Hay delimitaciones que conjugan la barrera efectiva con la continuidad visual sin muros aparentes. Ha-ha en Rousham Garden, Oxfordshire, Gran Bretaña [Fuente: Jack Wallington Garden Design] |
Vamos a aproximarnos
a dos casos con ciertas similitudes en su operatividad que se encuentran
muy distanciados en el tiempo, aunque están cercanos en el espacio. El primero fue
una práctica neolítica, característica del sur de Gran Bretaña, basada en la
excavación de zanjas y la creación de terraplenes contiguos siguiendo trazados
circulares u ovalados: los henge. El segundo surgió varios
milenios después, en el siglo XVIII, también en Inglaterra. Fue un curioso
sistema inventado para los jardines paisajistas ingleses que pretendía marcar
los límites de tal forma que pasaran desapercibidos desde el interior: los ha-ha.
El muro es el paradigma de la delimitación espacial, pero
antes de que estas barreras se convirtieran en el recurso habitual para
determinar recintos urbanos, otros procedimientos cumplieron misiones
similares. Por ejemplo, los hombres primitivos, con tecnologías elementales y
obligados a contar solamente con los recursos del entorno, definieron lugares
por medio de sencillos movimientos de tierra, aunque las delimitaciones sin
muros no son una cuestión exclusiva de la Prehistoria.