8 abr 2018

Comprar en la calle: propuestas comerciales en Londres (primera parte)


La idiosincrasia de Camden Market lo convierte en uno de los mercados más atractivos y visitados de Londres.
La actividad comercial ha tenido, y tiene, múltiples manifestaciones en la ciudad. Desde las antiguas plazas de mercado hasta los modernos centros comerciales, el acto de comprar y vender se realiza de muchas maneras diferentes. También las calles aportan su granito de arena alojando tiendas permanentes o puestos provisionales en distintos formatos.
Vamos a aproximarnos a tres propuestas comerciales muy particulares vinculadas con las calles. La primera utiliza la calle como escenario para acoger mercadillos temporales; la segunda, nos acercará a las calles comerciales cubiertas; mientras que, en la tercera, analizaremos mercados urbanos que interactúan intensamente con el espacio público contiguo.
Para ello recalaremos en Londres, una ciudad con una fuerte impronta comercial. En la capital británica visitaremos dos ejemplos de cada caso. Para profundizar en los mercados callejeros nos acercaremos a Portobello Road en Notting Hill y a Camden Market. Las calles comerciales cubiertas cuentan con la pionera muestra de Burlington Arcade y el espectacular Leadenhall Market en la City. Y finalmente dos mercados urbanos: el clásico Covent Garden Market y el renovado y contemporáneo Old Spitalfields Market.
(El artículo consta de dos entregas: en esta primera acometeremos los mercados callejeros, dejando para la segunda parte, las calles comerciales cubiertas y los mercados urbanos)

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La actividad comercial ha tenido, y tiene, múltiples manifestaciones en la ciudad. Desde las antiguas plazas de mercado hasta los modernos centros comerciales, el acto de comprar y vender se realiza de muchas maneras diferentes. También las calles aportan su granito de arena alojando tiendas permanentes o puestos provisionales en distintos formatos.
El espacio urbano de la ciudad fue el primer escenario comercial, pero el deseo de no depender de las condiciones climáticas, la búsqueda del confort de mercaderes y clientes, o la sofisticación de muchas mercancías, iría forzando el traslado de la actividad hacia el interior de la arquitectura. El comercio fue colonizando las plantas bajas de los edificios (tiendas o locales) hasta llegar a ocupar edificios enteros (como los grandes almacenes), menoscabando la actividad al aire libre. Con la llegada de los grandes centros comerciales suburbanos y los nuevos comportamientos de la sociedad respecto a esta actividad, el comercio dentro de la ciudad pareció entrar en riesgo. Pero los centros urbanos lograron mantener los rescoldos que han vuelto a encender la intensidad comercial en el interior de las ciudades, recuperando incluso algunas de las fórmulas más tradicionales.
Vamos a aproximarnos a tres propuestas comerciales muy particulares vinculadas con las calles. La primera es la que utiliza la propia calle como escenario, albergando mercadillos temporales, que pueden llegar a contar con el apoyo de locales en la planta baja de las edificaciones, aunque estos no son imprescindibles. La segunda, nos acercará a las calles comerciales cubiertas, una sofisticación decimonónica para mejorar la experiencia de la compraventa (particularmente de las clases altas de la sociedad). En la tercera, analizaremos mercados urbanos que interactúan intensamente con el espacio público contiguo. Estos mercados son edificaciones que respondían inicialmente al concepto básico de una gran cubierta protectora (sobre todo de la lluvia) del espacio donde se alojaban los puestos comerciales. La fuerte interacción con su entorno urbano se expresa en sus múltiples entradas (en ocasiones pueden incluso carecer de fachada) o en su desarrollo solamente en el nivel de la calle (aunque no siempre es así).
Para analizar ejemplos de todo ello recalaremos en Londres, una ciudad con una fuerte impronta comercial. En la capital británica visitaremos dos muestras de cada caso. Para profundizar en los mercados callejeros nos acercaremos a Portobello Road en Notting Hill y a Camden Market. Las calles comerciales cubiertas cuentan con la pionera muestra de Burlington Arcade y el espectacular Leadenhall Market en la City. Y finalmente dos mercados urbanos: el clásico Covent Garden Market y el renovado y contemporáneo Old Spitalfields Market.

Dos mercados callejeros: Portobello Road en Notting Hill y Camden Market.
El espacio comercial por excelencia de la ciudad antigua no fue la calle, sino las “plazas de mercado”. Las hubo generalistas, en las que se ofrecían toda gama de productos, pero también otras muy especializadas en, por ejemplo, alimentación, venta de ganado, mercaderías domésticas, etc.
