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4 sept 2017

Nuevo centro de Soloptical en Madrid, diseñado por Taller de Ideas.

Dentro de su estrategia de expansión, la firma especializada en óptica y salud ocular, Soloptical, acaba de inaugurar un nuevo local en Madrid, ubicado en la calle Arenal nº 3. Esta localización es doblemente singular. Primero porque se encuentra junto a la Puerta del Sol, en uno de los puntos más emblemáticos y concurridos de la ciudad (y de España). Y, segundo, porque el edificio en el que se integra es la “Casa Palazuelo”, proyectada por Antonio Palacios en 1919. Este edificio es uno de los pioneros de la arquitectura terciaria de la capital española y su extraordinaria calidad llevó a incluirlo dentro del Catálogo de Bienes Inmuebles de Interés Cultural (BIC) de la Comunidad de Madrid.
El proyecto del nuevo centro Soloptical ha sido realizado por Taller de Ideas Arquitectos Asociados (firma vinculada con Urban Networks). Además del reportaje fotográfico, el presente artículo ofrece como anexos sendas aproximaciones a la historia del edificio y a la del local comercial.

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El nuevo centro de Soloptical diseñado por Taller de Ideas Arquitectos Asociados.
Dentro de su estrategia de expansión, la firma especializada en óptica y salud ocular, Soloptical, acaba de inaugurar, en agosto de 2017, un nuevo local en Madrid. Soloptical es una gran cadena de referencia en el mercado óptico que opera en España con más de 90 centros repartidos por toda la península y Baleares. Su actividad va más allá de la comercialización de monturas oftálmicas y gafas de sol, puesto que son expertos en fabricación de lentes, reparación de monturas, asesoramiento en imagen, así como en el cuidado de la salud ocular.
La localización escogida, la calle Arenal nº 3, es doblemente singular. Primero porque se encuentra junto a la Puerta del Sol, en uno de los puntos más emblemáticos y concurridos de la ciudad (y de España). Y, segundo, porque el edificio en el que se integra es la “Casa Palazuelo”, proyectada por Antonio Palacios en 1919 y concluida en 1921. Este edificio es uno de los pioneros de la arquitectura terciaria de la capital española y su extraordinaria calidad llevó a incluirlo dentro del Catálogo de Bienes Inmuebles de Interés Cultural (BIC) de la Comunidad de Madrid.
El proyecto del nuevo centro Soloptical ha sido realizado por Taller de Ideas Arquitectos Asociados (firma vinculada con Urban Networks). Los criterios que han dirigido el proyecto son los siguientes:
• Restituir, a partir de los datos conocidos, el estado original del local. Esto ha conllevado, por ejemplo, la eliminación de todos los elementos no originales (como una entreplanta situada en la crujía exterior no contemplada en el diseño inicial)
Planta baja

• Mantener el espíritu del edificio original en los casos dudosos. Por ejemplo, en los revestimientos interiores del local, sustituyendo el solado de terrazo de mármol negro y la pintura verde encontrados, por el mármol blanco macael y la pintura blanca que caracterizan el patio interior del edificio.


• Reestablecer la fachada original, interpretando los pocos datos conocidos. Se ha actuado buscando la homogeneidad de la fachada conforme a las investigaciones realizadas y siguiendo los criterios ya establecidos por algunos de los locales reformados previamente, que son bastante coherentes con el planteamiento original, tanto en colores como en material (chapado de mármol negro).

• No modificar ningún tema estructural. De hecho, la actuación es de carácter interior y no afecta a ninguno de los elementos estructurales del edificio. Esto es reseñable, por ejemplo, en el caso de lucernario del techo del local, que es un pavimento transitable en la planta baja de la parte de oficinas, realizado con vidrio moldeado doble (tipo pavés).

• Potenciar la espacialidad del local y su decoración. La riqueza decorativa del local era inapreciable en su situación anterior por la existencia de un mobiliario que la ocultaba. Con esta reforma se ubican los usos que requieren compartimentaciones y aparatos en el sótano, dejando la planta baja con una gran amplitud que permita admirar los detalles del local.

