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14 abr 2012

Coremas: esquemas de síntesis visual para la representación y comprensión de territorios y ciudades

Geometrización de la ciudad antigua de Praga con su topografía, sus cauces fluviales, castillos y murallas
La representación de los territorios y de las ciudades es una de las tareas básicas de la Geografía y del Urbanismo. A partir de unas adecuadas bases gráficas se puede abordar la comprensión de la realidad, la detección de tendencias y dinámicas, o la decisión sobre estrategias para el futuro.
La Cartografía como medio para ello, ha exigido grandes esfuerzos de conceptualización así como importantes medios técnicos. Desde la representación a escala, con mapas y planos caracterizados por una voluntad realista (aunque condicionada por las técnicas de proyección), hasta la modelización abstracta de la realidad, fundamentada en rasgos esenciales de la misma, hay un amplio campo de actuación. La Topografía, la Geometría, la Topología, la Teoría de Grafos, o la Teoría General de Sistemas han contribuido aportando conceptos y diferentes procedimientos.
En esta línea se encuentran la Coremática (chorématique) y los coremas (chorèmes). En 1980, en un artículo publicado en el número 4 de la revista L'Espace géographique, con el título La composition des modèles dans l'analyse spatiale”, el geógrafo francés Roger Brunet introducía estas nociones como una nueva herramienta para el análisis territorial. Brunet definió la chorématique como un “alfabeto del espacio”, dentro del cual cada chorème se convierte en una “estructura elemental del espacio”.
El neologismo propuesto por Brunet plantea una representación conceptual y esquemática de la realidad espacial que no pretende simplificarla sino mostrar toda su complejidad con ayuda de formas geométricas. Un corema busca esencializar las formas y dinámicas territoriales en un esfuerzo de síntesis que muestra un gran potencial didáctico y nemotécnico.

Desde la década de 1970 la Geografía siguió un razonamiento sistémico que impulsó diferentes reflexiones sobre el concepto de organización espacial. Roger Brunet (1931), uno de los más innovadores representantes de la Geografía francesa, definió la organización espacial como “un conjunto, más o menos coherente, de lugares relacionados. Este conjunto se encuentra a la vez, diferenciado e integrado en áreas y redes dentro de las cuales circulan los flujos”

La interpretación de Francia, realizada según la técnica de los coremas, suele transformar el territorio en un hexágono regular, sobre el que se aplican los análisis.

La palabra propuesta es un neologismo acuñado Brunet en el artículo mencionado, a partir del término griego choré (kwrh), que significa espacio, y al que añadió el sufijo -ème, utilizado para designar elementos y estructuras. En definitiva, corema significa espacio comprendido, aprehendido y relacionado.
La complejidad del territorio obliga a la utilización de herramientas de análisis que permitan abordarlo. La representación esquematizada es una de ellas. Un corema es una representación esquemática de una realidad espacial, que no pretende simplificar la realidad sino permitir el acceso a su complejidad con ayuda de formas geométricas.
Los coremas exigen un primer esfuerzo de síntesis para presentar el territorio o la ciudad a través de una expresión fuertemente geometrizada, capaz de mostrar los rasgos esenciales y característicos del espacio analizado. En ocasiones se ofrecen representaciones muy primordiales que suelen aplicarse a grandes territorios (como el característico hexágono francés o el cuadrado español), mientras que en otras, las figuras son más complejas geométricamente (como el ejemplo de la Praga antigua del inicio de este artículo).
Sobre estas bases se aplican los resultados de la investigación y de  los análisis de dinámicas territoriales o urbanas. Para ello es habitual utilizar ciertos códigos (a través de líneas, flechas, continudades, discontinuidades, corchetes, gradientes, etc.). 
Como ayuda, y sugerencia de análisis para ayudar a la representación de dichas dinámicas, Brunet propuso una matriz estructurada en 4 columnas y 7 filas, con cierta pretensión semiológica. Las columnas definen las figuras clave (puntos, líneas, área y redes) y las filas muestran las estrategias y lógicas socio-territoriales esenciales, variables en su significado para cada una de las columnas, generando 28 opciones.
1.   Estructuras malladas (maillage) referido a la estructuración del espacio, su parcelación con objetivos como propiedad, explotación, administración, etc.
(Lugares de cabecera / límites administrativos /  estado-región / centros-límites-polígonos)
2.    Estructuras regulares (quadrillage, treillage) referidas a los flujos que recorren los territorios, sobre todo en cuanto a las redes de comunicación.
(origen de red, polos, encrucijada, triangulaciones / vías de comunicación / áreas homogéneas como desierto-irrigación-drenaje, etc. / red)
3.    Atracción, gravitación (attraction)
(puntos atractores-satélites / líneas de isotropía-órbitas / áreas atractivas-de atracción / enlaces preferentes)
4.    Contacto (contact)
(punto de paso (de conexión) / ruptura-interface / áreas en contacto / base-cabeza de puente)
5.    Tropismo (tropisme)
(flujos direccionales / líneas de división / superficies de tendencia / disimetrías)
6.    Dinámica Territorial (dinamique territoriale)
(evoluciones puntuales / ejes de propagación / áreas de extensión-expansión-retracción / tejidos de cambio)
7.    Jerarquía (hierarchie)
(semillas urbanas / relación de dependencia-límites administrativos / subconjuntos-subordinaciones / red mallada)

Matriz propuesta por Roger Brunet con las 28 (4x7) estructuras básicas sobre las que fundamentar los coremas.

Los coremas tienen cierta relación de parentesco con las representaciones topológicas y los grafos y se han convertido en una buena base para la modelización gráfica del análisis regional. Frente a la representación figurativa, realista, geométrica apuestan por la representación abstracta, topológica. Algo parecido a lo sucedido en los habituales esquemas de redes urbanas de metro, que suelen agruparse en dos categorías: por un lado, las que aportan un dibujo de líneas próximo a la realidad que, aunque escalada, permite captar las distancias entre los nodos de las estaciones, y por otro, las representaciones topológicas en la que las distancias carecen de interés para fijarse únicamente en las conexiones. En este sentido, actúan los coremas, que también han encontrado una aplicación en el wayfinding.
Análisis del territorio español realizado por Robert Ferras, de la Universidad de Montpellier, utilizando la técnica de los coremas. (Fuente: FERRAS, R. (1985), L'Espagne: écritures de géographie regional;  y FERRAS, R. (1986), España/Espagne/Spain)
Son muchos los geógrafos que ven en los coremas una herramienta excesivamente esquemática, y le reprochan su falta de localización precisa pero, en cualquier caso, suponen una herramienta muy útil para comprender la configuración espacial de ciudades y territorios así como su organización y dinámicas fundamentales.

1 comentario:

  1. tengo más de 35 años trabajando en planeación urbana, he coordinado muchísimos planes y a pesar que soy antropólogo, es cierto que lo fundamental de un plan de desarrollo urbano es la cartografía. El diseño del plano debe ser claro, coincidir la solapa con los símbolos plasmados en plano. Técnicamente lo primero que siempre se resuelve es la calidad de representación de planos. Este aspecto es desdeñado por muchos profesionales y incluso doctores en planeación que han hecho planes que de entrada su cartografía es sumamente deficiente. Puedo decir quienes pero no se trata de eso

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