Plaza Mercado de Nápoles (actual Piazza del Carmine) según el cuadro pintado por Domenico Gargiulo en 1654
Ciertamente, muchos de estos espacios necesitaban extender su actividad por las calles adyacentes, pero estas no eran las protagonistas. Las calles no comenzaron a ser lugares comerciales con identidad propia hasta que fueron habilitándose las plantas bajas de los edificios para acoger locales abiertos al público en los que artesanos y mercaderes ofrecían sus productos de una manera más permanente que en las plazas (donde los puestos eran temporales).
Como hemos adelantado, el deseo de desvinculación del clima o la sofisticación de las actividades y de las mercancías, impulsarían su marcha hacia el interior de esos locales a nivel de calle, donde vendedores y clientes estaban más cómodos y se encontraban más seguros (no obstante, solía haber una tendencia a ocupar la parte de la calle que tenían delante, muchas veces con toldos para atraer a los viandantes durante el horario de venta). La ciudad llegaría a estandarizar una tipología de edificio residencial colectivo en el que la planta baja estaba destinada a la actividad económica mientras que las plantas superiores eran las que albergaban las viviendas.
Como resultado de la agrupación de tiendas se iría consolidando la actividad mercantil en las calles, hecho que modificaría su funcionalidad, así como la percepción física y social que tenían los ciudadanos (podemos pensar, por ejemplo, en la relación entre iluminación urbana y “escaparates”). Las calles se convirtieron en el elemento principal para el abastecimiento de los ciudadanos, en diferentes escalas. En los barrios periféricos al centro urbano, el comercio era fundamentalmente de proximidad, de servicio primario a sus residentes; mientras que en el núcleo central se ubicaron los comercios de mayor radio de acción, donde eventualmente acudían todos los ciudadanos a resolver sus necesidades menos perentorias. Fueron estas calles centrales, especializadas en la compraventa, las que acabarían recibiendo el apelativo de “calles comerciales”. Además, en muchos casos, los edificios de viviendas irían siendo sustituidos por otros dedicados íntegramente a la actividad mercantil (tanto de “grandes almacenes” como de oficinas, en un proceso que recibe el nombre de “terciarización”). En estas calles, “bendecidas” por una afluencia masiva de público, es la arquitectura quien realmente acoge la actividad mercantil, siendo el espacio urbano poco más que un distribuidor.
Madrid. Calle Preciados, una de las principales vías comerciales de la capital de España.
Como consecuencia de esto, los puestos callejeros fueron perdiendo protagonismo. Su precariedad se agravó con la llegada de modernidad tecnológica y los nuevos comportamientos comerciales, que pusieron en la cuerda floja este tipo de negocios al aire libre. No obstante, nunca dejaron de existir, aunque por lo general quedarían vinculados a la compraventa de productos alimenticios de la región (los agricultores se acercaban regularmente a la ciudad a ofrecer los frutos de su trabajo) o también a mercancías (manufacturadas o industriales) muchas veces de menor calidad. Los mercadillos más tradicionales lograron sobrevivir e, incluso, en los últimos años han llegado a nacer algunos nuevos donde no existían y se han consolidado, impulsados en gran medida por el turismo.
Entre los grandes referentes de este modelo podemos encontrar el parisino Marché aux Puces (mercado de las pulgas) que está considerado el mercado de segunda mano más antiguo del mundo; o el Rastro madrileño, donde se ofrecen toda clase de objetos (desde antigüedades a ropa) y que coloniza, los domingos por la mañana, una extensa red de calles y plazas del centro de la capital de España. Londres cuenta con numerosos mercadillos callejeros, como son Brick Lane Market, Church Street Market, Strutton Ground o Petticoat Lane entre otros muchos. Vamos a aproximamos a dos de los más emblemáticos y frecuentados: Portobello Road en Notting Hill y Camden Market.
Brick Lane Market es uno de los numerosos mercadillos londinenses.
Portobello Road Market
Notting Hill era un área rural situada a las afueras noroccidentales del antiguo Londres, encaramada sobre una colina (de ahí su nombre) que emergía junto al camino que comunicaba la capital británica con el suroeste insular (la antigua calzada romana de la que forma parte Oxford Street). Notting Hill mantuvo su ambiente campestre (salpicado por alguna industria de tejerías) hasta mediados del siglo XIX, cuando fue absorbido por el crecimiento de la capital y se procedió a su “urbanización” para transformarlo en un nuevo barrio londinense.
Características casas de colores de Notting Hill.
