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11 may 2012

Itinerarios para una Arquitectura del Paisaje. (III.2. Taxonomía, criterios botánicos y arquitectónicos)


“Itinerarios para una Arquitectura del Paisaje” ofrece los contenidos principales de la asignatura que fue impartida en la Escuela de Arquitectura de la Universidad CEU San Pablo de Madrid por José Antonio Blasco y Carlos Martínez-Arrarás. El índice del contenido sirve de clave para su ordenación.
En esta entrega (III.2.) se profundiza en la Taxonomía, atendiendo a la clasificación de las plantas tanto desde criterios botánicos como arquitectónicos.


III.2. Taxonomía, criterios botánicos y arquitectónicos.

Clasificar los seres vivos
La antigua clasificación de los seres vivos en dos grupos, animales y plantas, se encuentra actualmente modificada como consecuencia de los últimos descubrimientos biológicos. El sistema más aceptado presenta cinco grandes grupos o reinos, y fue propuesto por R.H.Whitaker en 1959:
• Moneras (bacterias)
• Protoctistas (algas, protozoos, mixomicetos, etc.)
• Hongos (setas, mohos, líquenes)
• Animales (invertebrados, vertebrados)
• Plantas (musgos, helechos, gimnospermas y angiospermas)”
Por lo tanto, lo que tradicionalmente se ha conocido como una unidad denominada “reino vegetal”,  en realidad agrupaba organismos vivos muy diversos, que hoy forman tres reinos diferentes:
• Reino Protista (Algas)
• Reino Fungi (Hongos)
• Reino Plantae (Plantas)
Nuestro interés se centra en las Plantas.
El reino de las Plantas se divide en siete divisiones (phyla; singular: phylum):
• Bryophyta (briófitos, entre los que destacan las clase de los musgos)
• Lycopodophyta, (licopodios)
• Filicinophyta, (helechos)
• Sphenophyta, (equisetos)
• Psilophyta
• Pinophyta(gimnospermas)
• Magnoliophyta (angiospermas)
Estos phyla suelen agruparse, siguiendo un esquema tradicional, en dos grupos bien diferenciados: las plantas inferiores o sin flores (los cinco primeros) y las plantas superiores, portadoras de flores y semillas (el resto).
Nuestro interés se centrará en las plantas superiores.

Taxonomía botánica
Ante la diversidad de la naturaleza, el hombre comenzó temprano a ordenar en categorías semejantes todo lo que se manifestaba a su alrededor. Esta sistematización alcanzó la madurez en el periodo ilustrado, en el que se sentaron las bases de los métodos clasificatorios.
En concreto, surge la Taxonomía, dentro de la Biología, como estudio de la clasificación de los seres vivos según sus características de semejanza o disparidad. La evolución de los métodos de investigación ha hecho más precisa la clasificación, pero, en esencia, la base de distribución de los organismos sigue atendiendo a sus características morfológicas.
La Taxonomía parte de la realidad individual de una especie (conjunto de individuos que presentan características comunes y pueden reproducirse entre sí generando individuos similares). A partir de ahí, va agrupando las especies en función de una serie de cuestiones comunes originando los "géneros". La agrupación continuará: géneros en familias, estas en órdenes, los órdenes en clases, las clases en divisiones y éstas en reinos.

Estas agrupaciones pueden resultar para nosotros menos interesantes, aunque nos permiten organizar nuestros "elementos". Más adelante veremos como la arquitectura del paisaje realiza otras clasificaciones más prácticas
Lo que sí es relevante para nosotros de la Taxonomía botánica es que a partir de estas clasificaciones se obtiene el nombre de las especies que nos permitirá identificarlas y comunicarnos sobre ellas. Cada especie tiene un nombre botánico global para todo el mundo, de forma que pueda identificarse una especie independientemente de que en cada zona reciba una denominación local, popular y variable.
En cada región recibe una denominación vulgar o común propia de cada territorio. Por ejemplo,  el pino piñonero se llama así en muchas zonas de España, pero recibe otros nombres dentro de nuestro territorio (por ejemplo pi pinyoner, en Cataluña) y desde luego diferentes en cada idioma (stone pine en inglés, pin parasol en francés, etc.). Pero solo recibe una denominación científica que agrupa dos palabras latinas (con el añadido de unas iniciales que corresponden al botánico que las describió y que para nosotros son prescindibles). Así, el pino piñonero es el Pinus Pinea L. La primera palabra designa el género, la segunda la especie y la L. corresponde a Linneo.

