La
arquitectura siempre ha tenido problemas para ser materia de exhibición directa,
siendo poco frecuentes los conjuntos de edificios levantados con voluntad de
muestra (aunque hay casos de gran interés). Por eso, habitualmente su exposición
se realiza a través de “intermediarios” (fotografías, dibujos, planos, maquetas,
etc.). No obstante, más allá de las singulares reuniones de edificios
icónicos o de los ejercicios de intermediación expositiva, surge una tercera vía: la
recreación arquitectónica y urbana. Esta consiste
en su reproducción descontextualizada a escala real (sobre todo de las fachadas),
ofreciendo recopilaciones heterogéneas que pueden responder a motivos muy variados
y en las que la apariencia de los escenarios resultantes bascula entre los
deseos de realismo y los excesos, llegando a veces a rozar la caricatura.
Vamos a aproximarnos a diversos ejemplos, desde recreaciones
con objetivos culturales, como es el caso del Pueblo Español de
Barcelona o la efímera “strada novissima” de la Bienal de
Venecia de 1980, hasta escenografías teatrales del estilo de los Pueblos
Potemkin o los poblados de los spaghetti-western rodados en el
desierto de Tabernas (Almería), pasando por los exitosos espacios comerciales
de Las
Rozas Village en Madrid o el food
court del centro comercial de Santa
Catarina en Oporto.