Venecia es excepcional. No hay otra ciudad igual. Las hay
que tienen canales, las hay fundadas en albuferas o lagunas, o las hay con un papel
histórico muy destacable, pero Venecia es única. Es diferente desde su
fundación y por su peculiar desarrollo. Venecia es hoy una realidad convertida
en mito, es una ciudad que ha trascendido su evidente interés urbano para
convertirse en uno de los iconos de nuestra cultura.
En el año 1500, Venecia
era una ciudad poderosa.
Dominaba el Mediterráneo y manejaba las claves de la política y el comercio
internacional en una época esplendorosa para la Serenissima Repubblica. Su
singularidad irrepetible era el orgullo de sus habitantes y por ello se encargó
a un joven grabador la representación de su éxito.
Jacopo de Barbari, creó
uno de los planos más espectaculares de la historia de la representación
urbana, iniciando una forma de mirar la ciudad que determinaría el desarrollo
de la cartografía futura. Pero la representación de una ciudad nunca ofrece una visión neutra.
Podemos encontrar zonas enfatizadas y otras eclipsadas. También podemos
encontrar deformaciones o modificaciones de la realidad. En ocasiones son la
manifestación de la subjetividad del artista o del cartógrafo, o de las
imposiciones del promotor. En cualquier caso, esto no es negativo porque nos descubre
claves históricas para el entendimiento de la ciudad.
Exploremos los inicios de Venecia, hasta llegar a esa
imagen extraordinaria que nos legó Jacopo de Barbari.
La
construcción de Venecia.
Venecia es una ciudad irrepetible, construida en el interior de la Laguna
Veneta, separada unos 4 kilómetros del continente y otros 2 del mar
abierto. Su fabulosa estructura urbana fue consolidándose a los largo de los
siglos sobre 118 pequeñas islas, separadas por 160 canales y unidas por más de
400 puentes. Leonardo Benévolo definió Venecia como un “trozo de laguna
urbanizado”.
La laguna Véneta, con la ciudad en el centro.
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La Laguna Veneta, con
sus aproximadamente 50 kilómetros de largo por 15 de anchura, era un espacio de
transición entre tierra firme y el mar abierto donde confluían diferentes
cursos fluviales que acababan en el mar gracias a las “bocas” abiertas en los
cordones arenosos de las dunas exteriores (hay tres puntos de conexión: el Porto Malamocco, el Porto di Chioggia y el Porto
di Lido).
En esa laguna existían
cauces concretos que definían zonas emergentes, pequeñas “islas”, las barene lagunares, que eran terrenos consistentes que
emergían de la laguna (y que solo puntualmente quedaban sumergidos por las
aguas de la marea alta). En estos lugares surgieron asentamientos cuyos
habitantes explotaron la riqueza de la laguna (sal y pesca) a la vez que
cultivaban las tierras ajenas a las aguas salobres (la laguna era una insólita
mezcla de aguas dulces y saladas distribuidas por zonas). Como consecuencia de
su peculiar ubicación, estas comunidades desarrollaron una intensa actividad
marinera para comerciar con sus productos tanto en la laguna como en el entorno
próximo del norte del mar Adriático.
Venecia comenzó a adoptar la configuración con la que hoy
la conocemos desde los inicios del siglo IX, a través de la unión de los
diferentes pueblos, hasta crear la ciudad-estado capital de la Serenísima
República de Venecia, que acabaría convirtiéndose en una de las potencias
europeas durante la Alta Edad Media.
La estructura urbana de
la ciudad tiene mucho que ver con esa
situación inicial de pequeños asentamientos autónomos, ya que cada uno iba configurando sus
propios espacios públicos (plazas) o edificios principales (iglesias
parroquiales). Los espacios abiertos, denominados
campi (campos), además de ser el
lugar público, también cumplían la misión de cisternas para la recogida del
agua potable.
Venecia, contrariamente a las ciudades terrestres que iban
creciendo desde un núcleo inicial (marcado por lo general por esa plaza
principal, iglesia o edificio de gobierno), nació de la reunión de diferentes
asentamientos, cada uno de ellos con sus propias claves de centralidad. Por
esto, Venecia fue un espacio descentralizado y solamente a partir de los procesos
de densificación (que fueron ganando terreno a los “cauces” internos de la
laguna hasta configurar los actuales canales) y de la potenciación de los
símbolos de unidad de acción (Palacio Ducal, Basílica, gran plaza de San
Marcos, Rialto, etc.), logró esa imagen de conjunto ambientalmente uniforme.
