Imagen aérea del Plan Sur (Plan Zuid) de Amsterdam. |
La relación entre Arquitectura y Urbanismo
y, sobre todo, el establecimiento de prioridades o equilibrios entre ambos siempre
ha generado intensas controversias. Esta polémica sobre las primacías alcanzó
uno de sus puntos álgidos, cuando el Racionalismo del siglo XX abogó por la
autonomía radical de la arquitectura respecto de cualquier consideración
urbanística previa. La noción de Arquitectura Urbana nació con el
objetivo de superar la dicotomía entre independencia y subordinación,
ofreciendo una alternativa a la tensión entre lo individual y lo colectivo,
entre las escalas de la vivienda y de la ciudad, intentando potenciar el valor
del conjunto sin anular la identidad de las partes.
Un magnífico ejemplo se produjo en Amsterdam, cuando se desarrolló el Plan Sur (Plan Zuid), propuesto por H.P. Berlage y aprobado en 1917. Este
Plan se encuentra entre los más decisivos para la conformación de la ciudad
moderna, sentando las bases de una nueva concepción de la manzana urbana.
También la aportación de los arquitectos de la Escuela de Amsterdam sería
trascendental para la definición del modelo.
La superación del
recinto histórico de Amsterdam.
Tras un largo periodo de
estancamiento económico, Amsterdam recuperó, a finales del siglo XIX, la senda
de la prosperidad gracias a la apertura del Canal del Mar del Norte (Noordzeekanaal), que se construyó entre
1865 y 1875. Este nuevo canal reactivó el puerto y la ciudad experimentó un
importante crecimiento demográfico.
Entre 1850 y 1920 su población se triplicaría, pasando de 230.000 a
690.000 habitantes. La densa y congestionada Amsterdam antigua se vio en la imperiosa necesidad de superar sus límites amurallados
para poder dar cabida a la numerosa población inmigrante. A lo largo del siglo
XIX, las defensas que constreñían la ciudad irían siendo derribadas. Pero, aunque hubo varios intentos de crear un plan de expansión general,
los crecimientos realizados más allá del recinto histórico durante el último
cuarto del siglo XIX y hasta la década de 1930, serían fragmentarios y
carecerían de un planteamiento unitario.
Amsterdam. Plan Van Niftrik.
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El primer intento para crear un
plan sucedió en 1867, cuando Jacobus van Niftrik (1833-1910) presentó su
propuesta para la ampliación de Amsterdam (el Plan Van Niftrik). Su solución era crear una corona que
envolviera la “media luna” del casco histórico, que estaría constituida por una
heterogénea colección de tramas muy diferentes que incorporaban amplios
espacios verdes (asumiendo además el incipiente parque Vondelpark que había surgido en 1865 por iniciativa privada). Este
plan fue rechazado aduciendo su inviabilidad económica derivada de la baja
densidad que ofrecía. Pero, aunque no llegó a aprobarse, si vio cómo se
ejecutaba una pequeña parte del mismo en la zona norte de Oude Pijp (las manzanas delimitadas por la calle Gerard Doustraat).
La falta de acuerdo sobre este plan
y la imperiosa necesidad de viviendas obligó a la preparación de una
alternativa para la expansión de la ciudad. La nueva planificación fue diseñada
por Jan Kalff (1831-1913) en 1875. El Plan Kalff, que sería aprobado en
1878, también proponía una corona urbanizada alrededor del centro histórico,
pero con una modificación importante en la estructura urbana de Amsterdam. Del
tradicional esquema radioconcéntrico de la ciudad antigua se pasó a un nuevo
crecimiento ortogonal siguiendo las trazas de los canales vinculados a los
pólderes (como ya había sucedido en el barrio de Jordaan). Su materialización daría lugar a nuevos barrios como Van Lennepbuurt, Da Costabuurt, Helmersbuurt,
Frederik Hendrikbuurt, Staatsliedenbuurt, Spaarndammerbuurt, Oosterparkbuurt
y una parte importante del actual Pijp-Noord
(avanzando sobre el pequeño crecimiento basado en la traza de Van Niftrik comentado
anteriormente). El modelo urbano respondería prácticamente a un tipo único de
manzana y vivienda densa.
