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5 ene 2013

Los palacios urbanos de la alta burguesía en la Viena Imperial: 35 joyas en la Ringstrasse.

El Palais Erzherzog Wilhelm, en el tramo 1 de la Ringstrasse, frente al Stadtpark, es en la actualidad la sede de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo).

En la conformación de la identidad urbana intervienen múltiples factores, entre los que destaca la arquitectura. La singularidad de las edificaciones suele aportar un grado diferencial que proporciona a las ciudades una idiosincrasia especial. Si además estas construcciones generan un “tipo” que se repite a lo largo de la ciudad, la intensidad del mensaje transmitido es mucho mayor.
Los palacios urbanos son uno de esos modelos capaces de caracterizar el espíritu de una ciudad o de una zona de la misma. Por ejemplo, los palacios medievales de Toledo, los renacentistas de Florencia o los barrocos de Roma y Praga, proyectan una imagen reconocible de esas ciudades.
Viena tiene el privilegio de contar con un buen número de palacios urbanos (los Palais) construidos por una alta burguesía y una nobleza triunfante con fuertes deseos de representatividad.
La época imperial fue un periodo fecundo en la construcción de estas espectaculares residencias urbanas. Creados desde el historicismo ecléctico característico de la segunda mitad del siglo XIX, fueron el canto del cisne de una sociedad que iba a desaparecer. Los Palais serían su testimonio.
Presentamos las 35 joyas que se pueden encontrar a lo largo de la Ringstrasse vienesa, a modo de guía de viaje, con su localización, autoría y destino actual.


La construcción de la Ringstrasse de Viena, su justificación, su estructuración en cinco tramos, así como sus edificaciones públicas más relevantes ya fue tratada en un artículo anterior “Viena imperial y burguesa. La construcción de la Ringstrasse y la definición de la Ciudad Posliberal del XIX”.
Por esta razón, aquí abordaremos directamente los Palais que pueblan la Ringstrasse de Viena.
Esquema de los cinco tramos en los que se estructura la Ringstrasse de Viena, con indicación de los principales edificios públicos que los caracterizan.

