Entre esa variedad relacional nos interesa la que se refiere a la capacidad del espacio para transmitir mensajes a través de su propia configuración.
Esto implica, en primer lugar, la necesidad de superar la condición funcional de la arquitectura y de los espacios urbanos para considerarlos sistemas de signos, es decir, entidades dotadas de significado. En este sentido, atribuimos  a la expresión “espacio significativo” la capacidad de convertirse en canal de expresión atemporal para transmitir mensajes.
Así pues, nos dirigimos hacia los procesos de comunicación y sobre ellos sustentaremos la idea de “lectura” de la ciudad que, como en todo acto comunicativo, traslada información desde unos emisores hasta unos receptores a través de un canal (los espacios de la ciudad) y cuya revelación efectiva depende de un código de interpretación, e incluso de un contexto que lo condiciona.
No obstante, la “lectura” de la ciudad adquiere matices particulares. Es el caso, por ejemplo,  de las lecturas afectivas o poéticas que se originan desde claves individuales e íntimas. Pero sobre todo, nos importa el acercamiento colectivo de carácter sociocultural, la conexión a través de la cual podemos aspirar a conocer los deseos y los logros de las generaciones anteriores y también a descubrir las esencias de nuestra propia contemporaneidad. Estos mensajes forman parte del “corpus” cultural que determina nuestra forma de ser y actuar. Por eso, aprender a “leer” la ciudad es un objetivo esencial para conocernos a nosotros mismos.