Amsterdam. Plan Kalff.
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A partir del Plan Kalff continuaron algunas otras extensiones parciales, como el
barrio que se desarrollaría al sur de Oosterparkbuurt, el “barrio africano” (Transvaaalbuurt)
que fue diseñado en 1903 por Hendrik Petrus Berlage, entre el Ringvaart y la curva que trazaban las
vías del tren en su recorrido de unión de la línea de Utrecht con la Estación
Central.
El crecimiento urbano durante el
periodo entreguerras
se concretaría en la zona sur y oeste de la ciudad. Estas ampliaciones serían
conocidas como “la franja 20-40” (Gordel 20-40) en alusión al periodo en
el que fueron desarrolladas. Destacaría especialmente el Plan Sur (Plan Zuid) que proyectaría también Berlage
y que sería aprobado en 1917. Este Plan
se convertiría en una referencia para el urbanismo internacional (en el que
profundizaremos a continuación).
Por su parte,
el Plan Oeste (Plan West) sería
posterior al Plan Sur, ya que se puso
en marcha en 1922, tras la absorción del municipio de Sloten (realizada en
1921). Su diseño correspondió al Director de Obras Públicas de la ciudad,
Allard Remco Hulshoff y los arquitectos Jan Gratama y Gerrit Versteeg, quienes
se inspiraron en el modelo de Berlage para el Plan Sur, pero con manzanas más largas (algunas de 250 metros). Los
arquitectos encargados de levantar los edificios fueron casi los mismos que los
del Plan Sur que se estaba ejecutando
a la vez (la Escuela de Amsterdam) y
consiguieron que la arquitectura proporcionara una cierta variedad a la
monotonía del planeamiento. También participaría puntualmente en el Plan West el propio H.P. Berlage, siendo
encargado de diseñar la plaza Mercatorplein
y los edificios que la conforman. El Plan
West quedaría delimitado por Admiralengracht,
Erasmusgracht, Orteliuskade, Surinameplein
y Kostverlorenvaart, dando origen a
barrios como Hoofddorppleinbuurt, Surinamebuurt, Admiralenbuurt o Mercatorbuurt.
El menor tamaño del Plan West y la
urgente necesidad de vivienda harían que este Plan fuera construido con gran
rapidez (en 1927 estaba prácticamente completado) y que se finalizara antes que
la propuesta meridional.
Amsterdam. Plan West. Viviendas en la calle Hoofdweg,
obra de H.Th. Wijdeveld
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Otros crecimientos,
igualmente fragmentarios, se desarrollaron en el norte de la ciudad siguiendo
el modelo de Ciudad-Jardín. Por ejemplo, en el noreste se levantó, en 1921, la Ciudad-Jardín de
Oostzaan, Tuindorp Oostzaan, (llamada así por la proximidad de este
municipio). El núcleo nació para dar alojamiento a los obreros que trabajaban
en los puertos del norte de Amsterdam, según el diseño de los arquitectos B.T.
Boeyinga y J.H. Mulder, ambos pertenecientes a la Escuela de Amsterdam. Otra ciudad jardín, también en el norte,
sería la Nieuwendam (Tuindorp
Nieuwendam) que se construiría entre 1924 y 1934 junto al pueblo del
mismo nombre y cuyo autor sería igualmente Berend Boeyinga.
Descripción básica del
Plan Zuid de H.P. Berlage.
La expansión
del sur, más allá del Vondelpark y
del Plan Kalff, tuvo un primer
intento de desarrollo en 1899, con una propuesta realizada por C.L.M. Lambrechtsen
van Ritthem. Pero este plan fue rechazado, lo cual motivó que, en el año 1900,
Hendrik Petrus Berlage recibiera el encargo de planificar la ampliación
meridional de Amsterdam.