El canal principal es el
Gran Canal, que
serpentea por su interior (es una “S” invertida”). Históricamente, fue cruzado
por un único puente, el Puente de Rialto
que determinó la posición del centro económico de la ciudad. El actual puente
de piedra fue levantado en 1592 según diseño de Antonio da Ponte (en el plano
de Barbari, el puente todavía es de madera). Actualmente hay otros tres que lo
atraviesan, construidos durante el siglo XIX y XX: el Puente de la Academia, el de los
Descalzos y el Puente de la Constitución (el polémico puente diseñado por
Santiago Calatrava).
Detalle del plano de Venecia grabado por Jacopo de
Barbari en el Puento de Rialto (entonces, todavía de madera)
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La estructura se completa con la extensa red de canales, que
en su momento fueron los cauces fluviales abiertos que separaban las “islas”
originales. Entre todos ellos destaca el Canal
de Cannaregio, situado al noroeste, en la parte que mira a tierra. Por este
canal entraban a la ciudad las mercancías tanto las procedentes de la laguna
como del continente (el canal atraviesa el barrio al que da nombre).
El gran centro político
es la Plaza de San Marcos, en la que se encuentran la bizantina Basílica de San Marcos (inaugurada en 1094) y el Palacio Ducal, edificio gótico construido
durante la segunda mitad del siglo XIV. Junto a éstos, destaca el Campanile,
el campanario de la Basílica, presente desde el siglo IX y que adoptó su forma
característica en el siglo XII para convertirse en uno de los grandes símbolos
de la ciudad (en el grabado original de Barbari aparece sin su peculiar
cubierta, ya que fue destruida por un rayo en 1489). Su aspecto definitivo lo
obtendría tras las intervenciones del siglo XVI (no obstante, el actual campanile es una reconstrucción de 1912,
tras desplomarse en 1902).
En la estructura urbana de la Venecia medieval y
renacentista destacaba el gran Arsenal, situado en la zona oriental de
la ciudad, en la parte que mira al mar. El Arsenal fue el gran astillero
estatal donde se construyeron los barcos venecianos y que fue la mayor fábrica
medieval de Europa para la producción de embarcaciones. Esta zona sufrió importantes
transformaciones durante la época de dominio francés con la construcción de
grandes edificios y numerosas zonas verdes y jardines públicos.
Venecia fue forjándose como un organismo urbano unitario
a lo largo de los siglos, desde aquella ciudad archipiélago constituida por
varios núcleos insulares autónomos vinculados a la referencia de San Marcos,
pasando por la ciudad bizantina que
los unificó, la ciudad gótica que
vio asentarse su esencia, la ciudad
renacentista y barroca que definió esplendorosamente sus espacios públicos
y monumentales, para finalizar en la Venecia
contemporánea que durante los siglos XIX y XX, sustituyó, colmató, amplió
y, sobre todo, construyó las infraestructuras que la conectan con el
continente.
Venecia. Ortofoto
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La Venecia que conocemos actualmente conserva mucho de la
que representó Jacopo de Barbari. De hecho, en ese año 1500, la ciudad tenía prácticamente la misma extensión que
la actual y una estructura urbana muy similar a la de hoy. Faltaban los
rellenos de tierra ganados a la laguna por el norte, los grandes muelles
occidentales y sobre todo, no se habían levantado todavía muchos palacios y alguna
de sus grandes obras monumentales (como la Basílica de San Giorgio Maggiore o
la iglesia del Redentor, ambas de Andrea Palladio, la Biblioteca Marciana de Jacopo
Sansovino o la Basílica de Santa Maria della Salute, obra de Baldassare
Longhena), pero sus canales y ambiente urbano se encontraban perfectamente
definidos.
Ya en 1117, Venecia fue dividida en seis barrios (sestieri, denominados así por ser
“sextas” partes de la ciudad) que coinciden prácticamente con los actuales: San
Marco, Santa Croce, San Polo, Cannaregio, Castello y Dorsodouro (que incluye la
isla de la Giudecca, situada al sur).
Venecia y su división en sestieres (barrios)
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Cada sestiere
tiene un carácter propio. San Marco
constituyó el centro de poder y comercial con los principales edificios
(Palacio Ducal o Basílica). San Polo
es el de mayor densidad e incluye la zona de Rialto que históricamente fue el
gran centro del poder económico. Santa
Croce es una de los que más se ha transformado al ver urbanizadas nuevas zonas
tras ser ganadas a la laguna durante el siglo XIX y XX. Dorsodouro ofrece una doble esencia: noble frente al gran Canal y
popular en la zona del puerto y de la isla de la Giudecca. Castello (denominado Olivolo antiguamente) es el barrio mayor y
está condicionado por la presencia del Arsenal y los alojamientos de sus
trabajadores (casi 30.000 en la época de apogeo). Cannaregio es el barrio más poblado (allí viven aproximadamente un
tercio de los residentes venecianos), y es el más ajeno a los flujos
turísticos, lo que le permite conservar alguna de las actividades artesanales y
comerciales que hicieron triunfar a Venecia.