La familia Ladbroke, propietaria principal de la zona, puso en marcha la parcelación de sus fincas siguiendo el proyecto de Thomas Allason que, apoyándose en una trama racional muy geométrica, consistía en hileras de viviendas que escondían jardines comunitarios en el interior de las manzanas, destinadas a las clases altas de la capital (la denominación Ladbroke Grove para el eje principal norte-sur del barrio homenajea a los antiguos propietarios). Aunque inicialmente la operación tuvo cierto éxito, el barrio acabaría recibiendo durante la primera mitad del siglo XX muchos residentes inmigrantes e iría adquiriendo una reputación dudosa, aunque su diversidad le proporcionaría un cierto aire cosmopolita que se vería reflejado en sus características casas de colores. Pero Notting Hill tendría problemas y sería escenario de diferentes disturbios raciales a finales de la década de 1950.
Portobello Road Market.
Todo cambiaría a partir de la década de 1980, fechas en la que Notting Hill asistiría a un proceso de gentrificación. Muchas casas fueron rehabilitadas o sustituidas por otras más “elegantes”, y el espacio urbano fue renovado, con lo que la zona renacería con un nuevo ambiente que lo convertiría en un lugar muy atractivo (cuya imagen fue muy potenciada por la película titulada con el nombre del barrio que triunfó en el año 1999 con Julia Roberts y Hugh Grant como protagonistas). También contribuiría al cambio el relanzamiento de Portobello Road Market, un antiguo mercado de frutas y verduras que, desde 1940 fue incorporando una gran oferta de antigüedades y objetos de segunda mano (incluida ropas y objetos domésticos).  
Portobello Road Market.
Este mercadillo callejero utiliza como soporte la calle Portobello Road, de la que toma el nombre. Esta vía es una de las más emblemáticas del barrio, recorriéndolo de norte a sur, de manera aproximadamente paralela a Ladbroke Grove, el referido eje central del barrio. Era un antiguo camino que unía Portobello Farm, una granja situada en el norte, con Notting Hill en el sur y seguía un recorrido serpenteante, que mantiene, contrastando con el entorno geométrico con el que fue diseñado el barrio. Esta circunstancia le proporciona una identidad propia dentro de la trama, aunque el elemento principal que potencia su singularidad es su mercado callejero, Portobello Road Market, desarrollado al norte del cruce con Wetsbourne Grovey, que se ha convertido en una gran atracción turística, sobre todo por la oferta de antigüedades (se considera el mayor mercado de este tipo del Reino Unido).
Notting Hill. En rojo, el trazado del eje principal del barrio, la rectilínea Ladbroke Grove. En amarillo, el trazado sinuoso de Portobello Road (remarcado en naranja la zona por la que se extiende Portobello Road Market). 
Camden Market
Hay que distinguir “Camden” de “Camden Town”. Camden Town es propiamente la Camden histórica, mientras que con la denominación estricta de Camden se designa, desde 1965, a uno de los borough oficiales de Londres que integra, además de Camden Town, Hampstead, Holborn, St. Pancras y parte de Fitzrovia. No obstante, esta segunda acepción carece de importancia entre los numerosísimos visitantes que identifican a Camden Town simplemente como Camden.
Hasta el siglo XIX, el núcleo de Camden no fue más que una zona rural al norte de Londres, poblada de granjas y explotaciones agrícolas, que era atravesada por el camino a Hampstead, que conectaba la City con el norte. La urbanización llegaría con la construcción del Canal del Regente (Regent’s Canal), impulsado por la gran operación de remodelación del centro de Londres que daría origen a Regent’s Park y a Regent Street.
Trazado del Regent’s Canal por el norte del centro londinense.
El canal discurre, más o menos paralelo al Támesis por la zona septentrional de la ciudad, conectando la Paddington Branch del Grand Unión Canal en el oeste, con el propio Támesis por el este. Entre sus funciones estuvo la de abastecer las necesidades del gran parque ideado por el Príncipe Regente, pero, además, ese canal modificó las dinámicas de sus áreas de ribera y en especial las de Camden Town. Primero, porque las obras del canal, que concluirían en 1820, atraerían a numerosos trabajadores que requerían habitación estimulando la urbanización y la construcción de viviendas en Camden. Pero no solo eso, ya que el canal serviría de eje estructurante para la instalación de numerosas fábricas y almacenes a lo largo del mismo. Muchos de los obreros de la construcción se quedaron para trabajar en las fábricas. Camden perdería así su antiguo ambiente campestre para convertirse en un área industrial.
Londres en 1834. Indicado en azul el Regent’s Canal y en rojo el recorrido de la línea ferroviaria London & Birmingham Railway. Ambas infraestructuras delimitaron Camden e impulsaron el cambio de la zona, que dejo de ser rural para convertirse en un entorno industrial. La línea marrón indica el trazado de Camden High Street.
