“Parc Monceau” (Claude Monet, 1876) |
París se transformó radicalmente durante la segunda mitad
del siglo XIX. En anteriores artículos repasamos los antecedentes
y las intervenciones en la estructura urbana y territorial. En esta ocasión nos acercaremos a la nueva estructura verde
que adquirió la capital francesa. Si la creación de una nueva red viaria fue
considerada fundamental para el nuevo París, la propuesta de un sistema de
espacios verdes no lo fue menos.
Una de las ideas de Napoleón III era introducir espacios
naturales en París como los que había admirado en Londres. El emperador pensaba
en grandes parques como Hyde Park o
en la distribución por toda la ciudad de pequeñas plazas ajardinadas como las squares londinenses.
Haussmann se aplicó a la labor contando con magníficos
colaboradores como Jean-Charles Alphand, quien asumió la responsabilidad de la
creación de parques, plazas y paseos plantados apoyándose en un amplio equipo
de arquitectos, paisajistas e ingenieros. Durante el Segundo Imperio se crearon
los Bois
de Boulogne y de Vincennes, los parques de Buttes-Chaumont,
Monceau
o Montsouris
y un numeroso conjunto de pequeñas plazas ajardinadas, las squares.