La Venecia actual es similar y distinta a aquella de
siglos atrás. Esta paradoja se explica porque la ciudad, que fue construida en
relativamente poco tiempo (en el siglo XIII se encontraba prácticamente
completa), presenta una estructura casi igual a la de entonces, pero por otra
parte, muchos edificios han cambiado afectando a la imagen general de la ciudad,
que refleja las transformaciones producidas desde entonces.
La Serenissima Repubblica hacia el 1500
La población que fue asentándose en las islas de la
laguna veneciana huía de las invasiones de los hunos y longobardos que estaban
asolando el Imperio Romano. Aunque se conmemora que la fundación de Venecia fue
en el año 421, es probable que se realizara algunas décadas después. Los
asentamientos consiguieron prosperar con éxito y se unificaron como
confederación dependiente políticamente del Exarcado bizantino de Rávena. No
obstante, pronto comenzaron a reivindicar su emancipación. En el año 697, en una
época de florecimiento veneciano y de debilidad de Rávena, eligieron un gobernante propio (el Dux) que
aunque seguía nominalmente dentro de Bizancio, estaba dotado de gran autonomía.
A principios del siglo IX (año 803) Venecia se independizará definitivamente como
una república y comenzará a sacar partido de su posición estratégica, como
charnela entre Oriente y Occidente; lo que sumado a su peculiar (y segura)
ubicación y a su floreciente producción y éxito comercial, llevó a la Serenissima Repubblica hacia el dominio
mediterráneo.
En los siglos siguientes, sobre la base de su
extraordinario poderío naval, los dominios de la ciudad-estado fueron
extendiéndose por el mar Adriatico (el mar “veneciano”), con importantes posesiones
en la costa balcánica y por el mar Egeo. En 1380, Venecia derrotó a Génova, su
gran rival mediterráneo y comenzó su expansión terrestre, llegando a controlar
una buena parte del norte itálico (Stato
de terraferma). En 1416, en su primer enfrentamiento con el Imperio
Otomano, las naves venecianas también resultaron victoriosas manteniendo su
dominio sobre el mediterráneo oriental y
sus numerosas posesiones (Stato di mare).
La Serenísima República de Venecia controlaba el comercio internacional, y gracias
a su extraordinaria producción de gran valor estratégico (como los navíos de
guerra o de comercio y las armas que se fabricaban en el Arsenal), alcanzó el cenit de su apogeo durante la
primera mitad del siglo XV. La bandera con el león de San Marcos ondeaba
orgullosa sobre sus extensos dominios.
Pero la conquista de Constantinopla por parte del Imperio
Otomano (1453) supondría un serio revés para los venecianos. Los turcos comenzaron
a presionar su territorio desde el este, y además, España, Francia y el Papado
lo hacían por el oeste. Finalmente, el descubrimiento de América (1492) iría
desplazando paulatinamente las relaciones comerciales del Mediterráneo hacia el
océano Atlántico iniciando el declive del Mare
Nostrum y de la Serenísima.
No obstante en el año 1500 esas claves históricas todavía
no se manifestaban con la fuerza que décadas después forzarían la decadencia de
la Serenissima Repubblica (que duró
hasta 1797, cuando cayó, con Napoléon, bajo el dominio francés). En el año 1500, la ciudad disfrutaba de un
gran esplendor y para demostrarlo ante sus rivales, decidió representarse ante el
mundo con una imagen espectacular.
El
plano de Venecia de Jacopo de Barbari.
Jacopo de Barbari es un personaje del que se tienen pocos
datos. No se conoce con precisión la fecha de nacimiento, pero parece que lo
hizo en Venecia durante el tercer cuarto del siglo XV (murió en Bruselas en
1515 ó 1516). Se convirtió en un grabador de prestigio, cuestión que le llevó a
trabajar también por el norte de Europa, especialmente por los estados
alemanes.
Una de sus primeras obras, y desde luego la que le otorgó
el prestigio internacional, fue su extraordinaria representación de Venecia a
“vista de pájaro” firmada en el año 1500.
La vista de Venecia en 1500 realizada por Jacopo de
Barbari en su edición original y completa.
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El plano de Barbari es una obra de gran tamaño, teniendo
en cuenta que era un grabado xilográfico
(impresión con plancha de madera, tallada a mano). Consta de seis planchas que
en su conjunto alcanzan unas dimensiones de 134,5 centímetros de altura por 282
centímetros de anchura. Barbari y su equipo trabajaron en ellas durante tres
años (desde la toma de datos hasta la realización efectiva de las
estampaciones).