Amsterdam. Plan Zuid de Berlage (primera versión de
1904 rechazada)
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Berlage
diseñaría un primer plan, que
presentaría en 1904, compuesto por dos áreas diferenciadas. En su zona
norte actuaba sobre el área propuesta por Lambrechtsen van Ritthem,
modificándola drásticamente; mientras que, en su zona sur, que era una
ampliación respecto a ese plan anterior, proponía una urbanización inspirada en
el estilo paisajista inglés, ofreciendo una edificación de baja densidad
inmersa en un gran parque estructurado por calles y canales sinuosos. Este plan
tampoco fue aceptado (nuevamente la densidad no era suficiente para suplir las
necesidades) y sería revisado en profundidad por Berlage, dando lugar a la versión definitiva del Plan Zuid, que se aprobaría en 1917.
Amsterdam. Plan Zuid de Berlage (segunda versión de 1915
aprobada en 1917)
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No obstante,
aquella primera versión de 1904 condicionaría el borde exterior del Plan Kalff incorporando alguna cuestión
del plan de Lambrechtsen van Ritthem (rematando el Oude Pijp y el barrio existente tras el Vondelpark). Esta formalización sería tomada por Berlage como el límite
norte para el nuevo Plan Zuid, delimitación
que sería remarcada por el proyectado Noordel
Amstelkanaal, un canal que formaba parte del sistema de conexiones
acuáticas propuesto entre los ríos Amstel
y Schinkel. Las orillas de estos dos
ríos definían los límites de la actuación por el este y el oeste
respectivamente, mientras que el límite meridional quedaría autodefinido por el
trazado de una red ferroviaria y una estación que se convertiría en uno de los
focos principales del Plan.
Visión del Plan Sur desde el río Amstel, con la gran
avenida y su bifurcación.
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El nuevo
planeamiento propuesto por Berlage transformaba
radicalmente la estructura de su versión anterior. El Plan Zuid definitivo proponía una serie de grandes viarios y nuevos
canales que lo estructuraban desde una nueva visión general. Desde el rio Amstel partía una avenida este-oeste (Vrijeidslaan) que llegaba a un
espacio-puerta (Victoriaplein) del
que nacían dos grandes avenidas que se dirigían, una hacia el norte (Churchill-laan y su continuación Apollolaan, separadas por el canal Boerenwetering), y otra hacia el sur (Roosveltlaan) en dirección a la nueva
estación ferroviaria. Esta estación de tren era el origen de un tridente
viario, cuya avenida central conectaba, casi a modo de salón urbano, con el
equipamiento norte, hoy ocupado por el hotel Hilton Amsterdam. No obstante, el retraso de décadas en la
construcción de la estación, acabaría por hacer desaparecer este tridente y
modificaría el carácter del sector meridional. Por el oeste, la actuación
quedaba rematada por una avenida (que se desfiguraría en su desarrollo) y que
preveía una instalación deportiva (que se concretaría en el Estadio Olímpico para
los Juegos celebrados en 1928 en la ciudad). Respecto a los canales, se
proyectó un canal iniciado en el rio Amstel,
el Amstelkanaal, que se bifurcaba al
cruzar el canal Boerenwetering en un
ramal que delimitaba el norte (Noorder
Amstelkanaal) y otro que protagonizaba el centro (Zuider Amstelkanaal). Estos dos canales se unían finalmente al
llegar al rio Schinkel. Un parque en
el sur completaría los grandes trazos del Plan.
