La idiosincrasia de Camden
Market lo convierte en uno de los mercados más atractivos y visitados de
Londres.
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La actividad comercial ha tenido, y tiene, múltiples
manifestaciones en la ciudad. Desde las antiguas plazas de mercado hasta los
modernos centros comerciales, el acto de comprar y vender se realiza de muchas
maneras diferentes. También las calles aportan su granito de arena alojando
tiendas permanentes o puestos provisionales en distintos formatos.
Vamos a aproximarnos a tres propuestas comerciales muy
particulares vinculadas con las calles. La primera utiliza la calle como
escenario para acoger mercadillos temporales; la segunda, nos acercará a las
calles comerciales cubiertas; mientras que, en la tercera, analizaremos mercados
urbanos que interactúan intensamente con el espacio público contiguo.
Para ello recalaremos en Londres, una ciudad con una fuerte impronta comercial. En la
capital británica visitaremos dos ejemplos de cada caso. Para profundizar en
los mercados callejeros nos acercaremos a Portobello Road en Notting Hill y a Camden Market. Las calles
comerciales cubiertas cuentan con la pionera muestra de Burlington Arcade y el
espectacular Leadenhall Market en la City.
Y finalmente dos mercados urbanos: el clásico Covent Garden Market y el
renovado y contemporáneo Old Spitalfields Market.
(El artículo
consta de dos entregas: en esta primera acometeremos los mercados callejeros,
dejando para la segunda parte, las calles comerciales
cubiertas y los mercados urbanos)
La actividad comercial ha tenido, y tiene, múltiples
manifestaciones en la ciudad. Desde las antiguas plazas de mercado hasta los
modernos centros comerciales, el acto de comprar y vender se realiza de muchas
maneras diferentes. También las calles aportan su granito de arena alojando
tiendas permanentes o puestos provisionales en distintos formatos.
El espacio urbano de la ciudad fue el primer
escenario comercial, pero el deseo de no depender de las condiciones climáticas,
la búsqueda del confort de mercaderes y clientes, o la sofisticación de muchas
mercancías, iría forzando el traslado de la actividad hacia el interior de la
arquitectura. El comercio fue colonizando las plantas bajas de los edificios (tiendas
o locales) hasta llegar a ocupar edificios enteros (como los grandes almacenes),
menoscabando la actividad al aire libre. Con la llegada de los grandes centros
comerciales suburbanos y los nuevos comportamientos de la sociedad respecto a
esta actividad, el comercio dentro de la ciudad pareció entrar en riesgo. Pero
los centros urbanos lograron mantener los rescoldos que han vuelto a encender
la intensidad comercial en el interior de las ciudades, recuperando incluso algunas
de las fórmulas más tradicionales.
Vamos a aproximarnos a tres propuestas comerciales muy
particulares vinculadas con las calles. La primera es la que utiliza la propia calle como escenario, albergando
mercadillos temporales, que pueden llegar a contar con el apoyo de locales en
la planta baja de las edificaciones, aunque estos no son imprescindibles. La
segunda, nos acercará a las calles
comerciales cubiertas, una sofisticación decimonónica para mejorar la
experiencia de la compraventa (particularmente de las clases altas de la sociedad).
En la tercera, analizaremos mercados
urbanos que interactúan intensamente con el espacio público contiguo. Estos
mercados son edificaciones que respondían inicialmente al concepto básico de una
gran cubierta protectora (sobre todo de la lluvia) del espacio donde se
alojaban los puestos comerciales. La fuerte interacción con su entorno urbano
se expresa en sus múltiples entradas (en ocasiones pueden incluso carecer de
fachada) o en su desarrollo solamente en el nivel de la calle (aunque no
siempre es así).
Para analizar ejemplos de todo ello recalaremos en Londres, una ciudad con una fuerte
impronta comercial. En la capital británica visitaremos dos muestras de cada
caso. Para profundizar en los mercados callejeros nos acercaremos a Portobello
Road en Notting Hill y a Camden
Market. Las calles comerciales cubiertas cuentan con la pionera muestra
de Burlington
Arcade y el espectacular Leadenhall Market en la City. Y finalmente dos mercados urbanos:
el clásico Covent Garden Market y el renovado y contemporáneo Old
Spitalfields Market.
Dos mercados callejeros: Portobello
Road en Notting Hill y Camden Market.
El espacio comercial por excelencia de la ciudad
antigua no fue la calle, sino las “plazas de mercado”. Las hubo generalistas,
en las que se ofrecían toda gama de productos, pero también otras muy
especializadas en, por ejemplo, alimentación, venta de ganado, mercaderías
domésticas, etc.
