En la
caracterización como “elefante blanco” del edificio Conde Duque de Madrid, tiene mucho que ver su compleja inserción
urbana, que ha sido y es un hándicap importante para su desarrollo y proyección
como centro cultural metropolitano.
Para conocer
las circunstancias que lo envuelven examinaremos su entorno próximo. El Conde
Duque es el emblema de un “triángulo urbano” delimitado por tres
importantes vías madrileñas: la calle San Bernardo, la calle Alberto Aguilera y
la calle Princesa (con la parte final de la Gran Vía).
En este
segundo artículo nos aproximaremos a las claves de la formación del barrio que
explican su particular idiosincrasia, así como a los principales espacios
urbanos que lo componen. Dejaremos para una tercera entrega el acercamiento
arquitectónico.