Les Halles de París. Infografía sobre su nueva
configuración.
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Las transformaciones de
Les Halles de París siempre han estado envueltas en polémica, desde que la
construcción del Mercado Central de la ciudad, durante el Segundo Imperio
francés, obligara a arrasar una gran extensión de su casco medieval.
Pero la mayor discusión, surgió a finales de la década de
1970, con el traslado del mercado y el derribo de los históricos pabellones Baltard. Las disputas sobre la misión y
formalización de ese lugar tan emblemático del centro de París, abrieron una
caja de Pandora que enfrentaría a políticos, arquitectos y ciudadanos en una sucesión de despropósitos que llevaría
a Les Halles a convertirse en el
paradigma del desencuentro urbano, generando una controversia que
alcanzaría dimensiones planetarias.
Entonces, desoyendo a todo el mundo, la autoridad municipal
impuso una solución que acabaría resultando un fracaso. Por eso, con la llegada del siglo XXI se abrió un
nuevo proceso de concertación a través del cual, los nuevos responsables
políticos querían acordar, con ciudadanos y expertos profesionales, el futuro
rumbo de Les Halles. Tras numerosos
informes técnicos, diversas consultas ciudadanas y concursos de arquitectura,
en 2010 comenzaron las obras de las nuevas Halles
de París, que se espera puedan concluir en 2016.
El proyecto actual no está exento de crítica, pero parte de
un consenso que nunca antes Les Halles
habían obtenido. Quizá por fin, el vientre de París, como lo definió Émile
Zola, pueda convertirse en el deseado corazón urbano.
Les
Halles de París, ¿una cuestión de vísceras?
En su novela de 1873 Le
Ventre de Paris (El vientre de París) Émile Zola describió la vida cotidiana
de la sociedad parisina en torno al nuevo mercado central que el Segundo
Imperio acababa de construir. Eran unos grandes y modernos pabellones de acero
y vidrio que daban cobijo al devenir de los parisinos entre frutas y verduras,
carnes y pescados, quesos y embutidos. Les Halles, eran un gigantesco conjunto urbano
que alimentaba a la ciudad, era el vientre de París.
Un siglo
después, el traslado del mercado y el derribo de los pabellones dejaron un gran
vacío urbano en una posición privilegiada, que las autoridades parisinas aspiraban
a convertir en el corazón de la ciudad. Allí se ubicaría el principal nodo de
transporte ferroviario de toda la región parisina al que le acompañaría un
extenso programa dotacional, con comercio, cultura, deporte y ocio. Las autoridades parisinas deseaban transformar
aquel vientre hueco en un nuevo corazón que bombeara actividad al resto de la
ciudad.
Parece que la
cosa iba de vísceras, porque esta analogía pasó también a caracterizar los
comportamientos de los protagonistas a finales de la década de 1970. Desgraciadamente, las actitudes “viscerales”, intensas,
emotivas y, en ocasiones, poco fundamentadas, presidieron durante algún tiempo
el devenir de Les Halles. Comenzando
por el autoritarismo del entonces alcalde de París, Jacques Chirac, que impuso un
Plan frente a las opiniones de ciudadanos y expertos profesionales. Continuando
por los arquitectos, que extendieron la discusión hacia un gran debate
internacional que situaría a Les Halles
como paradigma del desencuentro urbano. Siguiendo por los propios ciudadanos,
residentes y comerciantes, que salieron a las calles en señal de protesta por
no poder participar en el futuro de su barrio, o por la oposición política y
por un amplio elenco de especialistas urbanos, que expusieron con vehemencia su
descontento sobre el devenir del proyecto.
Cartografía de los grandes espacios del Centro de
París.
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Tras
constatar el fracaso del espacio generado en aquel contexto, en la actualidad,
se han querido enmendar errores y Les Halles se encuentra en un profundo
proceso de remodelación que, aunque no está exento de crítica, parte de un
consenso entre políticos, ciudadanos y expertos profesionales como nunca antes
se había logrado.
