29 jun 2013

El Madrid de Pedro de Texeira (Formas de mirar la ciudad)

El plano de Madrid realizado por Pedro de Texeira en 1656 en la lámina XIII, que detalla el centro de la ciudad.
A mediados del siglo XVII, el gran imperio español comenzaba a declinar y en su capital, se escenificaban todas las contradicciones del momento. A Madrid, que había sido designada por Felipe II como capital en 1561 frente a otras ciudades que aspiraban a ese título, le costó vencer la sensación de provisionalidad derivada de las fuertes presiones de sus competidoras. Desde aquel nombramiento, el antiguo “poblachón manchego” se desarrolló con rapidez superando múltiples dificultades, que iban desde su inadecuada topografía hasta las maniobras políticas que pretendían arrebatarle esa posición de privilegio, como sucedió cuando Felipe III trasladó la capital a Valladolid en 1603 (que Madrid logró recuperar tres años después).
Si hay una imagen icónica sobre ese Madrid antiguo, esa es la visión ofrecida por Pedro de Texeira en el año 1656. Ese plano, conocido como el “Plano de Texeira” (o simplemente “el Texeira”) es una representación muy fidedigna del Madrid de los últimos Austrias.

15 jun 2013

El Cairo, la ciudad que se movía como las dunas en el desierto.

El Cairo. A la derecha, las colinas de Mokattam y al fondo la Ciudadela.
El Cairo tiene una historia urbana muy particular. Su aparente caos tiene mucho que ver con el peculiar proceso de formación de la ciudad. El Cairo antiguo es un puzzle de piezas urbanas muy diversas que encajan con dificultad, porque, mientras que la mayoría de las ciudades evolucionaron referenciadas a un núcleo original que mantenía su papel central, en la capital egipcia se rechazaban las poblaciones preexistentes, sucediéndose diferentes fundaciones urbanas, a las que se trasladaba el centro neurálgico.
Cada nueva fundación, respondía a los criterios y aspiraciones de quienes tomaban el poder. Lo curioso es que los sucesivos asentamientos se situaban contiguos al anterior, aunque sin solaparse, siguiendo, en dirección norte, el “pasillo” geográfico que limitaban el río Nilo por el oeste y las colinas de Mokattam por el este. Así, El Cairo antiguo fue moviéndose como una duna en el desierto.
Cuando finalmente la ciudad se estabilizó (y dejó de ser esa sorprendente sucesión de ciudades “móviles”) fue “recolonizando” los  lugares ocupados anteriormente, aprovechando sus trazas y edificaciones principales, que fueron incorporados para formar el casco histórico que hoy conocemos.

8 jun 2013

La Venecia de Jacopo de Barbari (Formas de mirar la ciudad)

Venecia es excepcional. No hay otra ciudad igual. Las hay que tienen canales, las hay fundadas en albuferas o lagunas, o las hay con un papel histórico muy destacable, pero Venecia es única. Es diferente desde su fundación y por su peculiar desarrollo. Venecia es hoy una realidad convertida en mito, es una ciudad que ha trascendido su evidente interés urbano para convertirse en uno de los iconos de nuestra cultura.
En el año 1500, Venecia era una ciudad poderosa. Dominaba el Mediterráneo y manejaba las claves de la política y el comercio internacional en una época esplendorosa para la Serenissima Repubblica. Su singularidad irrepetible era el orgullo de sus habitantes y por ello se encargó a un joven grabador la representación de su éxito.
Jacopo de Barbari, creó uno de los planos más espectaculares de la historia de la representación urbana, iniciando una forma de mirar la ciudad que determinaría el desarrollo de la cartografía futura. Pero la representación de una ciudad nunca ofrece una visión neutra. Podemos encontrar zonas enfatizadas y otras eclipsadas. También podemos encontrar deformaciones o modificaciones de la realidad. En ocasiones son la manifestación de la subjetividad del artista o del cartógrafo, o de las imposiciones del promotor. En cualquier caso, esto no es negativo porque nos descubre claves históricas para el entendimiento de la ciudad.
Exploremos los inicios de Venecia, hasta llegar a esa imagen extraordinaria que nos legó Jacopo de Barbari.

1 jun 2013

Brooklyn, la ciudad gemela que fue engullida por Nueva York.

Detalle de la impresionante “vista de pájaro” de Brooklyn, dibujada por C.R. Parsons y publicada en 1879 por Currier&Ives.
Hasta finales del siglo XIX, Nueva York era solamente Manhattan.
En aquel tiempo, la isla y su entorno estaban creciendo muy rápidamente, pero lo hacían sin una visión de conjunto, cuestión que complicaba la resolución de los temas comunes a todo el área. Como consecuencia, en 1874 se inicia un proceso de agrupación territorial de Nueva York y su entorno, que finalizaría en 1898 con la creación de la “Gran Nueva York” (City of Greater New York). Con esta operación de anexión territorial, se unieron a la ciudad de Nueva York, parte del Condado de Westchester, y los condados de Kings, Queens (casi completo) y Richmond. Desde entonces, Nueva York se organizó administrativamente tal y como se la conoce hoy en día, con 5 grandes distritos: Manhattan, Brooklyn, Bronx, Queens y Staten Island.
Brooklyn, la ciudad gemela que había nacido en la otra orilla del East River (y llegó a ser la tercera ciudad más poblada del país) será nuestra primera etapa. El actual distrito neoyorquino acoge algunas de las zonas residenciales más prototípicamente “neoyorquinas” y alberga tesoros como el Prospect Park de Olmsted y Vaux, el peculiar e histórico parque de atracciones de Coney Island o el Puente de Brooklyn que lo une con Manhattan. En este artículo analizaremos la evolución de Brooklyn hasta que se convirtió en parte de Nueva York.