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14 mar 2015

Rafael Moneo, urbanista: tres plazas españolas en Pamplona, Logroño y Murcia.

Plaza de los Fueros de Pamplona, Plaza del Ayuntamiento de Logroño y Plaza del Cardenal Belluga de Murcia.
La arquitectura de Rafael Moneo siempre hunde sus raíces en el contexto en el que se integra para emerger con fuerza alimentada por ese sustrato. Las referencias históricas y las preexistencias del entorno se manifiestan en las formas y en los materiales, en las composiciones y en las articulaciones, de manera que cada propuesta queda vinculada inseparablemente al lugar que ocupa, con un compromiso por “hacer ciudad”. Por estas razones, Moneo, un maestro internacionalmente reconocido por su obra arquitectónica, es también un referente en el diseño de espacios urbanos.
Vamos a aproximarnos a tres obras, tres plazas que ofrecen algunas claves del pensamiento urbano de Moneo: la Plaza de los Fueros de Pamplona (1975), la Plaza del Ayuntamiento de Logroño (1981) y la Plaza del Cardenal Belluga de Murcia (1998).
En la primera, el reto era doble, dado que a la necesidad de solucionar un complejo nudo de tráfico se le sumaba el desafío de lograr una identidad para un espacio difuso e informe, sin disponer del apoyo de la arquitectura. El caso de Logroño fue diferente porque la construcción del nuevo Ayuntamiento de la capital riojana definiría este espacio emblemático para la ciudad. Finalmente, en Murcia, en un lugar consolidado y de alto contenido histórico, un nuevo edificio y la remodelación del plano horizontal permitirían a la plaza recuperar una dignidad que había extraviado.

7 mar 2015

México antes de México: la urbanización prehispánica del altiplano, Tenochtitlán (y Teotihuacán).

Recreación de Tenochtitlán realizada por el artista mexicano Tomas Filsinger.
El altiplano mejicano es un lugar habitado desde tiempos remotos. Las favorables condiciones ambientales del Valle de México posibilitaron una temprana presencia humana que culminaría con la creación de las primeras ciudades centroamericanas. La primera que mereció esa consideración fue la modesta Cuicuilco, pero el espíritu urbano de la región se consolidaría con la subyugante y sorprendente Teotihuacán. Lamentablemente ambas fueron abandonadas y son en la actualidad sitios arqueológicos (Teotihuacán recibe miles de visitantes cautivados por la espectacularidad de sus pirámides).
No obstante, la gran referencia prehispánica mesoamericana sería Tenochtitlán, el centro del universo azteca, que se construyó sobre una de las islas del gran sistema de lagos que caracterizaba el valle. En un islote del lago Texcoco, los aztecas (mexicas según su propia denominación) edificarían su capital a partir de 1325. Cuando en 1521, los españoles conquistaron Tenochtitlán, levantarían sobre ella, una nueva ciudad colonial que, desde entonces, sería conocida como México.
En este artículo nos aproximaremos a la cultura urbana prehispánica de la Ciudad de México que, quinientos años después, se ha convertido en una de las mayores metrópolis que existen en el mundo actual, con una extensión cercana a los mil quinientos kilómetros cuadrados y una población que sobrepasa los veintiún millones de personas.