Vamos a
adentrarnos en la crónica de ese desconcierto que parece haber llegado a su
fin, y que comenzó hace muchos años, con la construcción del mercado central de
abastos para París…
Topografía de París. El punto rojo indica la
localización de Les Halles.
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Les Halles, de mercado central de París
a vacío urbano.
El Marais parisino
fue inicialmente una zona pantanosa (marais
significa marisma) que, desde el siglo XII, fue integrándose paulatinamente en
la vida ciudadana, como un espacio utilizado para diferentes mercados. Esas
instalaciones medievales fueron creciendo hasta ocupar una extensa zona, pero su
disposición espontánea estaba originando gravísimos problemas de circulación y
de salubridad.
El barrio de Les
Halles se había convertido en un espacio caótico y por eso se intentó reconducir.
Hubo varios intentos de reordenación durante el siglo XVIII que no llegaron a
cuajar, aunque sí lo hizo alguna intervención puntual, como fue el caso del
mercado del grano (Halle aux blés), un edifico circular que se construyó
entre 1763 y 1767 según el proyecto de Nicolas Le Camus de Mézières, y que años
después sería cubierto por una gran cúpula (diseñada por Jacques-Guillaume
Legrand y Jacques Molinos, 1782-1783).
Evolución del centro de París: arriba, antes de Les
Halles (1728); con la construcción del edificio circular del Mercado de grano
(1775); y con los Pabellones Baltard (1867).
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Pero no fue
suficiente. El propio Napoleón Bonaparte puso en marcha una reorganización de
los mercados parisinos, aunque no tuvo tiempo para completarla. La intensidad creciente
de las actividades comerciales en Les
Halles llevó al Prefecto de París, el Conde de Rambuteau, a planificar una
nueva ordenación que mejorara los graves problemas de tráfico e higiene que
asfixiaban el lugar. La reestructuración se concretó en la creación de un gran
mercado central de abastos. En 1848 se puso en marcha el proceso para su construcción, cuyo diseño fue
encargado al arquitecto Victor Baltard (1805-1874) quien, tras vencer en un
concurso, presentó su propuesta definitiva en 1854. Los conocidos como Pabellones Baltard fueron un conjunto de doce naves de acero y vidrio. Los
diez primeros se fueron construyendo hasta 1870, durante el Segundo Imperio,
mientras que los dos últimos (los contiguos a la Halle aux blés) tuvieron
que esperar hasta 1936. Cada pabellón estaba dedicado a un producto específico
(el número 3 para la carne, el 9 para el pescado, etc.) y en las calles que los
separaban se vendían las frutas y verduras.
Les Halles en 1952 en pleno auge, según la foto de Roger
Henrard.
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Para
construir el nuevo mercado de Les Halles
hubo que derruir todo un barrio de París que databa de la Edad Media. Solamente
se salvaron la iglesia de Saint-Eustache
y la Halle aux blés, aunque en este caso, la actividad
sería trasladada a las nuevas naves en 1873. No obstante, este singular
edificio circular sería reformado por el arquitecto Henri Blondel y
reinaugurado como Bolsa de Comercio
en 1889.
