Las calles cubiertas se
convirtieron a finales del siglo XIX en la representación de la sofisticación
comercial. En la imagen, Leadenhall Market, en la City londinense.
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Estamos acercándonos a las calles de la ciudad en su vertiente comercial, visitando tres
modelos un tanto particulares. El primero es de la calle abierta que acoge
mercadillos temporales; el segundo, las calles comerciales cubiertas; mientras
que, en el tercero, analizamos casos que relacionan arquitectura y espacio
público gracias a los grandes mercados urbanos.
Para ello hemos iniciado un recorrido por Londres, una ciudad con una fuerte
impronta comercial, visitando dos ejemplos de cada caso. Para profundizar en
los mercados callejeros nos acercamos, en la primera parte
de este artículo, a Portobello Road en Notting
Hill y a Camden Market. En esta segunda y última entrega acometeremos
las calles comerciales cubiertas, con la pionera muestra de Burlington
Arcade y el espectacular Leadenhall Market en la City; y, finalmente, dos mercados
urbanos: el clásico Covent Garden Market y el renovado y contemporáneo Old
Spitalfields Market.
Dos calles comerciales cubiertas: Burlington
Arcade en Mayfair y Leadenhall Market en la City.
A finales del siglo XVIII nació un nuevo modelo comercial que estaba a medio
camino entre la calle y el edificio: los Pasajes. Surgidos en París, estos
espacios conectaban avenidas atravesando el interior de las manzanas,
generalmente de manera rectilínea y cubierta. Su carácter peatonal y, sobre todo, su resguardo ante las inclemencias del tiempo, llamaron la atención
sobre sus posibilidades como lugares para el comercio (con cierta influencia de
los grandes bazares orientales).
El Gran Bazar de Estambul.
Imagen de una de las calles interiores y de las cubiertas. La iluminación, en
este caso, es lateral.
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Incluso, dado que la mayor parte del recorrido
se realizaba por patios y no tenían edificación superior, era posible el
acristalamiento de su cubierta, proporcionando abundante luz (casi como en una calle abierta), hecho que favorecía
la actividad. Además, estas calles cubiertas, permitían controlar sus accesos (muchas de ellas serían promovidas desde el
sector privado) y cerrarse fuera de horarios, mejorando la seguridad de sus
tiendas. Todo eran ventajas para el negocio (en cierto modo, estas calles
comerciales cubiertas fueron el embrión de los centros comerciales modernos).
París. Passage du Caire
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La calle comercial cubierta tuvo sus primeras
muestras en la capital francesa, como el Passage
Du Caire de 1798. Esta fue la inspiración para construir Burlington Arcade, que se inauguró en
Londres en 1819 y se convertiría en uno de los ejemplos prototípicos, por su
orientación hacia los artículos de lujo y la sofisticación de sus espacios. A
partir de entonces, los pasajes, galerías o arcades
(que son otras de sus denominaciones) fueron deseadas por muchas de las grandes
capitales europeas, que irían aportando espectacularidad a su concepción
arquitectónica, hasta llegar a ejemplos tan icónicos como las Galeries Royales Saint-Hubert en
Bruselas (proyectadas por Jean-Pierre Cluysenaar e inauguradas en 1847); el Passage de San Petersburgo (Rudolf A.
Zhelyazevich, 1848); Galleria Vittorio
Emmanuelle II en Milán (Giuseppe Mengoni, 1877); la Galleria Giuseppe Mazzini en Génova (hermanos Bonino, 1880); o la Galleria Umberto I en Nápoles (Emmanuele
Rocco, Antonio Curri y Ernesto di Mauro, 1890).
Milán. Galleria Vittorio
Emmanuelle II
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Burlington Arcade, en Mayfair.
Londres cuenta con el privilegio de disponer de una
de las primeras calles comerciales cubiertas (que cumplirá dos siglos el
próximo año 2019). En Mayfair, uno de
los barrios más exclusivos de la capital británica, se construyó Burlington Arcade, en los jardines
laterales de Burlington House. Esta
fue una de las primeras mansiones construidas en el lado norte de Picadilly hacia 1665. La casa fue
ampliada y reconfigurada hasta convertirse en un modelo de arquitectura “palladiana”.
Burlington Arcade. Ubicación
sobre el plano de 1746. EL pasaje ocupo los jardines laterales de la Burlington
House.