La Casa Palazuelo entre la calle Arenal y Mayor, obra de Antonio Palacios, es un edificio pionero de la arquitectura terciaria de Madrid (en la imagen fachada a la calle Mayor, que es similar a la de la calle Arenal)
Anexo 1: La Casa Palazuelo de la calle Mayor-Arenal, un edificio pionero de la arquitectura terciaria en Madrid.
La manzana que ofrece la fachada oeste de la Puerta del Sol y que acompaña el arranque de las calles Mayor y Arenal tiene una larga y relevante historia para la ciudad. Situada en frente del desaparecido convento de San Felipe el Real (en cuyas gradas se ubicó el famoso “mentidero de la Villa”), en esa manzana se ubicaron sucesivamente una mancebía pública, que se denominaba las Soleras, y el recordado Palacio de Oñate, cuya construcción fue “comenzada sin duda en el siglo XVI, con vuelta a las calles de la Duda y del Arenal, para señorial morada de los caballeros Tassis, Correos Mayores de España, concluyéronla del todo, tal como está ahora, desde 1655 á 1670 (FERNÁNDEZ DE BÉTHENCOURT, F.: "El palacio de Oñate", en Arte Español, 1912, págs. 129-36).
El Palacio se vería afectado por la apertura de la Travesía del Arenal en 1853 modificando su parte occidental. Poco después, la reforma de la Puerta del Sol y de sus aledaños, concluida en 1861, resultaría trascendental para la manzana analizada debido a los cambios que sufrió en su parte oriental. La ampliación de la plaza eliminó las edificaciones existentes entre el callejón de la Duda y la propia plaza, trazando un nuevo solar para dar fachada a la Puerta del Sol siguiendo los nuevos criterios establecidos por el nuevo plan. Este solar se adosó al Palacio de Oñate que fue obligado a cerrar sus huecos en la que, hasta entonces, fue fachada al callejón de la Duda. El entorno urbano también se vería modificado ya que el referido convento de San Felipe el Real fue demolido para dar paso a las “Casas de Cordero” que renovaron la tipología residencial de Madrid.
A principios del siglo XX, el Palacio de Oñate que, tras la reforma de Sol y de la calle Arenal, había quedado con varias fachadas fuera de ordenación (concretamente la de la propia calle Arenal y la de la Travesía del Arenal), sería derribado. La demolición del Palacio de Oñate daría origen a dos grandes solares. Solamente se conservó la portada del Palacio que habilitaba el acceso principal desde la calle Mayor. Esta portada fue conservada en los almacenes municipales hasta que fue colocada en la Casa de Velázquez en la Ciudad Universitaria. Desgraciadamente, este edificio quedó muy dañado durante la Guerra Civil y a pesar de su reconstrucción, la portada se perdió definitivamente.
Así pues, la desaparición del palacio acabaría segregando su solar en dos grandes espacios que daban a ambas calles. El primero (calle Mayor 4 / calle Arenal 3) sería comprado por el empresario Demetrio Palazuelo Maroto para ubicar en él una nueva tipología comercial y de oficinas en sintonía con las innovaciones procedentes del exterior. El segundo (calle Mayor 6 / calle Arenal 5 / Travesía del Arenal) albergaría tras diversos avatares (que incluyen un proyecto fallido diseñado por Antonio Palacios y Pedro Muguruza) la Casa del Duque de las Torres, un edificio de viviendas con fachada a Mayor 6 / Arenal 5 / Travesía del Arenal, proyectado por Manuel Álvarez Naya.
Imagen del patio central de la Casa Palazuelo.
Demetrio Palazuelo Maroto encargaría el proyecto del nuevo edificio comercial a Antonio Palacios, con quien había iniciado su relación profesional años atrás, cuando encargó a Palacios y a su entonces socio Joaquín Otamendi Machimbarrena la construcción de su Casa-Palacio ubicada en el número 54 de la calle Alcalá (esquina con calle Alfonso XI), quienes lo desarrollaron entre 1908 y 1911, dentro de un periodo muy fructífero para ambos arquitectos. En esos años estaban ejecutando simultáneamente alguno de los edificios más relevantes del Madrid de la época, destacando principalmente el Palacio de Comunicaciones (conocido popularmente como el Palacio de Correos y actualmente ocupado por el Ayuntamiento de Madrid); el Banco Español del Río de la Plata (1911-1918), actual Instituto Cervantes; o el Hospital de Jornaleros de San Francisco de Paula (1908-1916), actual sede de la Consejería de Transportes, Vivienda e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid.