Durante
aproximadamente un siglo, Les Halles
fueron ese vientre descrito por Émile Zola en su novela, pero el crecimiento de
la ciudad y de la demanda consiguiente, acabó congestionando el gran mercado, dificultando
enormemente su operatividad y complicando las dinámicas del entorno. En 1939
era el mayor mercado alimentario del mundo. Por eso, en 1960, el Primer
Ministro francés, Michel Debré aprobó el traslado de la actividad comercial al
por mayor a las afueras de París (a un nuevo mercado que se construiría en
Rungins)
En paralelo
comenzó una reflexión sobre el nuevo destino que debía tener la zona. En 1967
se presentaron los resultados del conocido como “concurso de las seis maquetas” con las ideas de seis equipos sobre
la renovación del extenso sector de 15 hectáreas que se denominó Halles-Beaubourg (todavía entonces se trabajaba con la idea de integrar
esas dos áreas). Las propuestas fueron muy variadas y abrieron un intenso
debate. Los autores fueron Claude Charpentier, que apostaba por la protección
del París tradicional; Marot y Tremblot, que planteaban un gran espacio libre
central de la escala del Louvre o del Palais-Royal; Faugeron, que proyectaba un
conjunto monumental en altura; Marien, que desde una posición clásica era el
único que proponía la conservación de los pabellones Baltard; A.U.A., Atelier d'urbanisme et d'architecture,
equipo que disgregaba la actuación en múltiples proyectos; y Louis Arretche con
Philippe Panerai, Jean Castex y René Verlhac, defensores del mantenimiento de
la trama urbana del barrio remitiéndose a Les
Halles prehaussmanianas.
Propuesta del concurso de 1967 (Marot). El sector todavía
incluía Les Halles y Beaubourg como actuación única.
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Sobre estas
bases, el Ayuntamiento (le Conseil de
Paris) creó en 1967 el APUR (Atelier
Parisien d’Urbanisme, Taller Parisino de Urbanismo) para preparar un
esquema general de ordenación que sería aprobado en 1969. La presentación de
este esquema, que eliminaba las naves de Baltard inició la “batalla de los
pabellones”, en la que un importante movimiento ciudadano intentó detener el
derribo de los edificios, proponiéndolos como contenedores de actividades
culturales (durante ese periodo se llegaron a realizar conciertos, exposiciones,
teatro, circo e incluso se instaló una pista de patinaje). El gran esquema urbano de 1969 dividió en dos sectores independientes
el área original, uno para Les Halles
y otro para el Beaubourg. En
éste, por iniciativa del Presidente francés Georges Pompidou, se convocaría un
concurso en 1970 para la realización de un gran centro cívico, museo y
biblioteca. La competición sería ganada en 1971 por dos jóvenes y desconocidos
arquitectos: Renzo Piano y Richard Rogers. El Centro Beaubourg (Centro Pompidou) sería inaugurado en 1977.
El nuevo
esquema zonal para Les Halles, tras la
desaparición de los mercados abrió una nueva oportunidad para revitalizar el
centro de la margen derecha del rio Sena. La posición medular y las dimensiones del área
convertían ese lugar en el sitio ideal para ubicar allí el punto central de interconexión de la RER (Réseau Express Régional), la red ferroviaria que estructura el
transporte y las comunicaciones en París y su región. Esta decisión dio la
puntilla a la existencia de los pabellones.
Los Pabellones Baltard en 1971 tras ser desocupados.
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En 1969 se traslada definitivamente el Mercado de Les Halles, que se reparte entre el
nuevo Mercado Internacional de Rungins y el de la Villette. La operación fue
impresionante. Más de 20.000 personas, 1.000 empresas, miles de toneladas de
mercancías y materiales se movieron de una zona a otra de la metrópoli. En 1971 comienza la demolición.
Solamente se conservaron dos pabellones, aunque serían desmontados y
reconstruidos, uno en Nogent-sur-Marne y otro en Yokohama (Japón). También
permaneció en pie el edificio de la Bolsa de Comercio (que sería declarado
Monumento Histórico en 1986).
Tras el
derribo, se inició la gran excavación para la construcción de la estación que
sería abierta en 1977. Este gran nodo ferroviario se tuvo que construir a
veinte metros de profundidad para posibilitar los diferentes enlaces y salvar
las infraestructuras urbanas. Cuando la estación fue completada y cubierta,
quedó como resultado un inmenso agujero (le
trou des Halles) que se mantuvo durante varios años (hasta 1979) y que
incluso sirvió de escenario para el rodaje de varias películas.