Plaza Mercado de Nápoles (actual
Piazza del Carmine) según el cuadro pintado por Domenico Gargiulo en 1654
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Como hemos adelantado, el deseo de desvinculación del
clima o la sofisticación de las actividades y de las mercancías, impulsarían su
marcha hacia el interior de esos locales a nivel de calle, donde vendedores y
clientes estaban más cómodos y se encontraban más seguros (no obstante, solía
haber una tendencia a ocupar la parte de la calle que tenían delante, muchas
veces con toldos para atraer a los viandantes durante el horario de venta). La
ciudad llegaría a estandarizar una tipología de edificio residencial colectivo
en el que la planta baja estaba destinada a la actividad económica mientras que
las plantas superiores eran las que albergaban las viviendas.
Como resultado de la agrupación de tiendas se iría
consolidando la actividad mercantil en las calles, hecho que modificaría su funcionalidad,
así como la percepción física y social que tenían los ciudadanos (podemos
pensar, por ejemplo, en la relación entre iluminación urbana y “escaparates”). Las
calles se convirtieron en el elemento principal para el abastecimiento de los
ciudadanos, en diferentes escalas. En los barrios periféricos al centro urbano,
el comercio era fundamentalmente de proximidad, de servicio primario a sus
residentes; mientras que en el núcleo central se ubicaron los comercios de mayor
radio de acción, donde eventualmente acudían todos los ciudadanos a resolver
sus necesidades menos perentorias. Fueron estas calles centrales,
especializadas en la compraventa, las que acabarían recibiendo el apelativo de
“calles comerciales”. Además, en
muchos casos, los edificios de viviendas irían siendo sustituidos por otros
dedicados íntegramente a la actividad mercantil (tanto de “grandes almacenes”
como de oficinas, en un proceso que recibe el nombre de “terciarización”). En estas calles, “bendecidas” por una afluencia
masiva de público, es la arquitectura quien realmente acoge la actividad
mercantil, siendo el espacio urbano poco más que un distribuidor.
Madrid. Calle Preciados, una
de las principales vías comerciales de la capital de España.
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Como consecuencia de esto, los puestos callejeros fueron perdiendo protagonismo. Su precariedad
se agravó con la llegada de modernidad tecnológica y los nuevos comportamientos
comerciales, que pusieron en la cuerda floja este tipo de negocios al aire
libre. No obstante, nunca dejaron de
existir, aunque por lo general quedarían vinculados a la compraventa de
productos alimenticios de la región (los agricultores se acercaban regularmente
a la ciudad a ofrecer los frutos de su trabajo) o también a mercancías
(manufacturadas o industriales) muchas veces de menor calidad. Los mercadillos más
tradicionales lograron sobrevivir e, incluso, en los últimos años han llegado a
nacer algunos nuevos donde no existían y se han consolidado, impulsados en gran
medida por el turismo.
Entre los grandes referentes de este modelo podemos
encontrar el parisino Marché aux Puces
(mercado de las pulgas) que está considerado el mercado de segunda mano más
antiguo del mundo; o el Rastro
madrileño, donde se ofrecen toda clase de objetos (desde antigüedades a ropa) y
que coloniza, los domingos por la mañana, una extensa red de calles y plazas
del centro de la capital de España. Londres cuenta con numerosos mercadillos
callejeros, como son Brick Lane Market,
Church Street Market, Strutton Ground o Petticoat
Lane entre otros muchos. Vamos a aproximamos a dos de los más emblemáticos
y frecuentados: Portobello Road en Notting Hill y Camden Market.
Brick Lane Market es uno de los
numerosos mercadillos londinenses.
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Portobello Road Market
Notting Hill
era un área rural situada a las afueras noroccidentales del antiguo Londres, encaramada
sobre una colina (de ahí su nombre) que emergía junto al camino que comunicaba la
capital británica con el suroeste insular (la antigua calzada romana de la que
forma parte Oxford Street).
Notting Hill mantuvo su ambiente campestre
(salpicado por alguna industria de tejerías) hasta mediados del siglo XIX,
cuando fue absorbido por el crecimiento de la capital y se procedió a su “urbanización”
para transformarlo en un nuevo barrio londinense.
Características casas de
colores de Notting Hill.