Pero aún habría un segundo hecho que potenciaría esa transformación. En 1837, se trazó la línea ferroviaria London & Birmingham Railway que tenía como estación de término Euston Station. Las vías del tren marcarían un límite muy nítido entre la aristocrática zona de Regent`s Park, que quedaría al oeste, y Camden Town que acogía a la clase proletaria. Una separación física pero también de alto simbolismo.
Camden High Street es el eje que estructura Camden Market.
Pero Camden Town volvería a cambiar su carácter a partir de la década de 1960, cuando las actividades económicas que albergaba comenzaron a declinar. Muchos trabajadores emigraron a otras zonas y su lugar fue ocupado por inmigrantes y una población joven y rompedora que acabarían imprimiendo un personalísimo sello del barrio. Camden Town se convertiría en el espacio para la cultura alternativa, para el experimentalismo o para lo exótico. Esta idiosincrasia particular ha convertido a Camden Town en un entorno especial (se dice que Camden no es un barrio sino un estilo de vida) donde se marcan tendencias de moda o musicales (por allí dieron sus primeros pasos grupos como Sex Pistols, Clash, Oasis, Radiohead o Amy Winehouse, la “chica Camden”; de hecho, se considera que el punk-rock nació en Camden, en 1976).
La extravagancia es uno de los rasgos distintivos de Camden Market (en la imagen, tiendas en Camden High Street).
En ese caldo de cultivo surgiría, en la década de 1970, el mercado que daría fama internacional al barrio. Camden Market empezó a recibir miles de visitantes interesados tanto por el peculiar ambiente urbano y musical, como por la peculiar oferta de productos, que iban desde ropa extravagante, a comida exótica de todas las partes del mundo, artesanía o antigüedades. El mercado llegaría a ser una gran atracción turística que potenciaría todo el barrio.
Camden Market se articula en el tramo norte de Camden High Street, el nuevo nombre de aquel camino que unía Londres con Hampstead, reconvertido en el eje principal del barrio, una especie de “calle mayor”. Aunque en realidad, Camden Market, agrupa seis mercados diferentes, tres antes de cruzar el canal y otros tres tras pasar el cauce (al margen de las tiendas que acompañan Camden High Street). 
Esquema indicando la ubicación de los seis mercados que componen Camden Market. El norte se encuentra a la izquierda de la imagen.
Al sur del canal se encuentran:
1. Inverness Street Market, articulado sobre la calle de ese mismo nombre, perpendicular a la principal, es el único mercado histórico ya que nació en 1900 como mercado de frutas y verduras para los residentes. Su carácter ya no es el de suministro al barrio sino a los numerosísimos turistas que visitan Camden.
2. Buck Street Market parece querer monopolizar el término Camden. Además de ser el primero al que se llega desde la estación de metro de Camden Town, es el que cuenta en su entrada con el cartel “Camden Market” (de hecho, algunos turistas no continúan avanzando para conocer los mercados del otro lado del canal).
3. Electric Ballroom es un club reconvertido en mercado interior donde se ofrecen, quizá, los productos más alternativos en cuanto a diseño (sobre todo de moda y objetos “vintage”).
Camden Market, dos imágenes de Stables Market.
Al norte del canal se sitúan:
4. Camden Lock Market, fue el segundo mercado de la zona, abierto en 1974, al borde del agua, junto a las esclusas (lock) del canal. Destaca por su oferta de artesanía y antigüedades. Este y el siguiente son ejemplos de reutilización (reciclado) de instalaciones industriales obsoletas.
5. Stables Market, el “mercado de los establos”, cuyo nombre se refiere al lugar donde se encontraban los caballos que transportaban mercancías, tiraban de las barcazas del canal, etc. (llegó a acoger hasta 700 caballos en momentos punta). Es el mayor de todos los mercados de Camden, ofreciendo comida, moda y artesanía.
6. Finalmente, en la fachada oriental de Camden High Street, justo antes de terminar la calle se abrió, junto al canal, Camden Canal Market. Este mercado sufrió un incendio en 2008 y, aunque fue remodelado y reabierto como Camden Lock Village, volvió a cerrar en 2015 para sufrir una mutación radical hacia un conjunto multiusos que combinará apartamentos, talleres para artesanos y diseñadores, oficinas, zonas de ocio y espacios públicos, así como un mercado de alimentos y una escuela pública. El complejo, diseñado por AHMM (Allford, Hall, Monaghan & Morris), volverá a cambiar su nombre por el de Hawley Wharf (el muelle Hawley). Se espera su inauguración para este año 2018.
Camden Market. Imagen de la operación de regeneración urbana emprendida en Camden Canal Market para transformarlo en Hawley Wharf.

(continúa en la segunda parte del artículo)

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