Como
complemento a la estación (la más grande de Europa) se pensó en crear algo
parecido a una “ciudad subterránea” que
asociara al gran nodo de transporte un conjunto de equipamientos comerciales,
culturales, deportivos y de ocio. Para ello se creó en 1970 la SEMAH (Société d’Economie Mixte pour l’Aménagement
des Halles) institución que involucraba capital público y privado y que tomaba
el relevo de la SEAH, (Société d’Etudes
pour l’aménagement du quartierdes Halles) que había sido creada en 1963 para
dirigir el proceso (La SEMAH se transformaría con el paso de los años en la actual
SEM- Societé d’ Economie Mixte- Paris Centre). Para realizar la promoción
de un edificio tan ambicioso, la SEMAH se asoció con la inmobiliaria Serete Aménagement (que después se reconvertiría
en Espace Expansion) y juntas
definieron el proyecto comercial que se situaría entre la estación RER y la
superficie exterior, rellenando el extraordinario agujero. En 1971 convocan un
concurso que es ganado por los arquitectos Claude Vasconi (1940-2009) y Georges
Pencreac'h (1941) quienes habían propuesto una plaza en niveles descendentes formalizada
por fachadas de vidrio que se curvaban como si fueran grandes cascadas de agua.
Este proyecto organizaba la parte subterránea y sería conocido como el “Forum
des Halles” que, con un programa de 43.000 m2 de superficie en cuatro
niveles, fue Inaugurado en 1979.
Los despropósitos de Les Halles, centro de una intensa polémica urbana internacional.
El presidente
Pompidou muere en 1974 y su sucesor, Valéry Giscard d'Estaing, tiene su propia
visión para Les Halles. Ese mismo
año, desde el Ministerio de Cultura se convocó con urgencia, un nuevo concurso
para el sector, que se resolvió con una
rapidez inusitada. Tras muchos avatares, el ganador fue el arquitecto español
Ricardo Bofill (1939), quien se impuso sobre los otros nueve concurrentes al
convencer su visión de un nuevo “monumento dentro de la ciudad”. La ordenación
(que debía incorporar el Fórum de
Vasconi y Pencreac'h) presentaba un gran jardín central en el que destacaba una
plaza elíptica definida por una gran columnata y que quedaba delimitado por
unos imponentes edificios de orden clásico que formaban la fachada de las
calles Rambuteau, Pierre Lescot y Berger.
El proyecto
de Bofill y particularmente sus grandes bloques monumentales, encontraron una
fría acogida en el Ayuntamiento de París, comenzando a realizarse diferentes
contrapropuestas alternativas. Incluso el Colegio de Arquitectos presentó una
nueva planificación de la zona, basada en el esquema de Bofill, pero integrando
soluciones de diferentes arquitectos. Finalmente, el planteamiento general del
proyecto se mantendría, aunque con modificaciones, como la desaparición de la
elipse. Bofill, que llegó a realizar cuatro versiones de su propuesta con
diferentes colaboradores, continuó con el proyecto de las viviendas
perimetrales y el paisajista Alain Provost se encargó de la concepción del
jardín, consiguiendo finalmente, en 1977, la licencia para su construcción.
Pero
entonces, se levantó una marejada política que lo haría naufragar, porque el enfrentamiento entre el presidente
Valéry Giscard d'Estaing y su ex-Primer Ministro, Jacques Chirac encontraría en
Les Halles un campo de batalla.
Chirac, que
había ayudado a Giscard a conseguir la Presidencia en 1974, fue nombrado Primer
Ministro de Francia, pero en 1976 salió del gobierno enfrentado al Presidente.
Entonces fundó un nuevo partido para presentarse contra él en las próximas
elecciones, consiguiendo, en primera instancia, alzarse con la alcaldía de
París en 1977. La alcaldía sería para Chirac la plataforma desde la que proyectar
su personalidad política y Les Halles
sería uno de sus estandartes de batalla.