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La familia Ladbroke, propietaria principal de la
zona, puso en marcha la parcelación de sus fincas siguiendo el proyecto de Thomas
Allason que, apoyándose en una trama racional muy geométrica, consistía en
hileras de viviendas que escondían jardines comunitarios en el interior de las
manzanas, destinadas a las clases altas de la capital (la denominación Ladbroke Grove para el eje principal norte-sur
del barrio homenajea a los antiguos propietarios). Aunque inicialmente la
operación tuvo cierto éxito, el barrio acabaría recibiendo durante la primera
mitad del siglo XX muchos residentes inmigrantes e iría adquiriendo una
reputación dudosa, aunque su diversidad le proporcionaría un cierto aire
cosmopolita que se vería reflejado en sus características casas de colores. Pero
Notting Hill tendría problemas y sería
escenario de diferentes disturbios raciales a finales de la década de 1950.
Portobello Road Market.
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Todo cambiaría a partir de la década de 1980, fechas
en la que Notting Hill asistiría a un
proceso de gentrificación.
Muchas casas fueron rehabilitadas o sustituidas por otras más “elegantes”, y el
espacio urbano fue renovado, con lo que la zona renacería con un nuevo ambiente
que lo convertiría en un lugar muy atractivo (cuya imagen fue muy potenciada
por la película titulada con el nombre del barrio que triunfó en el año 1999
con Julia Roberts y Hugh Grant como protagonistas). También contribuiría al
cambio el relanzamiento de Portobello
Road Market, un antiguo mercado de frutas y verduras que, desde 1940 fue incorporando
una gran oferta de antigüedades y objetos de segunda mano (incluida ropas y
objetos domésticos).
Portobello Road Market.
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Este mercadillo callejero utiliza como soporte la
calle Portobello Road, de la que toma
el nombre. Esta vía es una de las más emblemáticas del barrio, recorriéndolo de
norte a sur, de manera aproximadamente paralela a Ladbroke Grove, el referido eje central del barrio. Era un antiguo
camino que unía Portobello Farm, una
granja situada en el norte, con Notting
Hill en el sur y seguía un recorrido serpenteante, que mantiene, contrastando
con el entorno geométrico con el que fue diseñado el barrio. Esta circunstancia
le proporciona una identidad propia dentro de la trama, aunque el elemento
principal que potencia su singularidad es su mercado callejero, Portobello Road Market, desarrollado al norte del cruce con Wetsbourne Grovey, que se ha
convertido en una gran atracción turística, sobre todo por la oferta de
antigüedades (se considera el mayor mercado de este tipo del Reino Unido).
Camden Market
Hay que distinguir “Camden” de “Camden Town”.
Camden Town es propiamente la Camden histórica, mientras que con la
denominación estricta de Camden se
designa, desde 1965, a uno de los borough
oficiales de Londres que integra, además de Camden
Town, Hampstead, Holborn, St. Pancras y parte de Fitzrovia. No obstante,
esta segunda acepción carece de importancia entre los numerosísimos visitantes
que identifican a Camden Town
simplemente como Camden.
Hasta el siglo XIX, el núcleo de Camden no fue más que una zona rural al
norte de Londres, poblada de granjas y explotaciones agrícolas, que era
atravesada por el camino a Hampstead, que conectaba la City con el norte. La urbanización llegaría con la construcción del
Canal del Regente (Regent’s Canal), impulsado por la gran operación de
remodelación del centro de Londres que daría origen a Regent’s Park y a Regent Street.
Trazado del Regent’s Canal
por el norte del centro londinense.
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El canal discurre, más o menos paralelo al Támesis
por la zona septentrional de la ciudad, conectando la Paddington Branch del Grand
Unión Canal en el oeste, con el propio Támesis por el este. Entre sus
funciones estuvo la de abastecer las necesidades del gran parque ideado por el
Príncipe Regente, pero, además, ese canal modificó las dinámicas de sus áreas
de ribera y en especial las de Camden
Town. Primero, porque las obras del canal, que concluirían en 1820,
atraerían a numerosos trabajadores que requerían habitación estimulando la
urbanización y la construcción de viviendas en Camden. Pero no solo eso, ya que el canal serviría de eje
estructurante para la instalación de numerosas fábricas y almacenes a lo largo
del mismo. Muchos de los obreros de la construcción se quedaron para trabajar
en las fábricas. Camden perdería así su
antiguo ambiente campestre para convertirse en un área industrial.
Pero aún habría un segundo hecho que potenciaría esa
transformación. En 1837, se trazó la línea ferroviaria London & Birmingham Railway
que tenía como estación de término Euston
Station. Las vías del tren marcarían un límite muy nítido entre la
aristocrática zona de Regent`s Park,
que quedaría al oeste, y Camden Town
que acogía a la clase proletaria. Una separación física pero también de alto
simbolismo.
