14 abr 2018

Comprar en la calle: propuestas comerciales en Londres (segunda parte)


Las calles cubiertas se convirtieron a finales del siglo XIX en la representación de la sofisticación comercial. En la imagen, Leadenhall Market, en la City londinense. 
Estamos acercándonos a las calles de la ciudad en su vertiente comercial, visitando tres modelos un tanto particulares. El primero es de la calle abierta que acoge mercadillos temporales; el segundo, las calles comerciales cubiertas; mientras que, en el tercero, analizamos casos que relacionan arquitectura y espacio público gracias a los grandes mercados urbanos.
Para ello hemos iniciado un recorrido por Londres, una ciudad con una fuerte impronta comercial, visitando dos ejemplos de cada caso. Para profundizar en los mercados callejeros nos acercamos, en la primera parte de este artículo, a Portobello Road en Notting Hill y a Camden Market. En esta segunda y última entrega acometeremos las calles comerciales cubiertas, con la pionera muestra de Burlington Arcade y el espectacular Leadenhall Market en la City; y, finalmente, dos mercados urbanos: el clásico Covent Garden Market y el renovado y contemporáneo Old Spitalfields Market.


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Dos calles comerciales cubiertas: Burlington Arcade en Mayfair y Leadenhall Market en la City.
A finales del siglo XVIII nació un nuevo modelo comercial que estaba a medio camino entre la calle y el edificio: los Pasajes. Surgidos en París, estos espacios conectaban avenidas atravesando el interior de las manzanas, generalmente de manera rectilínea y cubierta. Su carácter peatonal y, sobre todo, su resguardo ante las inclemencias del tiempo, llamaron la atención sobre sus posibilidades como lugares para el comercio (con cierta influencia de los grandes bazares orientales). 
El Gran Bazar de Estambul. Imagen de una de las calles interiores y de las cubiertas. La iluminación, en este caso, es lateral.
Incluso, dado que la mayor parte del recorrido se realizaba por patios y no tenían edificación superior, era posible el acristalamiento de su cubierta, proporcionando abundante luz (casi como en una calle abierta), hecho que favorecía la actividad. Además, estas calles cubiertas, permitían controlar sus accesos (muchas de ellas serían promovidas desde el sector privado) y cerrarse fuera de horarios, mejorando la seguridad de sus tiendas. Todo eran ventajas para el negocio (en cierto modo, estas calles comerciales cubiertas fueron el embrión de los centros comerciales modernos).
París. Passage du Caire
La calle comercial cubierta tuvo sus primeras muestras en la capital francesa, como el Passage Du Caire de 1798. Esta fue la inspiración para construir Burlington Arcade, que se inauguró en Londres en 1819 y se convertiría en uno de los ejemplos prototípicos, por su orientación hacia los artículos de lujo y la sofisticación de sus espacios. A partir de entonces, los pasajes, galerías o arcades (que son otras de sus denominaciones) fueron deseadas por muchas de las grandes capitales europeas, que irían aportando espectacularidad a su concepción arquitectónica, hasta llegar a ejemplos tan icónicos como las Galeries Royales Saint-Hubert en Bruselas (proyectadas por Jean-Pierre Cluysenaar e inauguradas en 1847); el Passage de San Petersburgo (Rudolf A. Zhelyazevich, 1848); Galleria Vittorio Emmanuelle II en Milán (Giuseppe Mengoni, 1877); la Galleria Giuseppe Mazzini en Génova (hermanos Bonino, 1880); o la Galleria Umberto I en Nápoles (Emmanuele Rocco, Antonio Curri y Ernesto di Mauro, 1890).
Milán. Galleria Vittorio Emmanuelle II 
Burlington Arcade, en Mayfair.
Londres cuenta con el privilegio de disponer de una de las primeras calles comerciales cubiertas (que cumplirá dos siglos el próximo año 2019). En Mayfair, uno de los barrios más exclusivos de la capital británica, se construyó Burlington Arcade, en los jardines laterales de Burlington House. Esta fue una de las primeras mansiones construidas en el lado norte de Picadilly hacia 1665. La casa fue ampliada y reconfigurada hasta convertirse en un modelo de arquitectura “palladiana”. 
Burlington Arcade. Ubicación sobre el plano de 1746. EL pasaje ocupo los jardines laterales de la Burlington House.
Cambió de manos en varias ocasiones hasta que Lord George Cavendish se hizo con su propiedad en 1815 iniciando una serie de importantes cambios sobre la configuración original. Uno de ellos fue la construcción de Burlington Arcade, siguiendo el proyecto realizado por el arquitecto Samuel Ware. El diseño responde a una calle cubierta rectilínea que se extiende a lo largo del jardín occidental de la mansión, entre Piccadilly (donde se encuentra su entrada meridional) y Burlington Gardens (que es su acceso norte), discurriendo paralela a Old Bond Street a lo largo de casi 180 metros con una sección de dos plantas y un techo acristalado.
Burlington Arcade. Acceso desde Picadilly
Burlington Arcade. Interior.

