La relación entre ciudad y deporte
ha pasado por una sucesión de siete
etapas históricas diferenciables. Desde la aparición, en la antigua Grecia,
de unas pruebas atléticas que serían el germen del futuro deporte hasta la
época actual, en cada uno de esos periodos se fijarían claves que explican la práctica deportiva contemporánea. Además de
esas aportaciones conceptuales, también se iría viendo modificada la interacción entre el deporte y la ciudad,
pasando de ser algo inicialmente anecdótico hasta llegar a la intensidad del
presente.
Precisamente, una de las
diferencias entre las antiguas prácticas y el deporte actual tiene que ver con
su distinta repercusión urbana. Hasta la época industrial la incidencia de
todas esas actividades en las ciudades fue muy escasa, limitándose a la influencia
de algunas edificaciones monumentales. Habría que esperar al siglo XIX para
empezar a hablar propiamente de deporte y de sus efectos urbanos. A lo largo
del siglo XX, el deporte se transformaría en un fenómeno de masas con una
influencia trascendental en la ciudad y las tendencias que vienen reafirman la
solidez del tándem deporte-ciudad.