Jaipur es uno de los mejores ejemplos de la planificación urbana india. En la imagen, vista de la calle Hawa Mahal desde el propio Palacio de los Vientos |
La India es un territorio
gigantesco, superpoblado, diverso, multicultural y de gran complejidad como
expresan sus paisajes, sus gentes y también sus ciudades. En este blog nos
hemos acercado a las ciudades indias en varias ocasiones. Lo hemos hecho con
alguna de las más “occidentalizadas”, trazadas tanto en la época colonial
británica (Nueva Delhi) como en tiempos de la modernidad racionalista (Chandigarh).
También nos hemos aproximado a la vitalista espontaneidad de una ciudad
laberíntica y sagrada como Benarés (Varanasi)
y, en este artículo, lo haremos a la planificación propiamente india,
estudiando el caso de Jaipur (la
capital del estado de Rajastán), una ciudad construida a partir de un mandala.
Un mandala es la representación
gráfica y simbólica de la cosmovisión del
hinduismo que incita a la meditación y que, en algunos casos, como son los Vastu Purusha Mandala, también contienen
directrices muy precisas para la arquitectura o las ciudades. Pero, en Jaipur, no
todo resulta tan estricto como pudiera parecer…