En lo que respecta a Burlington House, la espléndida mansión fue vendida al gobierno británico en 1854, y pasaría a ser ocupada por la Royal Society (la institución científica más antigua del Reino Unido). En 1867 llegaría la Royal Academy of Arts como coinquilino. El edificio sería aumentado con una tercera planta en el bloque central y con la ampliación de las “alas” laterales. En la parte septentrional de los jardines se construiría entre 1867 y 1870, con diseño de Sir James Pennethorne, el edificio 6 Burlington Gardens que estuvo ocupado inicialmente por la University of London, aunque hoy también da servicio a la Royal Academy. En la actualidad la Royal Academy comparte Burlington House con varias sociedades científicas, ya que la Royal Society se mudó a otra ubicación en 1968.
Leadenhall Market, en la City.
El caso de Leadenhall Market es un tanto especial. Tiene el aspecto de una galería comercial pero su origen no es el mismo que los casos típicos, sino que fue la transformación de un mercado existente, muy antiguo, que daba servicio en la parte oriental de la City, y estaba especializado en la venta de carne. El incendio de 1666 le afectó gravemente, pero fue reconstruido, cubriéndolo por primera vez con bóvedas de piedra.
Leadenhall Market. Ortofoto (el mercado está remarcado con trama amarilla)
En 1881, influido por los nuevos modelos de espacios cubiertos que estaban triunfando en las capitales europeas, el viejo mercado sufriría una renovación radical. Fue Sir Horace Jones quien diseñó la actual estructura de hierro forjado y vidrio que lo cubre, así como la decoración interior. El nuevo aspecto supuso un cambio en la orientación comercial que comenzó a diversificarse y a atender al público minorista.
Leadenhall Market. Acceso por Whittington Ave

Leadenhall Market. Interior
La entrada principal al mercado está en Gracechurch Street, con conexiones a las calles contiguas Leadenhall Place, Lime Passage y Whittington Ave.