Las
elecciones presidenciales de 1981 enfrentaron a Giscard y a Chirac y esta
disputa favoreció la victoria del socialista François Miterrand. No obstante,
Chirac acabaría logrando sus aspiraciones ya que llegaría a
ser Presidente de Francia en 1995, cargo en el que se mantendría hasta 2007.
El proyecto de Bofill fue tildado desde la alcaldía como una
imposición desde el gobierno que menoscababa la autonomía municipal y, además,
se argumentó que, desde la Presidencia francesa, se había apoyado una propuesta
que no entendía las “esencias” del verdadero París. La polémica estalló cuando, tras el comienzo de las
obras, a finales de octubre de 1978, Chirac, paralizó y rechazó el proyecto de
Bofill (a quien se acusó de ser un “protegido” de Giscard). La decisión
fue presentada como un nuevo rumbo para la política urbana de París basada en
el “respeto a la arquitectura de los viejos barrios”, criticando el proyecto de
Bofill como un “falso monumentalismo”. El arquitecto español inició una agria
polémica declarando que la decisión era arbitraria e ilegal y que el alcalde era
un personaje autoritario, incapaz para el dialogo. No obstante, la caída de la
propuesta fue recibida con alivio por las asociaciones de vecinos e incluso por
algunos políticos de la oposición, que aunque criticaron la forma, estaban de
acuerdo en el fondo.
Pero las esperanzas
de que se abriera un proceso de participación de ciudadanos y profesionales
para definir el futuro de Les Halles
se vieron pronto frustradas. Chirac
se declaró pomposamente ante los medios como el nuevo “arquitecto jefe de
París” e impuso un nuevo Plan que sería presentado en 1979. No hubo un acercamiento unitario y el
sector se segregó en diferentes áreas independientes (sin ninguna participación
ciudadana, concurso arquitectónico o aprobación democrática municipal). El
resultado, además de carecer de unidad, ofreció resultados muy discretos. En la
solución adoptada destacaba el nuevo cierre alrededor del Forum, que fue adjudicado a Jean Willerval (1924-1996) quien propuso una arquitectura muy
diferente en la que destacaban unas curiosas formas que pronto recibieron el
calificativo de “paraguas” o “níscalos”. Este edificio sería inaugurado en
1983.
La decisión del alcalde Chirac sublevó al colectivo de los
arquitectos, que consideraban que el esquema propuesto era vulgar, sin ambición
arquitectónica y suponía la pérdida de una gran oportunidad urbana para París.
La actuación reivindicativa más notoria fue la emprendida por el Syndicat de l'architecture, un grupo no
oficial de arquitectos jóvenes y progresistas que pretendía erigirse como
alternativa a las agrupaciones profesionales establecidas. Había sido fundado
en 1978 por varios arquitectos entre los que se encontraba Jean Nouvel.
Logo del concurso convocado por el Sindicato de la
arquitectura en 1979 para la reflexión sobre Les Halles.
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El Sindicato lanzó en 1979 un concurso internacional de arquitectura para recabar ideas sobre Les Halles. Con ello, el proyecto de
Les Halles trascendió el ámbito
parisino y francés para convertirse en un tema de debate internacional. La consulta tuvo un éxito inaudito, teniendo
en cuenta que no había premios económicos y su objetivo era, simplemente,
fomentar el debate. Hubo 1.900 inscritos y finalmente se presentaron 600
propuestas (un tercio de ellas francesas). El jurado fue otro de los
atractivos, ya que contó con figuras como Henry Lefebvre, Carlo Aymonino o
Philip Johnson (los organizadores habían invitado a formar parte del jurado a
representantes políticos de los partidos que componían el ayuntamiento
parisino, pero ninguno aceptó).