Ambiente urbano del Plan Sur de Berlage (avenida Vrijeidslaan,
acceso desde el rio Amstel)
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Esta
estructura principal se subdividía en calles de menor rango que iban
configurando las manzanas
características del Plan Zuid. En
esta ordenación, Berlage propuso básicamente tres tipos fundamentales de
manzanas: las que contenían viviendas unifamiliares, otras con bifamiliares y
finalmente las plurifamiliares, siendo estas últimas las mayoritarias,
aproximadamente un 70% del total, y las más representativas. Estas manzanas que
acogen la vivienda colectiva responden al tipo de manzana con patio, pero se
alejan mucho de las referencias decimonónicas, como las manzanas parisinas de Haussmann, las barcelonesas de Cerdá o las Mietkasernen berlinesas. La formalización de la manzana de Berlage es
muy diferente. Sus proporciones y funcionamiento supusieron una revisión del
modelo desde los criterios de la modernidad (seriación, higienismo, etc.). La
edificación se apoya en rectángulos muy alargados en planta, con anchuras entre
los 40 y 50 metros y longitudes variables desde los 100 hasta los 200 metros.
La altura de los bloques que las conforman suele ser de cuatro plantas
distribuidas en dos viviendas dúplex superpuestas y la crujía es simple, con viviendas
de doble orientación.
La contribución de los arquitectos de la Escuela de Amsterdam a la concreción
final de las edificaciones del Plan Zuid
sería trascendental para la creación de su particular ambiente urbano.
Valoración y
aportaciones del Plan Zuid de H.P.
Berlage (la Arquitectura Urbana).
Cuando Hendrik Petrus Berlage (1856-1934) se enfrentó a
la expansión meridional de Amsterdam era un prestigioso arquitecto que contaba
en su haber con obras emblemáticas en la ciudad (como el Edificio de la Bolsa
que se había concluido en 1903). Educado en el eclecticismo supo evolucionar
con el “espíritu” de su tiempo intentando aunar las claves estilísticas del art nouveau y del expresionismo imperante en la época con las de un incipiente racionalismo. Su posición intelectual lo
convertiría en un maestro para los arquitectos de la Escuela de Amsterdam y en un referente del prefuncionalismo.
Berlage tenía una gran inquietud
sobre la relación entre la arquitectura y la ciudad. Sus experiencias en planes
de expansión como los de La Haya de 1908 o Purmerend en 1911 le permitieron
consolidar las ideas que estaba gestando. Por eso, la oportunidad que le
brindaba el Plan Zuid (en su segunda
versión iniciada en 1915) le permitió asumir el reto de crear un nuevo modelo
urbano que debía caracterizarse por una estrecha interacción entre la
Arquitectura y el Espacio Público.
Perspectiva original del Plan Sur, con la Estación
ferrovairia proyectada y el tridente que partía de ella.
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Este hecho lo convertiría en un
pionero de la visión moderna de la Arquitectura
Urbana. La relación entre Arquitectura y Urbanismo y, sobre todo, el
establecimiento de prioridades o equilibrios entre ambos siempre ha generado
intensas controversias. Esta polémica sobre las primacías alcanzó uno de sus
puntos álgidos, cuando el Racionalismo del siglo XX abogó por la autonomía
radical de la arquitectura respecto de cualquier consideración urbanística
previa. La noción de Arquitectura Urbana nació con el
objetivo de superar la dicotomía entre independencia y subordinación,
ofreciendo una alternativa a la tensión entre lo individual y lo colectivo,
entre las escalas de la vivienda y de la ciudad, intentando potenciar el valor
del conjunto sin anular la identidad de las partes. Y así lo reflejó en el Plan Zuid.
Berlage era consciente del
trascendental papel que la movilidad urbana estaba adquiriendo en la ciudad
moderna. Admiraba los bulevares parisinos con sus amplios paseos y aspiraba a
conseguir para Amsterdam un nuevo paisaje urbano que superara las dificultades
de circulación que existían en el centro histórico.
Ya en 1893, Berlage afirmaba que la “manzana de casas”, que agrupaba viviendas
de alquiler idénticas, podría constituirse en una destacada base
arquitectónica, así como en un elemento esencial de la escena urbana. La
manzana se concebía de esta manera como el patrón para la construcción de la
ciudad ofreciendo dos vertientes, una interior en la que desatacaban las
novedosas propuestas de organización interna tanto del patio como de la edificación
perimetral, y otra exterior como responsable de la conformación del espacio
público de la ciudad. Su unidad arquitectónica debería ser uno de los rasgos
prioritarios. Como materialización de esas ideas, el Plan Zuid se convertiría
un punto de inflexión, no solo para el urbanismo holandés, sino también
internacional, ya que se establecería como una referencia fundamental.