Dos mercados cubiertos: Old Spitalfields Market y Covent Garden Market en Westminster
Los mercados cubiertos fueron la solución a los inconvenientes que el mal tiempo ocasionaba a la actividad comercial. La lluvia era el fenómeno climático más inconveniente ya que impedía la normal realización de las transacciones al aire libre y, por eso, se comenzó a especular con la posibilidad de plantear grandes cubiertas que pudieran proteger esas “plazas de mercado” del agua (pero la tecnología adecuada todavía no estaba disponible). Ciertamente, desde la arquitectura, ya se habían construido edificaciones cubiertas con un destino vinculado al comercio, con ejemplos que van desde las stoas de la antigua Grecia hasta las lonjas medievales, pero aquellos notables edificios, que supusieron un primer paso para la traslación del comercio hacia el interior de la arquitectura, no resolvían los problemas de los grandes espacios urbanos destinados a mercado.
Las primeras experiencias de cubrición de espacios públicos comerciales nacerían con el objetivo de proteger los mercados de productos más sofisticados, como es el caso de las logias renacentistas. Puede citarse como ejemplo la Loggia del Mercato Nuovo en Florencia (popularmente conocida como el Mercato del Porcellino en alusión a la afamada escultura del jabalí). Fue construida entre 1547 y 1551 siguiendo el proyecto de Giovan Battista del Tasso. Su construcción estuvo motivada por la delicadeza de las mercancías que se ofrecían: sedas y objetos preciosos que requerían mejores condiciones (y además los clientes solían ser las clases altas que no estaban dispuestas a soportar escenarios incómodos)
Florencia. Loggia del Mercato Nuovo 
No sería hasta bien entrado el siglo XIX cuando la tecnología posibilitaría el sueño de un gran espacio público cubierto. Los nuevos materiales, particularmente el acero y el vidrio, permitieron la creación de una tipología innovadora, caracterizada por grandes espacios abiertos, cubiertos y luminosos que se abrían a su entorno, cuya esencia era precisamente esa: una gran cubierta sobre un espacio. La centuria decimonónica dejaría numerosos ejemplos brillantes (de los que, desgraciadamente, muchos han desaparecido). Entre los que resisten el paso del tiempo y se han adaptado bien a la contemporaneidad pueden citarse el Mercado de San Miguel de Madrid, el Mercado Central de Valencia, el Mercado do Bolhão en Oporto o, en Barcelona, los mercados de la Boquería (San José) y el remodelado de Santa Caterina (con la emblemática cubierta que recibió en 2004 proyectada por Enric Miralles y Benedetta Tagliabue)
Valencia. Mercado Central, exterior e interior.
En general este tipo de espacios suele responder a la simplicidad de una gran cubierta que protege un espacio que cuenta solamente con una planta baja, en continuidad y contacto con las calles adyacentes. Esta esencialidad es a veces abandonada en favor de una mayor complejidad espacial, apareciendo varios niveles (por lo general no más de dos). La luz natural es otro de los rasgos más característicos (aunque también hay casos en los que, por su modestia, no abundan las claraboyas, más costosas que la mera cubrición).
En cualquier caso, la gran diferencia entre un mercado cubierto y un centro comercial es que los primeros no pierden su interconexión con el entorno urbano en el que se integran, entendiéndose como una prolongación del espacio público aunque, eso sí, cubierta; mientras que los segundos son ya una apuesta decidida por el interior arquitectónico que olvida (en muchos casos premeditadamente) cualquier relación con el exterior, creando un “mundo aparte”, ajeno a los ciclos naturales que el mercado cubierto tiene tan presentes.
Los mercados decimonónicos, construidos con los nuevos materiales (los referidos acero y vidrio) representaban lo nuevo y abrían caminos hacia el futuro, convirtiéndose en las “catedrales” de su momento. Hay que recordar que las grandes construcciones institucionales de finales del siglo XIX seguían los dictados eclécticos del momento, reinterpretando estilos antiguos y con materiales “eternos”, como la piedra (des el caso de las catedrales finiseculares, de ayuntamientos, parlamentos, teatros, etc.).
Borough Market, en Southwark, hacia 1860. Los nuevos mercados aplicaron las posibilidades tecnológicas que abrían un nuevo futuro para la arquitectura.
Londres cuenta con numerosos mercados cubiertos. Por ejemplo, Borough Market en la ribera sur del Támesis (en Southwark) uno de los más antiguos (se calcula que su actividad estaría en marcha desde principios del siglo XI, aunque su arquitectura actual data de 1861) y que actualmente muestra una gran variedad de alimentación; o también Greenwich Market en el barrio que le da nombre. Vamos a acercarnos a dos ejemplos con similitudes, pero con grandes diferencias: el emblemático y clásico Covent Garden Market en Westminster y el renovado, ofreciendo una versión contemporánea del modelo, Old Spitalfields Market, en las afueras nororientales de la City.
Covent Garden en Westminster
La denominación Covent Garden, el “jardín del convento”, hace referencia a la zona de huertos de la antigua abadía benedictina que hubo allí y que se vio tan afectada por la Reforma Anglicana. La trascendencia del lugar en el desarrollo urbano de Londres es fundamental para entender la configuración de la ciudad. Hemos dedicado un artículo al relevante papel urbano de Covent Garden (ver “Innovaciones urbanas en la Inglaterra georgiana: squares y crescents (en Londres y Bath)"), y por eso nos centraremos aquí en el edificio del mercado.