Camden High Street es el eje que estructura Camden Market.
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Pero Camden
Town volvería a cambiar su carácter a partir de la década de 1960, cuando
las actividades económicas que albergaba comenzaron a declinar. Muchos
trabajadores emigraron a otras zonas y su lugar fue ocupado por inmigrantes y
una población joven y rompedora que acabarían imprimiendo un personalísimo
sello del barrio. Camden Town se
convertiría en el espacio para la cultura alternativa, para el experimentalismo
o para lo exótico. Esta idiosincrasia particular ha convertido
a Camden Town en un entorno especial
(se dice que Camden no es un barrio
sino un estilo de vida) donde se marcan tendencias de moda o musicales (por
allí dieron sus primeros pasos grupos como Sex Pistols, Clash, Oasis, Radiohead
o Amy Winehouse, la “chica Camden”; de hecho, se considera que el punk-rock nació en Camden, en 1976).
La extravagancia es uno de
los rasgos distintivos de Camden Market (en la imagen, tiendas en Camden High
Street).
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En ese caldo de cultivo surgiría, en la década de
1970, el mercado que daría fama internacional al barrio. Camden Market empezó a
recibir miles de visitantes interesados tanto por el peculiar ambiente urbano y
musical, como por la peculiar oferta de productos, que iban desde ropa
extravagante, a comida exótica de todas las partes del mundo, artesanía o
antigüedades. El mercado llegaría a ser una gran atracción turística que
potenciaría todo el barrio.
Camden
Market se articula en el tramo norte de Camden
High Street, el nuevo nombre de aquel camino que unía Londres con
Hampstead, reconvertido en el eje principal del barrio, una especie de “calle
mayor”. Aunque en realidad, Camden Market,
agrupa seis mercados diferentes, tres antes de cruzar el canal y otros tres
tras pasar el cauce (al margen de las tiendas que acompañan Camden High Street).
Esquema indicando la
ubicación de los seis mercados que componen Camden Market. El norte se
encuentra a la izquierda de la imagen.
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Al sur del canal se encuentran:
1. Inverness
Street Market, articulado sobre la calle de ese mismo nombre,
perpendicular a la principal, es el único mercado histórico ya que nació en
1900 como mercado de frutas y verduras para los residentes. Su carácter ya no
es el de suministro al barrio sino a los numerosísimos turistas que visitan Camden.
2. Buck Street Market parece
querer monopolizar el término Camden.
Además de ser el primero al que se llega desde la estación de metro de Camden Town, es el que cuenta en su
entrada con el cartel “Camden Market”
(de hecho, algunos turistas no continúan avanzando para conocer los mercados del
otro lado del canal).
3. Electric
Ballroom es un club reconvertido en mercado interior donde se ofrecen,
quizá, los productos más alternativos en cuanto a diseño (sobre todo de moda y
objetos “vintage”).
Camden Market, dos imágenes de Stables Market.
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Al norte del canal se sitúan:
4. Camden
Lock Market, fue el segundo mercado de la zona, abierto en 1974, al
borde del agua, junto a las esclusas (lock)
del canal. Destaca por su oferta de artesanía y antigüedades. Este y el siguiente son ejemplos de reutilización (reciclado) de instalaciones industriales obsoletas.
5. Stables
Market, el “mercado de los establos”, cuyo nombre se
refiere al lugar donde se encontraban los caballos que transportaban
mercancías, tiraban de las barcazas del canal, etc. (llegó a acoger hasta 700
caballos en momentos punta). Es el mayor de todos los mercados de Camden, ofreciendo comida, moda y
artesanía.
6. Finalmente, en la fachada
oriental de Camden High Street, justo
antes de terminar la calle se abrió, junto al canal, Camden Canal Market. Este mercado sufrió
un incendio en 2008 y, aunque fue remodelado y reabierto como Camden Lock Village, volvió a cerrar en
2015 para sufrir una mutación radical hacia un conjunto multiusos que combinará
apartamentos, talleres para artesanos y diseñadores, oficinas, zonas de ocio y
espacios públicos, así como un mercado de alimentos y una escuela pública. El
complejo, diseñado por AHMM (Allford, Hall, Monaghan & Morris), volverá a
cambiar su nombre por el de Hawley Wharf (el muelle Hawley). Se espera su inauguración para
este año 2018.
Camden Market. Imagen de la operación de regeneración urbana emprendida en Camden Canal Market para transformarlo en Hawley Wharf.
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