El Plan Zuid
ofrecía tres aspectos que resultaban
inéditos en los planteamientos urbanos de la ciudad de los inicios del
siglo XX y que influirían notablemente en el desarrollo urbanístico posterior urbanismo
internacional de la época. Criterios
similares, pero con otra formalización, pueden apreciarse, por ejemplo, en la
revisión efectuada en las höfe de la Viena Roja. La manzana de Berlage ocupa una posición de privilegio dentro de la “genealogía” del espacio residencial del siglo XXI.
Ambiente urbano del Plan Sur de Berlage.
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La primera innovación corresponde a la organización interior de
las manzanas, tanto del patio que albergaban como de la edificación
perimetral que las definía. Las propuestas eran una reacción ante una
circunstancia desconocida hasta entonces: la construcción masiva de viviendas
(sólo el Plan Sur proponía 12.000),
con una atención prioritaria a la vivienda social. La extraordinaria presión
demográfica producida por la ingente inmigración que recibía Amsterdam y la
consideración por parte del ayuntamiento socialista de las posibilidades de los
nuevos residentes llevó al gobierno municipal a priorizar la vivienda popular. La
reflexión sobre estas circunstancias produjo el entendimiento de la manzana como
la combinación de células de
vivienda (adelantando algunas de las bases del racionalismo posterior) aunque, no obstante, como veremos después,
adquirían apariencia unitaria desde el espacio público de la ciudad. No
obstante, las mayores novedades ofrecidas por la manzana plurifamiliar
característica del Plan Sur se
encontraban en la organización de la misma. Por una parte, se produjo una metamorfosis del patio interior, que en
la manzana decimonónica no solía ser unitario, sino que quedaba fragmentado
entre muchas propiedades y, en los casos en los que no quedaba segmentado, era
ocupado por edificaciones industriales en planta baja. Contrariamente a estas
situaciones, en el Plan Zuid, el
patio interior presentaba una concepción unitaria y aumentaba sus dimensiones,
convirtiéndose en un espacio amplio y ajardinado capaz de dar servicio a la
comunidad mejorando la imagen interior, de forma que en ocasiones la vista
interior mejoraba a la exterior. El
patio se convierte en el núcleo central de la vida de sus residentes, con
servicios colectivos, espacios reservados para el juego de los niños, o incluso
con lugares destinados a huertas particulares. Una segunda
transformación implicaría la modificación
de la anchura de la edificación perimetral, ya que la experimentación sobre
la vivienda mínima forzó la reducción de la dimensión de la crujía, permitiendo
la doble orientación a las viviendas que contarían con vistas a la calle
exterior y al jardín interior, garantizando también una correcta ventilación y
soleamiento.
Ambiente urbano del Plan Sur de Berlage.
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La segunda
innovación se encuentra en la consideración de la responsabilidad de la
manzana en la conformación del espacio público de la ciudad. Esta
aportación es trascendental, porque sus planteamientos estilísticos ponen de
manifiesto un gran debate nuevo para la ciudad, el problema de la arquitectura urbana. En consecuencia,
la fachada del Plan Zuid no se limita
a ser la expresión de un interior, sino que debe dar respuestas a un exterior y
en este sentido la piel de la arquitectura se convierte en el ámbito de un
conflicto entre dos escalas: la de la vivienda y la de la ciudad. La
distribución de las manzanas o de sus partes entre los diferentes arquitectos
evidenciaría esta cuestión. Ya no se repartieron por lotes (como sucedía en los
modelos del siglo XXI), sino por calles, de forma que se garantizara la
coherencia entre los lienzos de las fachadas que las constituían. La composición unitaria, atendiendo a
las necesidades escenográficas de las calles acentúan el valor de las premisas
urbanas sobre la arquitectura, sin restarle posibilidades expresivas.
