Estados Unidos en 1790. Cristian Ionita |
Tras conseguir la Independencia, los Estados Unidos de América emprendieron la “conquista del oeste”. En ese proceso histórico se encontraron con inmensos territorios discretamente poblados por tribus indígenas.
El establecimiento del dominio y control sobre esas regiones forma parte de la leyenda del país. Pero la forma de organización y gestión de esos territorios es poco conocida. Se trataba de colonizar extensas superficies y para ello recurrieron a la inspiración ofrecida por otro gran colonizador: el Imperio Romano. Los romanos ordenaron parte de su territorio a través del sistema denominado “centuriación”, procedimiento que “cuadriculaba” el territorio para distribuir el equivalente de una centuria (50 hectáreas) a cien colonos.
La distribución territorial de los Estados Unidos es una variante moderna de la Centuriación romana, y por ello, la trama ortogonal fue la estrategia adoptada.
El sistema ordenó no solo los estados de la nación sino que marcó las trazas de muchas de las futuras ciudades. Chicago es una de esas poblaciones cuyo trazado se explica desde las claves colonizadoras.