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Cambió de manos en varias ocasiones hasta que Lord George Cavendish se hizo con
su propiedad en 1815 iniciando una serie de importantes cambios sobre la
configuración original. Uno de ellos fue la construcción de Burlington Arcade, siguiendo el proyecto
realizado por el arquitecto Samuel Ware. El diseño responde a una calle cubierta
rectilínea que se extiende a lo largo del jardín occidental de la mansión, entre
Piccadilly (donde se encuentra su
entrada meridional) y Burlington Gardens
(que es su acceso norte), discurriendo paralela a Old Bond Street a lo largo de casi 180 metros con una sección de
dos plantas y un techo acristalado.
Burlington Arcade. Acceso
desde Picadilly
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Burlington Arcade. Interior.
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En lo que respecta a Burlington House, la espléndida mansión fue vendida al gobierno
británico en 1854, y pasaría a ser ocupada por la Royal Society (la institución científica más antigua del Reino
Unido). En 1867 llegaría la Royal Academy
of Arts como coinquilino. El
edificio sería aumentado con una tercera planta en el bloque central y con la ampliación
de las “alas” laterales. En la parte septentrional de los jardines se
construiría entre 1867 y 1870, con diseño de Sir James Pennethorne, el edificio
6 Burlington Gardens que estuvo
ocupado inicialmente por la University of
London, aunque hoy también da servicio a la Royal Academy. En la actualidad la Royal Academy comparte Burlington
House con varias sociedades científicas, ya que la Royal Society se mudó a otra ubicación en 1968.
Leadenhall Market, en la City.
El caso de Leadenhall
Market es un tanto especial. Tiene el aspecto de una galería comercial pero
su origen no es el mismo que los casos típicos, sino que fue la transformación
de un mercado existente, muy antiguo, que daba servicio en la parte oriental de
la City, y estaba especializado en la
venta de carne. El incendio de 1666 le afectó gravemente, pero fue
reconstruido, cubriéndolo por primera vez con bóvedas de piedra.
Leadenhall Market. Ortofoto
(el mercado está remarcado con trama amarilla)
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En 1881, influido por los nuevos modelos de espacios
cubiertos que estaban triunfando en las capitales europeas, el viejo mercado
sufriría una renovación radical. Fue Sir Horace Jones quien diseñó la actual estructura
de hierro forjado y vidrio que lo cubre, así como la decoración interior. El
nuevo aspecto supuso un cambio en la orientación comercial que comenzó a
diversificarse y a atender al público minorista.
Leadenhall Market. Acceso por
Whittington Ave
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Leadenhall Market. Interior
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La entrada principal al mercado está en Gracechurch Street, con conexiones a las
calles contiguas Leadenhall Place, Lime Passage y Whittington Ave.
Dos mercados cubiertos: Old
Spitalfields Market y Covent Garden
Market en Westminster
Los mercados cubiertos fueron la solución a los
inconvenientes que el mal tiempo ocasionaba a la actividad comercial. La lluvia
era el fenómeno climático más inconveniente ya que impedía la normal realización
de las transacciones al aire libre y, por eso, se comenzó a especular con la
posibilidad de plantear grandes cubiertas que pudieran proteger esas “plazas de
mercado” del agua (pero la tecnología adecuada todavía no estaba disponible). Ciertamente,
desde la arquitectura, ya se habían construido edificaciones cubiertas con un
destino vinculado al comercio, con ejemplos que van desde las stoas de la antigua Grecia hasta las
lonjas medievales, pero aquellos notables edificios, que supusieron un primer
paso para la traslación del comercio hacia el interior de la arquitectura, no
resolvían los problemas de los grandes espacios urbanos destinados a mercado.
Las primeras experiencias de cubrición de espacios
públicos comerciales nacerían con el objetivo de proteger los mercados de
productos más sofisticados, como es el caso de las logias renacentistas. Puede
citarse como ejemplo la Loggia del
Mercato Nuovo en Florencia (popularmente conocida como el Mercato del Porcellino en alusión a la
afamada escultura del jabalí). Fue construida entre 1547 y 1551 siguiendo el
proyecto de Giovan Battista del Tasso. Su construcción estuvo motivada por la
delicadeza de las mercancías que se ofrecían: sedas y objetos preciosos que
requerían mejores condiciones (y además los clientes solían ser las clases
altas que no estaban dispuestas a soportar escenarios incómodos)
Florencia. Loggia del Mercato
Nuovo
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No sería hasta bien entrado el siglo XIX cuando la
tecnología posibilitaría el sueño de un gran espacio público cubierto. Los
nuevos materiales, particularmente el acero y el vidrio, permitieron la
creación de una tipología innovadora, caracterizada por grandes espacios
abiertos, cubiertos y luminosos que se abrían a su entorno, cuya esencia era precisamente
esa: una gran cubierta sobre un espacio. La centuria decimonónica dejaría numerosos
ejemplos brillantes (de los que, desgraciadamente, muchos han desaparecido).