Entre los participantes hubo muchos renombrados arquitectos
como Charles Moore, Raimund Abraham, Stanley Tigerman, Léon Krier, Aldo Rossi, Vittorio
Gregotti o Christian de Portzamparc. Hubo respuestas de todo tipo, utópicas,
realistas, irónicas e incluso alguna bastante alocada.
Algunas propuestas del concurso de 1979. Arriba, Aldo
Rossi; en el centro, Charles Moore; y debajo la presentada por Jean Patou.
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El objetivo de llamar la atención y generar un debate
internacional se consiguió sobradamente. No obstante, a pesar del éxito de la
convocatoria, el propósito principal, que era influir en la planificación
oficial, fue un fracaso. La falta de influencia real fue compensada, en parte,
por la proyección mediática, ya que, a principios de 1980, con el apoyo de la
revista “Architecture d’Aujourd’hui”
se organizó una exposición de las propuestas que atrajo a más de 50.000
visitantes. Posteriormente, la muestra recorrió diversas ciudades (como
Marsella, Londres, Florencia, Berlín, Viena o Amsterdam) multiplicando el
reconocimiento de la competición. Algunas de sus propuestas se convirtieron en
influyentes referencias para los jóvenes arquitectos del momento.
El deseo de concertación para las
reformas urbanas abre un nuevo futuro para Les
Halles.
Más allá de
la intensa polémica que generó su construcción, Les Halles resultaron un fracaso. La ordenación se implantó
como un “cuerpo extraño” desconectado de las tramas urbanas circundantes y
desactivó la vida de la zona. El
espacio carecía de encanto y se había convertido en un lugar inhóspito (las
extensas superficies de hormigón lo convertían en un “microondas” según la
opinión de los pocos viandantes). Hubo también problemas constructivos ya que cuando
llovía se producían múltiples filtraciones que complicaban la actividad de los
espacios inferiores. Les Halles
estaban habitualmente desiertas, olvidadas por los parisinos y también por los
turistas. En consecuencia, el comercio fue decayendo. Les Halles fue transformándose en un punto negro de la ciudad, en
un lugar conflictivo e inseguro, frecuentado por vagabundos, prostitución y en
el que comenzó a asentarse el tráfico de drogas. Todo el mundo clamaba contra Les Halles, incluido el sector
inmobiliario, que veía caer los precios en torno a un 30% en relación al
contiguo barrio del Marais.
En 2001, Bertrand
Delanoë se convierte en el primer socialista que llega a la alcaldía de París.
El problema de Les Halles es uno de
los primeros que aborda y por ello solicita a la SEM París Centre la realización de diversos informes técnicos
profesionales, así como consultas ciudadanas, para fijar los criterios de la
renovación de la zona. En 2002 se pone en marcha una primera convocatoria de
ideas entre arquitectos que recibió 32 propuestas, sobre las que se
seleccionaron cuatro equipos finalistas, dos franceses (Jean Nouvel –AJN- y
David Mangin -SEURA-) y dos holandeses (Rem Koolhass -OMA- y Winy Maas -MVRDV-)
que desarrollarían sus propuestas con más detalle.
Estas
propuestas también se asemejaron dos a dos. Los holandeses ofrecieron una
visión más compleja, en la que colonizaban todo el espacio disponible, con
“artefactos” que buscaban expresar la complejidad de la vida moderna. Una
diversidad de formas y colores explicaban el amplio programa que, en el caso de
OMA, se significaban en las espectaculares torres que taladraban la superficie
conectando los diferentes niveles subterráneos. Por su parte, las propuestas
francesas fueron mucho más comedidas, proponiendo un gran espacio central libre
que garantizara las continuidades peatonales del barrio y otorgando protagonismo
al histórico edificio circular de la Bolsa y a la iglesia de Saint-Eustache que actuarían como
contrapunto a la nueva arquitectura. En ambos casos, la nueva edificación se
expresaba con una gran cubierta que sobrevolaba los espacios concentrados del
nuevo Forum. Las dos ideas otorgaban
un papel muy relevante al jardín central, incluso, en el caso de la propuesta
de Jean Nouvel, la gran cubrición acogía una extensión elevada del mismo.