La tercera innovación es complementaria a las consideraciones
arquitectónicas anteriores y es consecuencia de los mecanismos adoptados para el desarrollo urbano. Su novedad se
asienta en las particularidades de Amsterdam. La ciudad se encuentra bajo el
nivel del mar y tanto la consecución de suelo como la construcción posterior
sobre el mismo son operaciones arduas y tecnológicamente complejas. Esto tendrá
una repercusión económica evidente pero también política y social ya que el
exigente y costoso mantenimiento hace que la construcción urbana sea vista como
un esfuerzo colectivo. De ahí surgen las estrategias de planificación a largo plazo, mostrada, por ejemplo, en la Woningwet, la ley sobre la vivienda
promulgada en 1901 por el gobierno del país, obligando a todos los municipios
mayores de 10.000 habitantes a elaborar planes de ampliación (y fijando
importantes subvenciones estatales para la vivienda popular). También es muy
particular, la municipalización del
suelo y su control exhaustivo. La administración municipal de Amsterdam compra o expropia suelo en
función de su utilidad pública y desarrolla la urbanización básica y las
infraestructuras en espera de la edificación final (que era alquilado a
promotores y cooperativas de viviendas por periodos muy largos). La reducción
del coste del producto final (al no haber inversión en suelo por parte de los
promotores) y el freno a la especulación son otras consecuencias del procedimiento.
Pero la cuestión derivada del suelo público que más favoreció a la concepción
del innovador modelo urbano (cuestión que se repetirá años después con el Plan de 1935 de Van Eesteren y otras propuestas más recientes)
fue, quizá, el hecho de que los profesionales pudieran trabajar, investigando y
experimentando, protegidos de la tensión producida por un mercado inmobiliario privado
coactivo, maximalista y con, por lo general, poco afán de novedad, como el que
había producido los ejemplos de manzana decimonónica de otras capitales
europeas.
Ambiente urbano del Plan Sur de Berlage.
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El peculiar ambiente del Plan
Zuid, de sus calles y plazas, es también producto de la visión
arquitectónica y urbana de los arquitectos de la Escuela de Amsterdam, quienes fueron responsables de la
materialización final del Plan (al menos en su primera fase, la más
representativa). Su ideario estilístico enlazaba con la tradición formal,
mostrando un gran interés por la decoración y los juegos compositivos con
ladrillo. Coincidían en su respeto por la ciudad existente y sus condiciones, así
como en su admiración por determinada arquitectura pintoresca, de gran
tradición holandesa (razones que llevarán a los “racionalistas” a criticarlos
como una versión tardía del “Jugendstijl” y a ser arrinconados por la
historiografía oficial del momento). Aunque estas cuestiones pudieran parecer
planteamientos alejados del “espíritu de su tiempo” (la excusa de las corrientes
vanguardistas para marginar a los heterodoxos) su visión de la ciudad resultó,
como hemos comentado, bastante innovadora. Destacarían los edificios proyectados por figuras como Michel de Klerk,
Pieter Lodewijk Kramer o Johan van der Mey entre otros muchos representantes
(como Jan Gratama, Berend Tobia Boeyinga, P. H. Endt, Hendrikus Th. Wijdeveld,
Jan Frederik Staal, C. J. Blaauw, o P. L. Marnette). La aportación de los miembros
de la Escuela de Amsterdam no se
limitaría al Plan Zuid, sino que se
extendería a otras localizaciones por la ciudad (con ejemplos tan emblemáticos
como Het Schip, “el barco”, construido
entre 1913 y 1921 en el barrio Spaarndammerbuurt por Michel de Klerk).
Un gran trabajo, gracias por la información,
ResponderEliminarMUY INTERSANTE PARA ENTENDER LAS PRINCIPALES CORRIENTES
ResponderEliminarDISEGNO URBANO DEL SIGLO XX EN EUROPA
Hola, fuente?
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