Consideraciones previas sobre la tipología de Palacio Urbano
Tras las turbulencias medievales, y una vez que fue alcanzándose una cierta estabilidad política que favoreció el comercio, las ciudades fueron recuperando el papel protagonista que habían perdido.
En este contexto, se fueron asentando las capitales con sus cortes asociadas, y se asistió al ascenso económico de algunas ciudades convertidas en centros neurálgicos de la actividad de la nueva sociedad naciente. Fue entonces cuando los principales centros urbanos se convirtieron en objeto de deseo de la nobleza, que comenzó a instalar allí sus residencias, cerca de los centros de poder, y expresando su privilegiado estatus.
La ciudad ofrecía un entorno bien distinto al de los castillos medievales de aquella aristocracia feudal, rural y muy rústica, que si bien simbolizaban el poder de sus propietarios, carecían de los valores socio-económico-culturales que comenzaban a ser apreciados en la sociedad emergente
Además, esta nueva sociedad contempló el ascenso irrefrenable de una nueva clase, la burguesía, enriquecida gracias al comercio y que buscaba asentar su posición en el “escalafón”, para lo cual debía representar su nuevo papel de “aristocracia urbana”.
Para todos ellos surgió una tipología arquitectónica específica: el palacio urbano.
Si bien podemos rastrear las fuentes de los palacios urbanos en la ciudad medieval, lo cierto es que la propuesta que se convirtió en el modelo para los siglos siguientes surgió en Florencia, durante el siglo XV.
En Florencia surgieron los palazzi renacentistas, generalmente edificios con un volumen cuadrangular, de dos o tres pisos que se desarrollaban alrededor de un patio (cortile) que solía estar rodeado por galerías de grandes arcadas (loggias). Ejemplos de esta nueva tipología son el Palazzo Medici-Ricardi proyectado en 1444 por Michelozzo di Bartolomeo, el Palazzo Rucellai, construido entre 1446 y 1451 según diseño de Leon Battista Alberti, o el Palazzo Strozzi construido entre 1489 y 1538 por Benedetto da Maiano, Simone del Pollaiolo “Il Cronaca” y Baccio d’Agnolo.
El palacio urbano representaba la posición de la “familia” dentro del contexto social. Las ubicaciones, estilos, dimensiones,…, todo estaba calculado para transmitir al resto de la comunidad la importancia de la familia residente.
El Palazzo Farnese en Roma, una de las cumbres renacentistas construido entre 1514 y 1589, con intervención de Antonio de Sangallo el Joven, Michelangelo Buonarroti, Vignola y Giacomo della Porta.
La repercusión de estos palacios en la imagen de la ciudad es fundamental. Sus fachadas se convirtieron en la representación del orden nuevo que emergió durante el Renacimiento. El recurso compositivo de orden clásico utilizado influyó de forma determinante en los palacios de los siglos siguientes.
A partir del modelo florentino, todas las grandes ciudades europeas ven florecer sus palacios urbanos como símbolo de su prosperidad. Roma tomó el relevo con ejemplos como el Palazzo Farnese (1514-1589) en el que intervinieron Antonio de Sangallo el Joven, Michelangelo Buonarroti, Vignola y Giacomo de la Porta o el Palacio Borghese, comenzado por Vignola en 1560 y que tuvo ampliaciones y remodelaciones durante los cien años siguientes, dirigidas por Martino Longhi el Viejo, Carlo Maderno o Carlo Rainaldi. También en Roma, el Palazzo Barberini (1625-1633), comenzado por Carlo Maderno y terminado por Borromini y Bernini, supuso una evolución desde el volumen cerrado renacentista hacia el patio barroco abierto al exterior que proponía una relación distinta con el espacio urbano contiguo.
Como en Roma, en Praga, París o Londres también surgirán estas magníficas residencias, aportando en cada caso matices diferenciales propios de cada cultura. Igualmente en Madrid se construyeron palacios urbanos (aunque muchos han desaparecido) tanto por la nobleza de cuna como por parte de la nueva aristocracia financiera, con ejemplos como los de Liria, Linares, Marqués de Salamanca, Cerralbo, Alameda de Osuna, entre otros.
El Palais Epstein, entre el tramo 3 y 4,  se ha transformado en un edificio institucional al ser ocupado por despachos del Parlamento, que se encuentra a su lado. 
Los Palais de la alta burguesía y la nobleza vienesas en la Ringstrasse.
Viena también se incorpora al conjunto de capitales europeas y desde finales del renacimiento, se van construyendo estas residencias aristocráticas que comenzarán a ser conocidas como los Palais.
Estos primeros Palais vieneses, que conforman una buena parte del sur de su casco antiguo (y que serán tratados en próximos artículos), fueron el símbolo del florecimiento de la ciudad que acabaría por liderar uno de los grandes imperios de los siglos ilustrados y románticos, el imperio austriaco primero y austro-húngaro después.
Con la construcción de la Ringstrasse durante la segunda mitad del siglo XIX, se daría oportunidad a muchos burgueses a situarse en el entorno de la Corte. Al impulso de los grandes edificios públicos le siguió una intensa construcción privada que levantó los grandes palacios urbanos para la nueva aristocracia financiera. Estos Palais inspirarían a los edificios residenciales que completarían el barrio participando de esa imagen grandilocuente característica. La Ringstrasse se convirtió en el paradigma de la Viena triunfante.
El Palais Coburg, en el tramo 1 de la Ringstrasse, es hoy un hotel de lujo.
Los Palais fueron un ejercicio de arquitectura historicista en el que cada arquitecto mostraba sus habilidades para combinar órdenes clásicos según su criterio. Algunos de estos Palais cumplieron una doble función, muy en sintonía con el espíritu capitalista de la época. Fueron, por supuesto, la residencia representativa de la familia promotora, pero también incluían apartamentos o locales de negocio que permitían un retorno de la inversión efectuada. No obstante, esta doble función no se manifestaba exteriormente ya que la apariencia unitaria y noble era una premisa del diseño.
El Palais Hansen, en el tramo 5, abrirá sus puertas en marzo de 2013 como un nuevo hotel de la cadena Kempinski.
Uno de los arquitectos más prolíficos en la construcción de Palais, con muestras como el Ephrussi, el Epstein, el Erzherzog Wilhelm o el Palais Hansen fue Theophil Edvard von Hansen (1813-1891) autor también del Musikverein, del Parlamento o de la Bolsa. También destaca el equipo formado por Johann Romano (1818-1882) y August Schwendenwein (1817-1885) quienes construyeron diferentes Palais, como el Dumba, el Colloredo-Mansfeld, el Königswarter, el Mayr o el Schey entre otros.
Pero tras la Primera Guerra Mundial, con el final del Imperio austro-húngaro Viena sufrió un declive importante. El alejamiento de los nuevos centros de poder y la ruina de muchas de las grandes familias acabó afectando a numerosos Palais, que comenzaron entonces un deterioro que se incrementaría con la Segunda Guerra Mundial y los graves bombardeos que padeció la capital austriaca. Muchos Palais desaparecieron y aunque la nómina actual es numerosa, todavía era mayor a finales del siglo XIX.
El Palais Ephrussi, entre el tramo 4 y 5 es actualmente la sede de la empresa Casinos de Austria.
Hoy, la mayoría de los Palais ya no albergan a las familias que los levantaron y se han convertido en edificios administrativos, sedes de grandes empresas o instituciones y también en hoteles. No obstante, el cambio de uso no ha restado peso a su papel en la conformación de la identidad de esa parte de la ciudad (y de la propia Viena).
El listado siguiente recoge los 35 palacios presentados con referencia de fecha, autoría, y uso actual en su caso, así como la dirección postal de los mismos. El orden es alfabético y se encuentran distribuidos por los cinco tramos de la Ringstrasse con una densidad variable, tal como se indican en las correspondientes ortofotos de cada uno de ellos.
Mientras que en los tramos 1 y 2, los más “domésticos”, hay una mayor densidad de Palais (destacando los de la fachada al Stadtpark); los tramos 3 y 4, ofrecen pocos ejemplos dada la predominancia de los grandes equipamientos públicos. El tramo 5, algo alejado del centro neurálgico marcado por el Hofburg, se encuentra mayoritariamente ocupado por los edificios de viviendas burguesas.

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