En abril de
2004 los resultados de este concurso
internacional para la reordenación urbana del conjunto fueron expuestos al
público con la intención de que se votara la solución ganadora. Se abrieron
muchos debates en la prensa, se organizaron mesas redondas y los residentes se
agruparon en plataformas para defender su visión sobre el futuro de su barrio.
Por ejemplo, 33 asociaciones (de vecinos y de comerciantes de la zona) junto
con 1.281 personas (residentes, comerciantes individuales e incluso usuarios no
residentes en el barrio) se agruparon en una plataforma denominada Collectif Rénovation des Halles desde la
que enviaron al alcalde su recomendación para adjudicar la victoria al proyecto
presentado por SEURA.
El jurado, en
sintonía con la petición ciudadana, y argumentando el realismo de la propuesta,
designó finalmente a SEURA, el equipo dirigido por David Mangin (1949), como vencedor
para la ordenación general de la zona, comunicando que nuevos concursos
concretarían tanto la gran cubierta planteada como el jardín central.
En 2007, se
convocó un nuevo concurso, esta vez para
la edificación (la denominada “parte aérea” de Les Halles). Las propuestas que llegaron a la fase final fueron
firmadas por arquitectos reconocidos como Massimiliano Fuksas, Toyo Ito, Paul
Chemetov o los españoles Tuñón&Mansilla. Estos proyectos también fueron
expuestas en el Pavillon de l’ Arsenal
parisino.
Propuesta ganadora del concurso de 2007 para el nuevo
Fórum presentada por Patrick Berger y Jacques Anziutti.
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La victoria
final correspondió a la idea de Patrick Berger (1947) y Jacques Anziutti, que
plantearon una cubierta de vidrio que se moldeaba a partir de las dinámicas
sugeridas por el entorno y los flujos internos. El proyecto se presentó bajo el
lema “canopia”, palabra que reflejaba la intención de crear un “dosel arbóreo”
como metáfora, como si el espacio estuviera cubierto por una hoja gigante. Esta
cubrición actuará como un gran toldo translúcido que se alabea en respuesta a
las circunstancias de cada momento, ofreciendo sombra diurna e iluminando
cenitalmente los espacios por las noches. En palabras de Patrick Berger, su
diseño es una “articulación entre el espacio construido y el medio vegetal, y la
«canopia» pondrá en resonancia la energía natural y la energía urbana”.
El proyecto
tampoco se libró de críticas, por ejemplo las procedentes de Claude Vasconi,
que veía desaparecer su edificio para el Fórum.
Poco antes de fallecer, el arquitecto mostró su sorpresa por una solución que
él consideraba muy radical y absurda por hacer desaparecer el “cráter” ya que,
según él, era la única forma de hacer llegar la luz natural hacia los
diferentes sótanos.
Berger y Anziutti
acabarían recibiendo también el encargo de la reestructuración de la estación
subterránea RER Chatelet-Les Halles,
y para el gran jardín se contaría con la colaboración del paisajista Philippe Raguin.
Aspecto actual de las obras de Les Halles (Marzo de
2014).
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El inicio de
las obras fue presentado por la entonces Primera Teniente de Alcalde y Concejal
Delegada de Urbanismo y Arquitectura, Anne Hidalgo (que conseguiría la alcaldía
en las elecciones municipales de 2014). El gran proyecto emblemático del París
actual (que cuenta con un presupuesto de 802 millones de euros) parece haber
cerrado etapas anteriores de polémicas y desencuentros, y se espera su
conclusión para 2016.
Quizá ahora,
el consenso logrado pueda transformar definitivamente el antiguo “vientre” de
París en el “corazón” urbano deseado por todos.
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