El Palacio de Comunicaciones marcaría el inicio de la brillante carrera profesional de Palacios que lo llevaría a convertirse en uno de los arquitectos más destacados de España en la primera mitad del siglo XX, cuya obra tuvo una especial incidencia en Madrid. Antonio Palacios Ramilo (1874-1945), natural de Porriño (Pontevedra), finalizó la carrera de Arquitectura en Madrid en el año 1900. Tras trabajar una temporada en el estudio de Ricardo Velázquez Bosco, de quien fue alumno, se asoció profesionalmente con su amigo y compañero de universidad, Joaquín Otamendi Machimbarrena (1874-1960). Juntos optaron a varios concursos hasta que en 1904 ganaron la convocatoria para el nuevo Palacio de Comunicaciones que los consagraría. Palacios y Otamendi cesarían su colaboración en 1919, cuando este decidió convertirse en arquitecto de Correos. A partir de ese año, se iniciaría una nueva etapa para Palacios, que construiría edificios tan singulares como el Círculo de Bellas Artes (1919-1926), el edificio Matesanz (1919-1923), el Hotel Avenida (1921-1924) o el desaparecido Hotel Florida (1922-1924), así como la colaboración con la recién creada Compañía Metropolitano Alfonso XIII (impulsada por Miguel Otamendi, hermano de Joaquín). En esta etapa, caracterizada por la influencia recibida de la arquitectura de los grandes edificios norteamericanos, destaca también la Casa Comercial Palazuelo (1919-1921) situada en el solar ubicado entre la calle Mayor 4 y calle Arenal 3.
Imagen del patio central del edificio con la cubierta del mismo (cuyo lucernario no es el original). La pintura blanca del conjunto ha sugerido el color que se ha aplicado a la rehabilitación del local comercial de Soloptical.
Como se ha comentado anteriormente, el edificio ubicado en calle Mayor 4 / calle Arenal 3 ocupaba parte del solar del desaparecido Palacio de Oñate y presentaba una forma pentagonal con dos líneas de fachada, una a la calle Mayor 4 (con 27,61 metros) y otra a la calle Arenal 3 (con 25,27 metros), y una superficie de 780,2 metros cuadrados. El proyecto se desarrolló entre los años 1919 y 1921, fecha del final de obra.
El proyecto articulaba dos bloques alineados a las calles que dejaban un espacio triangular central a modo de patio interior. Los bloques laterales acogerían una sucesión de locales de oficinas planteados con una gran flexibilidad, de manera que se separarían con mamparas que podrían desplazarse según las necesidades. La obra incorporaba innovaciones no solamente en su tipología sino también en tecnología, desde las instalaciones centralizadas o el planteamiento estructural (hormigón en sótanos y estructura metálica en plantas superiores), hasta la vanguardista imagen de las carpinterías de los huecos verticales acristalados (que por otra parte indicaban el eclecticismo habitual en la obra de Palacios al mezclar elementos clasicistas con otros inspirados en la Secesión vienesa o en la arquitectura terciaria norteamericana).
Las fachadas reflejan esa convivencia insólita planteando un basamento muy abierto para los locales comerciales y un orden de columnas y pilastras gigantes en los pisos superiores que albergan entre ellas los cuerpos acristalados. Los torreones laterales o las balaustradas refuerzan esa peculiar convivencia estilística (que sería similar a la propuesta para la Casa Matesanz de la Gran Vía madrileña).
Imagen del patio central del edificio con el pavimento-lucernario de la planta primera que aporta luz cenital al local de Soloptical. Se aprecia el mármol macael blanco que inspira el solado propuesto para la rehabilitación del local comercial de Soloptical.
Es muy destacable el patio interior que conjuga curvas y contracurvas de una fuerte inspiración borrominiana, con barandillas que hacen referencia a la Sezession vienesa, en un brillante juego espacial repleto de matices y rematado en sus planos horizontales por una interesante cubierta acristalada (que sería sustituida por la actual en una fecha indeterminada) y un particular pavimento en la planta primera, realizado con bloques de vidrio moldeado (pavés) que traslada una cierta iluminación cenital al local comercial de la planta baja. En ese mismo espacio se ubica la singular escalera imperial que conecta todas las plantas del edificio.
La distribución inicial prevista en el proyecto se mantendría en líneas generales en las plantas superiores de oficinas, pero sufriría un cambio radical en la planta baja e inferiores, dando un nuevo enfoque al planteamiento comercial de esos pisos.
Con todo, el edificio se convertiría en una de las muestras pioneras de la arquitectura terciaria madrileña. En esa época temprana del siglo XX se iría definiendo en Madrid la tipología de los edificios de oficinas y de los grandes almacenes comerciales que ya estaban triunfando en Europa y Estados Unidos.