No obstante, hay recordar que Covent Garden es una denominación con gran simbolismo en la capital británica. Por una parte, Covent Garden es un barrio del borough de Westminster, pero para los londinenses es mucho más que una delimitación administrativa: es la insignia de los amantes de la ópera (acoge a la Royal Opera House); es una referencia teatral con el Theatre Royal, Drury Lane; es también una ajetreada zona de entretenimiento (con numerosos pubs y restaurantes); y es, desde luego, también un mercado que preside la Covent Garden Piazza, aunque muy diferente a lo que fue en origen (en realidad hay dos mercados porque en el lateral meridional de la piazza se encuentra el Jubilee Market).
Covent Garden Market. Acceso desde la Piazza
Parece que el espacio comenzó a ser utilizado espontáneamente como lugar comercial desde el siglo XVI, y que iría consolidando su presencia cuando los mercaderes fueron ubicando sus puestos junto al muro del jardín de la Bedford House hacia 1654. No obstante, no sería hasta 1670, cuando el propio conde de Beldford adquirió los derechos para ubicar allí un mercado de frutas y verduras. El mercado abierto cambiaría radicalmente con la construcción, en 1830, del edificio neoclásico que apreciamos en la actualidad (según proyecto de Charles Fowler). A las frutas y verduras se le sumarían las flores, aumentando su potencial.
Covent Garden Market. Interior
Covent Garden Market tendría dificultades para gestionar su éxito. A finales de la década de 1960 los problemas que se generaban en la zona por causa del mercado eran enormes (congestión de tráfico, dificultades de carga y descarga de los camiones, imposibilidad de crecimiento o remodelaciones del área que se encontraba protegida urbanísticamente, etc.). La solución fue drástica. El mercado se trasladó al otro lado del río, a Nine Elms, donde se construiría el gigantesco (porque cubre un área de 23 hectáreas) mercado de frutas, verduras y flores que recibiría el nombre de New Covent Garden Market y sería abierto en 1974.
Covent Garden Market. Interior
El antiguo edificio de Covent Garden Market se remodeló para convertirse en un espacio comercial diferente. Volvería a abrir en 1980 con una oferta que mezcla el ocio y el comercio, con cafés, pubs y pequeñas tiendas de artesanía, actuando como “corazón” de toda la zona.
Old Spitalfields Market
Old Spitalfields Market es un mercado histórico situado en el distrito de Tower Hamlets, al noreste de la City. En su localización existe un mercado desde 1638, fecha en la que el rey Carlos I (Charles I) otorgó una licencia para la venta de carne. Entonces, Spittle Fields, que era como se llamaba aquel asentamiento, no pasaba de ser un área rural situada en las afueras de la City.
Con la urbanización de la zona se delimitaría el área destinada al mercado (marcada por las calles, Crispin Street (oeste, aunque acabaría desapareciendo en ese tramo), Lamb Street (norte), Commercial Street (este) y Brushfield Street (sur). La construcción del edificio cubierto no llegó hasta 1887 con el objetivo de mejorar el rendimiento del mercado, entonces mayorista. Años después, en 1926, este mercado se vería ampliado considerablemente hacia el oeste, fagocitando las calles Crispin Street y Gun Street y las manzanas intermedias hasta llegar a la actual Bishops Square. Una particularidad arquitectónica del mercado es que la gran nave cubierta central se encontraba flanqueada por una hilera de edificaciones que actuaban como una “muralla” protegiendo su interior. Estas edificaciones victorianas, denominadas Horner Buildings en referencia a su promotor, fueron diseñadas por George Sherrin entre 1885 y 1893, proporcionando una identidad singular al mercado.
Old Spitalfields Market. Horner Buildings (George Sherrin, 1885-1893)
La situación del conjunto cambiaría en 1991, cuando el mercado mayorista de frutas y verduras fue trasladado a Leyton (donde sería bautizado como New Spitalfields Market) quedando el original con el nombre de Old Spitalfields Market en espera de una necesaria remodelación.
En la actualidad, más allá del atractivo comercial (que es elevado por su oferta de moda, arte, artesanía y alimentación), Old Spitalfields Market ofrece un destacable interés arquitectónico, tanto por sus elementos originales como por la transformación realizada siguiendo el proyecto de Foster & Partners. El conjunto fue renovado radicalmente en una doble línea. Por una parte, se rehabilitó el mercado original, proponiendo, para el comercio minorista, un espacio contemporáneo de 3.700 m2 que se finalizó en 2017. 
Old Spitalfields Market. Interior tras la remodelación de Foster & Partners (2017)
Y, por otra parte, se sustituyó el sector que había sido ampliado en 1926 por un gran edificio de oficinas y apartamentos (el Bishops Square Building construido entre 2001 y 2007) dando origen a la referida plaza Bishops Square. También se aprovechó la ocasión para rehabilitar los edificios victorianos y para reestructurar el entorno urbano (cuestión que permitió mejorar la integración urbana de la contigua iglesia anglicana de Christ Church Spitalfields, construida entre 1714 y 1729 por Nicholas Hawksmoor, uno de los principales arquitectos del barroco británico). Esta importante operación arquitectónica y urbana es uno de los estandartes del proceso de renovación y revitalización del barrio histórico de Spitalfields, que refuerza así su papel de nexo de unión entre la City y el East End londinense.
Old Spitalfields Market. Bishops Square Building (Foster & Partners, 2007)


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