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15 ago 2016

Cómo convertir una ciudad musulmana en otra cristiana: los casos de Zaragoza y Belgrado (1. La cristianización de Zaragoza en la Edad Media)

La Seo de Zaragoza: ábsides románicos y muro mudéjar de la Parroquieta (imagen de José Antonio Abad)
Hay ciudades que, en un momento determinado de su historia, han buscado un cambio de look radical. Las motivaciones pueden ser diversas, existiendo causas políticas, económicas, religiosas, etc., pero, en cualquier caso, estas premeditadas y drásticas variaciones de identidad urbana son muy interesantes. Un ejemplo es el de las ciudades que han pertenecido a los ámbitos religiosos cristiano y musulmán y que han experimentado esas dos visiones diferentes del mundo. Muchas de esas urbes, cuando pasaron de un contexto a otro, iniciaron procesos de reconversión sustancial, que implicaron actuaciones urbanas trascendentales, tanto físicas como simbólicas.
En esta línea, vamos a repasar dos casos que, aunque similares, porque analizan la conversión de una ciudad islámica en una ciudad cristiana, lo hacen distantes en el tiempo y con circunstancias diferentes, lo que se traduce en mecanismos de intervención distintos. El primer caso es español y se produjo en la Edad Media: la “cristianización” de Zaragoza. El segundo ejemplo es Belgrado, la capital serbia, que en el siglo XIX quiso borrar sus huellas otomanas y aparecer como una ciudad occidental europea. Abordamos el tema en dos artículos. En este, recalaremos en Zaragoza y, en el siguiente, lo haremos en Belgrado.

2 abr 2016

Ciudades de colores. La identidad de las ciudades a través de la pigmentación urbana.

La identidad se construye desde el reconocimiento de elementos idiosincráticos muy diversos. Algunas ciudades han logrado expresar su singularidad a través del color que predomina en su “paisaje urbano” (al menos en el de sus zonas más tradicionales e históricas). En algunos casos, el lento discurrir de la historia ha ido decantando una pigmentación de forma natural, casi siempre vinculada a los materiales del entorno próximo (piedra, ladrillo, etc.). En otras ocasiones, el color es añadido y tiene justificaciones ambientales o culturales, aunque también existen ejemplos mucho más artificiales, en los que algunas ciudades han forzado su cromatismo para lograr ese efecto identitario (habitualmente con fines turísticos).
Ciudades como Salamanca, Zaragoza, Sevilla, Gerona, Burdeos, Toulouse, o pueblos casi anónimos que aparecen blancos o negros (incluso ¡azules!), son casos en los que el color emerge como una seña de identidad principal.

5 jul 2014

“Nuevas Ciudades” en la España de 1970: Tres Cantos y el Actur de Zaragoza.

Ordenaciones iniciales para el ACTUR-Tres Cantos en Madrid (izquierda)  y ACTUR-Puente de Santiago en Zaragoza (derecha)
La España de principios de la década de 1960 asistió a un despegue económico sin precedentes. Esa etapa, conocida como “desarrollismo”, tendría importantes consecuencias urbanas. La fuerte emigración recibida desde los entornos rurales, puso en evidencia la falta de preparación de las ciudades para acoger un éxodo tan explosivo. Se sucedieron diferentes estrategias encaminadas a paliar el grave déficit residencial, que se concretarían en una vertiginosa construcción de viviendas a lo largo de ese periodo. Con ello, se cambiaría la faz de aquellas ciudades, hasta el punto de constituir un nuevo “paisaje urbano” en las periferias de las mismas.
Uno de los últimos planes de vivienda adoptados en dicha época fue el Programa ACTUR (Actuaciones Urbanísticas Urgentes) que, en 1970, seleccionó varios emplazamientos en las principales urbes para proponer operaciones muy ambiciosas, de gran extensión y con miles de viviendas, en sintonía con los modelos europeos que se estaban realizando entonces. Las ACTUR ofrecieron la oportunidad de planificar crecimientos siguiendo, con algunos matices, los postulados del Movimiento Moderno.
La irrupción de la crisis económica de 1973 afectó profundamente a las ACTUR. Ralentizó los proyectos, obligó a modificaciones sustanciales de los mismos y llegó, en algún caso, a abortar la intervención. De las diferentes propuestas que se activaron, las dos más emblemáticas fueron la que se levantó en las proximidades de Madrid y que se emanciparía como una nueva ciudad (Tres Cantos), y un nuevo barrio en Zaragoza, en la margen izquierda del rio Ebro, que se denominó “Puente de Santiago” pero acabó siendo reconocido simplemente como “el Actur”.