Anexo 2: Evolución del local comercial desde su origen hasta la intervención de Soloptical.
Con la finalización de la construcción del edificio en 1921 se habilitó la Planta Baja comercial que había sido proyectada como dos grandes espacios, uno volcado hacia la calle Mayor 4 y el otro hacia la calle Arenal 3. Ambos disponían de un amplio escaparate al exterior.
De la Memoria del Proyecto se extrae lo siguiente: “La distribución de las plantas es de una absoluta sencillez de trazado y estructura, como corresponde al destino del edificio. En el subsótano se sitúan los servicios generales de calefacción, carbonera, maquinaria y pequeños almacenes para cada piso con uno mayor central. En el sótano se disponen completamente diáfanos, dos grandes locales iguales a los de las tiendas y en comunicación con ellas por amplias escaleras. En la planta baja se sitúan estas dos tiendas más el espacio destinado al portal-vestíbulo general de la casa, hall central y escaleta de servicio al sótano(Memoria del Proyecto firmada el 2 de julio de 1919).
Es decir, el proyecto original distribuyó dos grandes locales, en cuya separación se absorbía el desnivel existente entre ambos, producido por la diferencia de cota entre la rasante de la calle Arenal 3 y la de la calle Mayor 4. Estos dos grandes espacios comerciales tenían continuidad en el sótano, en dos espaciosos almacenes que, según la memoria, conectaban con la planta baja por medio de sendas escaleras (aunque de la observación de los planos parece desprenderse que todo el sótano se asignaba al local de Arenal 3). La planta de sótano avanzaba sobre la alineación oficial para obtener luz cenital desde la rasante (acera) de la calle. El subsótano, que tiene la misma ocupación que el sótano, no tenía, inicialmente, relación con estos locales comerciales.
La planta baja dispone de un gran lucernario que proporciona luz cenital procedente del patio interior del edificio. Este lucernario realizado con bloques de vidrio moldeado (pavés) es transitable en la planta primera convirtiéndose en el suelo del patio interior desde el que se accede a las oficinas de las plantas superiores.
El primer local que se abrió hacia la calle Arenal 3 fue el concesionario ROLLS-ROYCE (regentado por la empresa C. DE SALAMANCA, en cuya web puede leerse: “C. de Salamanca es una empresa dedicada a la distribución de vehículos de lujo (…) El Marqués de Salamanca fundó la empresa en 1907 para la distribución y venta en España de las mejores marcas de automoción, y en los años 60 la familia Toda la incorporó a su grupo empresarial, creando así la empresa española más importante en el sector de los automóviles de lujo. Fue el importador más antiguo del mundo de Rolls Royce-Bentley”.
A la izquierda, anuncio aparecido en el ABC (Madrid) el 27 de diciembre de 1923 (pág. 16), publicitando el concesionario de Rolls-Royce ubicado en la calle Arenal 3. A la derecha, fotografía de autor y fecha desconocidos, aunque puede suponerse realizada entre 1921 y 1924, dado que el solar contiguo todavía no ha sido edificado (allí se construirá la Casa del Duque de las Torres, con fachada a Mayor 6 / Arenal 5 / Travesía del Arenal, proyectada por Manuel Álvarez Naya y que fue concluida en 1924). En la fachada de Arenal 3 se aprecia el rótulo del Concesionario Internacional de coches C. DE SALAMANCA. Es destacable la presencia de las figuras escultóricas en los torreones, hoy desaparecidas.
No se tiene constancia de la duración de esa actividad comercial, ni de la decisión de la propiedad de distribuir la Planta Baja en diversos locales. La división de la planta baja segregó una serie de locales, cuya anchura coincidía con la modulación de la fachada. Complementariamente las plantas de sótano y subsótano sufrieron una división similar (en el caso del subsótano, solamente afectó a los locales no utilizados por las instalaciones del edificio).
