Pienza fue la primera experiencia
urbana del humanismo renacentista. En la imagen la plaza central, Piazza Pio
II.
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Algo empezó a cambiar a lo largo del siglo XIV. La transformación fue
gradual, pero terminaría siendo disruptiva, afectando a todos los órdenes de las
sociedades occidentales. Los protagonistas eran conscientes de estar superando
la Edad Media y proponían un Renacimiento,
que ocurrió con especial intensidad en ciertas ciudades del norte de Italia y particularmente
en Florencia. No obstante, esa nueva mentalidad no se encuentra plenamente
instalada hasta bien entrado el siglo XV (el Quattrocento italiano). Es entonces cuando puede hablarse con
propiedad de Renacimiento.
Desde el punto de vista del arte, más allá de la inspiración en el pasado idealizado
y de la aparición de nuevas herramientas (como la perspectiva), en ese tiempo, se
cambió la naturaleza de la labor artística y la consideración social de los creadores.
En el caso de la arquitectura, personajes como Brunelleschi o Alberti establecerían
nuevos métodos de trabajo y fijarían el nuevo lenguaje formal, pero, esas ideas que se materializaron en la
arquitectura tardarían mucho en trasladarse al urbanismo.
Habría que esperar hasta la segunda mitad del siglo XV para encontrar las primeras realizaciones propiamente renacentistas.
Esto sucedió en tres ciudades italianas que se convertirían en laboratorios urbanos: Pienza, Urbino y Ferrara.