Jacopo de Barbari abordó la representación de Venecia en su totalidad (incluyendo las islas
circundantes) con un trabajo ímprobo que conjugaba la visión general con un
detalle inusitado. Venecia no se
presenta plana, sino en perspectiva. El escorzo era fundamental para mostrar
la ciudad con su febril actividad, expresada
en la profusión de embarcaciones dibujadas y en el movimiento general, poniendo
en evidencia la intensa vida ciudadana que se quería manifestar. Para ello se adoptó
un punto de vista muy elevado (vista de pájaro) que posibilitaba la percepción
de toda la forma urbana y del entorno circundante. Barbari se sirvió de los
conocimientos de la perspectiva que décadas atrás habían fijado figuras como
Filippo Brunelleschi.
El método seguido por Barbari partió del dibujo de la
planta de la ciudad, que fue redibujada en la perspectiva adecuada, hasta
lograr el punto de vista deseado. Sobre esta base se fueron delineando los edificios,
trasladando minuciosamente las observaciones del natural a la perspectiva marco,
con un nivel de detalle de gran fidelidad a la realidad (como se ha podido
constatar con los edificios que permanecen desde esa época).
Pero la representación de Venecia que realizó Jacopo de
Barbari era un “retrato” políticamente
intencionado. La técnica perspectiva se utilizó, conscientemente, con
cierta arbitrariedad (ver imagen adjunta), para transmitir los mensajes
ideológicos deseados. La imagen sufrió
diversas deformaciones interesadas para enfatizar los puntos urbanos que convenía
destacar. Por ejemplo, en la “dilatación” espacial del puerto, o del Arsenal,
que magnificaba la capacidad comercial y productiva veneciana o también en el
mantenimiento de la proporción de los edificios más alejados (que deberían,
técnicamente, haberse representado más pequeños e insignificantes).
En la imagen se representan también figuras simbólicas,
acompañados por rótulos que transmiten mensajes favorables para la ciudad. Por
ejemplo, sobre la inscripción “Venetie MD”, que fijaba el espacio y el tiempo
de la imagen, aparece el dios Mercurio (protector del comercio) rodeado por un
texto en latín que dice “Mercurius
preceteris huic fauste emporiis illustro" (Yo, Mercurio, distingo a
este Imperio que sobrepasa a todos los demás). También se representa al dios
del mar, Neptuno, junto al que aparece la
siguiente inscripción en latín: “Aequora
tuens portu resideo hic Neptunus” (Yo, Neptuno, vivo aquí calmando las
aguas de este puerto). Finalmente, siguiendo la costumbre de la época, aparecen
ubicados los ocho vientos dominantes de la zona (con un carácter más decorativo
que práctico).
Detalle del plano de Venecia grabado por Jacopo de
Barbari.
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Estas son algunas de las cuestiones que evidencian el
deseo de exaltar el poder veneciano a través de la imagen de la ciudad, su más
excelsa creación. Jacopo de Barbari puso a disposición de la ciudad un elemento
de “city marketing”. Venecia se presentaba al mundo como una
ciudad poderosa, floreciente, segura, dinámica, en un acto propagandístico de
exaltación.
Hubo tres ediciones de la imagen veneciana de Barbari. La
primera, la original, se estampó en 1500. Solamente se conocen once impresiones
de las planchas originales (que se conservan en el Museo Correr de Venecia). El hecho de ser una xilografía fue un hecho sin
precedentes en este tipo de grabados. El editor de la impresión fue Anton Kolb,
un comerciante originario de Nuremberg que residía en Venecia (se conserva el
documento que le garantizaba los derechos de autor y el permiso para la venta
de las copias, que por otra parte, se realizaron a elevados precios)
Hubo una segunda edición en 1514. En esta ocasión se
realizaron varias correcciones en las planchas con la intención de “actualizar”
la vista. Entre otras, se aprecia la transformación de la cubierta del campanile o la desaparición de la inscripción que fechaba
la imagen original.
Se realizó una tercera estampación, no datada, que debió grabarse
en la segunda mitad del siglo XVI y que no insistió en la idea de “actualización”,
dado que eran muchos los cambios que la ciudad había sufrido. Por ello se optó
por restituir la imagen de 1500, aunque esta operación no se hizo con toda la precisión necesaria, quedando
algunos rastros de las modificaciones de la segunda edición. El plano grabado
nuevamente, quedaría definitivamente como una imagen histórica alejada de la
realidad del momento.
Jacopo de Barbari, creó
uno de los planos más espectaculares de la historia de la representación
urbana, iniciando una forma de ver (de mirar) la ciudad que determinaría el
desarrollo de la cartografía futura.
Me ha encantado esta entrada sobre Venecia, y en particular el plano de Venecia de Jacopo de Barbari de 1500. ¿Sabe si hay alguna forma de conseguirlo en formato papel?. Gracias.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. Geacias
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