En consecuencia, aparecieron en la fachada de la calle Arenal 3, cinco locales comerciales. Los dos de los extremos contaban con una anchura doble, resultado de la suma del cuerpo lateral y el hueco contiguo del conjunto acristalado central. Los tres locales situados en el medio se ajustaban a la modulación propuesta por la fachada. De estos se singularizó el local situado a la derecha de los tres, porque recibió el añadido del espacio central (caracterizado por la iluminación cenital procedente del patio interior antes referida). Además, se le añadió su correspondiente sótano y subsótano, aunque solamente en el espacio entre pilares ya que el vacío central sería destinado a otros usos (Este local, de mayor superficie que el resto en la planta baja, y con dos sótanos, será el reformado en 2017 por Soloptical).
La partición de este local recibió un tratamiento interior de un gran clasicismo, presentando una serie de columnas con capiteles jónicos (todo ello de escayola) e incluso dos columnas exentas que magnificaban la curva producida por la escalera central del edificio. Estas falsas columnas se unían por medio de un entablamento (del mismo material) con un diseño también clasicista. Los intercolumnios recibieron unos marcos con relieves laterales en un juego compositivo coherente con el espíritu general del conjunto. No se tiene constancia de la licencia para esta obra (no consta en el Archivo de la Villa) y por lo tanto se desconoce la fecha y el autor de la misma.
Sin disponer de confirmación oficial, por informaciones verbales se puede apuntar que, en ese nuevo local comercial, se abrió al público, en 1928, la Juguetería-Librería MULTICOLOR. Esta actividad comenzó con la venta de muñecas de porcelana y soldaditos de plomo, ampliando su oferta con casas de muñecas, cajas de música y una amplia variedad de juguetes singulares de madera y de importación. La juguetería complementó su negocio con la venta de libros infantiles y libros de texto para escolares y universitarios. Dicha actividad se desarrollaría desde ese año 1928 hasta el 2016, fecha de cierre del local por jubilación del último comerciante.
No se tiene constancia de las modificaciones realizadas en 1928 para adaptar el local al uso de librería-juguetería, pero parece lógico que en ese año mismo año podría haberse realizado la escalera que conecta la planta baja con los sótanos asignados a este local y quizá igualmente la entreplanta de la primera crujía del edificio (la exterior).
El primer dato confirmado sobre las actuaciones en dicho local es el denominado “Proyecto de Reforma de Local Comercial destinado a Juguetería y Librería en calle Arnal nº 3 de Madrid” fue redactado por el arquitecto José Luis Fernández Vázquez y fechado en el mes de octubre de 1976. La fecha de visado en el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid es el 26 de octubre de 1976. En él se realizan una serie de actuaciones consistentes en la modificación de la escalera que conecta con el primer sótano (se incorpora un rellano intermedio) y en la adaptación de la fachada a cuestiones normativas.
Fachada del local comercial en la calle Arenal 3, cuando estaba dedicado a librería-juguetería y aspecto del interior.
La evolución interior del local no aprovechó las posibilidades expresivas del mismo. El espacio interior de corte clasicista descrito anteriormente fue cubierto, prácticamente en su totalidad, por estanterías y mostradores, de forma que era difícilmente apreciable el ambiente que supuestamente se deseaba con el planteamiento de origen. La profusión de mobiliario, sumada a la pintura (verde) superpuesta en fecha indeterminada, así como la aparición de instalaciones de iluminación y climatización indiscriminadas, acabaron por desfigurar el espacio interior del local comercial. También la fachada del local, y particularmente el llamativo rótulo identificativo de la actividad, a pesar de haber recibido el beneplácito de las autorizaciones municipales del momento, no favoreció el aspecto general del edificio.
Desde esa modificación relevante no produjeron cambios sustanciales salvo adaptaciones interiores a determinadas normativas y una modificación en el rótulo de fachada, como puede desprenderse del historial de licencias aportado por el Archivo de la Villa.

Finalmente, con el cese de la actividad de librería-juguetería en 2016 se comenzó la reforma del local para adaptarlo al centro de óptica Soloptical, que acaba de ser inaugurado en agosto de 2017.

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