Entre los que resisten el paso del tiempo y se han adaptado bien a la
contemporaneidad pueden citarse el Mercado de San Miguel de Madrid, el Mercado
Central de Valencia, el Mercado do Bolhão
en Oporto o, en Barcelona, los mercados de la Boquería (San José) y el
remodelado de Santa Caterina (con la emblemática cubierta que recibió en 2004 proyectada
por Enric Miralles y Benedetta Tagliabue)
Valencia. Mercado Central,
exterior e interior.
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En general este tipo de espacios suele responder a
la simplicidad de una gran cubierta que protege un espacio que cuenta solamente
con una planta baja, en continuidad y contacto con las calles adyacentes. Esta
esencialidad es a veces abandonada en favor de una mayor complejidad espacial,
apareciendo varios niveles (por lo general no más de dos). La luz natural es
otro de los rasgos más característicos (aunque también hay casos en los que,
por su modestia, no abundan las claraboyas, más costosas que la mera cubrición).
En cualquier caso, la gran diferencia entre un mercado cubierto y un centro comercial es
que los primeros no pierden su interconexión con el entorno urbano en el que se
integran, entendiéndose como una prolongación del espacio público aunque,
eso sí, cubierta; mientras que los segundos son ya una apuesta decidida por el
interior arquitectónico que olvida (en muchos casos premeditadamente) cualquier
relación con el exterior, creando un “mundo aparte”, ajeno a los ciclos
naturales que el mercado cubierto tiene tan presentes.
Los mercados decimonónicos, construidos con los nuevos
materiales (los referidos acero y vidrio) representaban lo nuevo y abrían
caminos hacia el futuro, convirtiéndose en las “catedrales” de su momento. Hay
que recordar que las grandes construcciones institucionales de finales del
siglo XIX seguían los dictados eclécticos del momento, reinterpretando estilos
antiguos y con materiales “eternos”, como la piedra (des el caso de las catedrales
finiseculares, de ayuntamientos, parlamentos, teatros, etc.).
Borough Market, en Southwark,
hacia 1860. Los nuevos mercados aplicaron las posibilidades tecnológicas que
abrían un nuevo futuro para la arquitectura.
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Londres cuenta con numerosos mercados cubiertos. Por
ejemplo, Borough Market en la ribera
sur del Támesis (en Southwark) uno de
los más antiguos (se calcula que su actividad estaría en marcha desde
principios del siglo XI, aunque su arquitectura actual data de 1861) y que
actualmente muestra una gran variedad de alimentación; o también Greenwich Market en el barrio que le da
nombre. Vamos a acercarnos a dos ejemplos con similitudes, pero con grandes
diferencias: el emblemático y clásico Covent
Garden Market en Westminster
y el renovado, ofreciendo una versión contemporánea del modelo, Old Spitalfields Market, en las afueras nororientales
de la City.
Covent Garden en Westminster
La denominación
Covent Garden, el “jardín del convento”, hace referencia a la zona de
huertos de la antigua abadía benedictina que hubo allí y que se vio tan
afectada por la Reforma Anglicana. La trascendencia del lugar en el desarrollo
urbano de Londres es fundamental para entender la configuración de la ciudad.
Hemos dedicado un artículo al relevante papel urbano de Covent Garden (ver “Innovaciones urbanas en la Inglaterra georgiana: squares y crescents (en Londres y Bath)"),
y por eso nos centraremos aquí en el edificio del mercado.
No obstante, hay recordar que Covent Garden es una denominación con gran simbolismo en la capital
británica. Por una parte, Covent Garden
es un barrio del borough de Westminster, pero para los londinenses es
mucho más que una delimitación administrativa: es la insignia de los amantes de
la ópera (acoge a la Royal Opera House);
es una referencia teatral con el Theatre
Royal, Drury Lane; es también una ajetreada zona de entretenimiento (con
numerosos pubs y restaurantes); y es, desde luego, también un mercado que
preside la Covent Garden Piazza,
aunque muy diferente a lo que fue en origen (en realidad hay dos mercados
porque en el lateral meridional de la piazza
se encuentra el Jubilee Market).