Clasificación de las plantas superiores (Espermatofitos)

Nuestro interés se centrará en las plantas superiores, agrupadas bajo la denominación general de “espermatofitos” dada su reproducción sexual (utilizan semillas para la reproducción)
Por su relevancia morfológica nos interesa saber que hay especies que producen sus semillas y las protegen dentro de un fruto (angiospermas) y especies que no las protegen, dejándolas desnudas (gimnospermas)
Gimnospermas (denominadas Pinophyta),  plantas cuyas semillas están desnudas, no encerradas en un fruto.
Son fanerógamas (producen flores) y espermatófitas (producen semillas), no se forman frutos y las semillas por tanto están desprotegidas.
Las flores siempre son unisexuales y generalmente están agrupadas en conos (coníferas). Los conos con las flores femeninas, al madurar se vuelven leñosos y constituyen las piñas (las piñas de las coníferas contienen las semillas o piñones). Los conos con las flores masculinas son pequeños y producen mucho polen.
Son fundamentalmente árboles (y algunos arbustos) y sus hojas son persistentes prácticamente en  todos los casos.
La división Pinophyta se divide en cuatro grandes clases (Cycadopsida, Ginkgopsida , Coniferopsida y Gnetopsida). Nuestro interés se centra en las Coniferopsidas dentro de las cuales encontramos los órdenes de las coniferales y de las taxales. Las coniferales  agrupan varias familias destacando, por ejemplo, las pináceas y las cupresáceas. Por último entre las pináceas encontramos varios géneros: abies (abetos), pinus (pinos) o cedrus (cedros).
Angiospermas, también denominada Magnoliophyta, son las plantas cuyas semillas se encuentran en el interior de carpelos.
Son fanerógamas (producen flores) y espermatófitas (producen semillas), sí forman frutos y las semillas por tanto están protegidas.
Las Agiospermas, a su vez comprenden las Monocotiledóneas (Liliopsida) y las Dicotiledóneas (Magnoliopsida). La diferencia principal entre estas dos es el número de hojitas o cotiledones de la semilla (uno o dos). Pero existen otras diferencias:
Tema                                  Monocotiledóneas                                                       Dicotiledóneas
Cotiledones                      uno                                                                                 dos
Circulación de la savia     haces vasculares dispersos                                        anillo en el interior del tronco
Hojas                                  tienen los nervios paralelos                                       los nervios forman reticula
Nervio central                  no se distingue                                                             existe nervio central
Partes florales                  se disponen en tríos con tres o seis pétalos           de 6 en 6, de 4 en 4
Leñosas                              pocas leñosas y carecen de corteza                         muchas leñosas y con corteza
Granos de polen              tienen un solo surco, o punto de germinación       tres surcos germinativos

La Clase Magnoliopsida (Angiospermas dicotiledóneas) son hierbas, arbustos y mayoritariamente árboles. Podemos agruparlas en dos categorías:
• Dicotiledóneas herbáceas (plantas de jardín y huerto, rosáceas, leguminosas, etc.)
• Dicotiledóneas leñosas (árboles y arbustos, latifolios (frondosas) caducos o perennes)
La Clase Liliopsida (Angiospermas monocotiledóneas) son plantas generalmente herbáceas, rara vez leñosas, nunca con crecimiento secundario típico, pero algunas veces con un tipo especial de crecimiento secundario con formación de haces vasculares completos y tejido de crecimiento asociado en el tallo.
Son en definitiva hierbas, arbustos y pocos árboles, de los que nos interesan los siguientes:
• Palmáceas
• Gramíneas, juncos y cañas
• Variedades de plantas monocotiledóneas (Orquidáceas, Liliáceas, etc.)