Covent Garden Market. Acceso
desde la Piazza
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Parece que el espacio comenzó a ser utilizado
espontáneamente como lugar comercial desde el siglo XVI, y que iría
consolidando su presencia cuando los mercaderes fueron ubicando sus puestos
junto al muro del jardín de la Bedford
House hacia 1654. No obstante, no sería hasta 1670, cuando el propio conde
de Beldford adquirió los derechos para ubicar allí un mercado de frutas y
verduras. El mercado abierto cambiaría radicalmente con la construcción, en 1830,
del edificio neoclásico que apreciamos en la actualidad (según proyecto de
Charles Fowler). A las frutas y verduras se le sumarían las flores, aumentando
su potencial.
Covent Garden Market. Interior
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Covent
Garden Market tendría dificultades para gestionar su éxito.
A finales de la década de 1960 los problemas que se generaban en la zona por
causa del mercado eran enormes (congestión de tráfico, dificultades de carga y
descarga de los camiones, imposibilidad de crecimiento o remodelaciones del
área que se encontraba protegida urbanísticamente, etc.). La solución fue
drástica. El mercado se trasladó al otro lado del río, a Nine Elms, donde se construiría el gigantesco (porque cubre un área
de 23 hectáreas) mercado de frutas, verduras y flores que recibiría el nombre
de New Covent Garden Market y sería
abierto en 1974.
Covent Garden Market. Interior
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El antiguo edificio de Covent Garden Market se remodeló para convertirse en un espacio
comercial diferente. Volvería a abrir en 1980 con una oferta que mezcla el ocio
y el comercio, con cafés, pubs y pequeñas tiendas de artesanía, actuando como
“corazón” de toda la zona.
Old Spitalfields Market
Old
Spitalfields Market es un mercado histórico situado en el
distrito de Tower Hamlets, al noreste
de la City. En su localización existe
un mercado desde 1638, fecha en la que el rey Carlos I (Charles I) otorgó una licencia para la venta de carne. Entonces, Spittle Fields, que era como se llamaba
aquel asentamiento, no pasaba de ser un área rural situada en las afueras de la
City.
Con la urbanización de la zona se delimitaría el área
destinada al mercado (marcada por las calles, Crispin Street (oeste, aunque acabaría desapareciendo en ese
tramo), Lamb Street (norte), Commercial Street (este) y Brushfield Street (sur). La construcción
del edificio cubierto no llegó hasta 1887 con el objetivo de mejorar el
rendimiento del mercado, entonces mayorista. Años después, en 1926, este
mercado se vería ampliado considerablemente hacia el oeste, fagocitando las
calles Crispin Street y Gun Street y las manzanas intermedias
hasta llegar a la actual Bishops Square.
Una particularidad arquitectónica del mercado es que la gran nave cubierta
central se encontraba flanqueada por una hilera de edificaciones que actuaban
como una “muralla” protegiendo su interior. Estas edificaciones victorianas, denominadas
Horner Buildings en referencia a su
promotor, fueron diseñadas por George Sherrin entre 1885 y 1893, proporcionando
una identidad singular al mercado.
Old Spitalfields Market. Horner
Buildings (George Sherrin, 1885-1893)
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La situación del conjunto cambiaría en 1991, cuando
el mercado mayorista de frutas y verduras fue trasladado a Leyton (donde sería bautizado como New Spitalfields Market) quedando el original con el nombre de Old Spitalfields Market en espera de una
necesaria remodelación.
En la actualidad, más allá del atractivo comercial
(que es elevado por su oferta de moda, arte, artesanía y alimentación), Old Spitalfields Market ofrece un
destacable interés arquitectónico, tanto por sus elementos originales como por
la transformación realizada siguiendo el proyecto de Foster & Partners. El
conjunto fue renovado radicalmente en una doble línea. Por una parte, se
rehabilitó el mercado original, proponiendo, para el comercio minorista, un
espacio contemporáneo de 3.700 m2 que se finalizó en 2017.
Old Spitalfields Market. Interior tras la remodelación de Foster & Partners (2017) |
Y, por otra parte,
se sustituyó el sector que había sido ampliado en 1926 por un gran edificio de
oficinas y apartamentos (el Bishops
Square Building construido entre
2001 y 2007) dando origen a la referida plaza Bishops Square. También se aprovechó la ocasión para rehabilitar
los edificios victorianos y para reestructurar el entorno urbano (cuestión que
permitió mejorar la integración urbana de la contigua iglesia anglicana de Christ Church Spitalfields, construida
entre 1714 y 1729 por Nicholas Hawksmoor, uno de los principales arquitectos
del barroco británico). Esta importante operación arquitectónica y urbana es
uno de los estandartes del proceso de renovación y revitalización del barrio
histórico de Spitalfields, que
refuerza así su papel de nexo de unión entre la City y el East End
londinense.
Old Spitalfields Market.
Bishops Square Building (Foster & Partners, 2007)
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