Relación entre la Taxonomía Botánica y la clasificación arquitectónica de las plantas

La taxonomía botánica no resulta clarificadora para la Arquitectura del Paisaje. El tratamiento arquitectónico de las plantas, implica, en primer lugar, su consideración como elementos capaces de configurar espacios, y como consecuencia de ello, es más importante para nosotros la denominada “clasificación arquitectónica” que agrupa las diferentes especies en función de sus características formales.
La más relevante de las características formales es el tamaño, y gracias a él, categorizamos el mundo de las plantas en tres grupos. No obstante, esta clasificación también presenta similitudes botánicas.
Si olvidáramos el rigor de una clasificación sistemática podríamos agrupar las plantas superiores (espermatofitos) en las tres categorías siguientes:
• Hierbas y plantas
• Arbustos, y
• Arboles
Esta clasificación, que está determinada por el tamaño y la forma de las especies (algo muy relacionado con nuestro interés), empieza clarificarnos los elementos con los que vamos trabajar.

No obstante podemos (y debemos) conjugar la sencillez de planteamientos como el anterior con el rigor taxonómico, puesto que nos ayudará a comprender las características de cada especie.
En este momento podemos formular nuestra clasificación intuitiva y agrupar los géneros anteriores en función de la misma:

                HIERBAS
                • Gramíneas
                • Plantas de flor (monocotiledóneas y dicotiledóneas)
                ARBUSTOS
                • Coníferas arbustivas
                • Latifolios perennes (o persistentes)
                • Latifolios caducos
                ARBOLES
                • Coníferas
                • Palmáceas
                • Latifolios perennes (o persistentes)
                • Latifolios caducos
 
Para la conformación espacial sigue siendo válida esta tradicional clasificación de las plantas por tamaños, entre hierbas, arbustos y árboles.
A partir de aquí, diferenciamos tres niveles de actuación (o estratos de ajardinamiento) con referencia al punto de vista del observador y al porte de las especies.
Nivel 1 (estrato inferior o especies sin porte o de porte bajo), compuesto por especies herbáceas y plantas de flor que presentan aproximadamente un porte de hasta 40 cm.
Nivel 2 (estrato medio o especies de porte medio), compuesto por los arbustos que superan el porte anterior y llegan aproximadamente hasta los 3 m. de altura
Nivel 3 (estrato superior o especies de porte alto), compuesto por los árboles, superando los 3 m. de altura.

El NIVEL 1 (estrato inferior o bajo), corresponde con las especies sin porte o de porte bajo y nos traslada a la jardinería de superficie. Ésta que puede ser horizontal (actuando sobre suelos) o vertical (actuando sobre muros o pilares). En general se admite que en este nivel se encuentran las especies que no sobrepasan los 40 cm. de altura.
Generalmente son herbáceas (especialmente las cespitosas o plantas de flor de temporada) aunque también podemos encontrar pequeños arbustos (trepadoras, etc.). En general su tallo no es leñoso.Las plantas herbáceas son interesantes ornamentalmente debido su espectacular floración con aportación de gran colorido a los jardines, como contrapartida se encuentra la necesidad de muchos cuidados y su breve vida (las anuales cumplen su ciclo vital en una temporada y las vivaces pierden la parte aérea en invierno y rebrotan en primavera)
Su misión principal es la de revestir superficies.
El NIVEL 2 (estrato medio), nos remite a especies con portes medio y bajo (arbustos) caracterizadas por la ramificación leñosa desde la base. Suelen encontrarse entre los 40 cm. y los 3 metros de altura aproximadamente.
Este nivel tiene varias responsabilidades desde el punto de vista compositivo: algunas de carácter estructural en la composición, como la delimitación de espacios o la corrección visual de niveles del terreno, o de carácter ornamental.
El NIVEL 3 (estrato superior), implica a las especies de porte alto (árboles). Su rasgo más característico es la presencia de un tallo leñoso hasta la cruz en la que se abre el ramaje. En general superan los 3 m. de altura. De la misma forma que en el nivel anterior, tienen responsabilidades estructurales y ornamentales. 

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