Berna. Centro histórico.
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El periodo
medieval fue muy prolífico desde el punto de vista urbano, especialmente durante
la Baja Edad Media. Fueron muchas las ciudades europeas que se fundaron
entonces. Un caso muy particular se produjo a lo largo de los siglos XI y XII, en
el Ducado de Zähringer, un estado feudal que incluía territorios en la meseta
suiza y en el suroeste alemán (en la Selva Negra, junto al valle del Rin). En
sus dominios, los duques de Zähringer fundaron doce ciudades con el objetivo de
consolidar sus posesiones y aumentar sus ingresos (por vía fiscal). Estos
nuevos núcleos se convirtieron en un ejemplo
de la ciudad ordenada medieval (como lo serían, con otras características,
las bastidas francesas o españolas). El modelo cuenta con interesantes
peculiaridades, representando, entre otras cosas, la implantación del ideal de
“parcelas iguales para ciudadanos iguales”.
Entre la
docena de “ciudades Zähringer” (Zähringerstadt)
destaca Berna, paradigma de esa
serie de fundaciones germánicas medievales. La capital de Suiza, cuenta con un
centro histórico maravilloso, como confirma el hecho de que la UNESCO lo inscribiera
entre los lugares Patrimonio de la Humanidad.
El “padre” Rin, la Germania Superior y los ducados
germánicos medievales.
El rio Rin (Rhein)
es uno de los cauces principales de Europa, tanto por tamaño (su cuenca recoge
aguas de una buena parte del centro continental) como por significación (que
tuvo una parte histórica, cuando los romanos lo escogieron, en ciertos tramos,
como frontera norte del imperio, separando la “civilización” de la “barbarie”
tribal; y otra parte mitológica, ya que recibió una consideración “paternal”
por parte de los germanos -Váter Rhein,
Padre Rin-).
Cuenca del rio Rin (el óvalo indica el territorio del
Ducado de Zähringer)
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El rio Rin
nace en los Alpes suizos
(Cantón de los Grisones) por la reunión de los cauces denominados Rin anterior y el Rin posterior. Su primer tramo, conocido como el Rin
alpino (Alpenrhein), discurre
de sur a norte ejerciendo actualmente de frontera de Suiza con Liechtenstein y
Austria, para desembocar en el Lago Constanza. Desde allí, cambia de dirección,
fluyendo de este a oeste recibiendo la denominación de Alto Rin (Hochrhein) y cumpliendo el papel de
frontera entre Suiza y Alemania. Este tramo concluye al llegar a Basilea (Basel), donde el rio realiza otro giro
radical en dirección norte, iniciando un recorrido bautizado como Rin
Superior (Oberrhein), siendo
en este caso la delimitación entre Francia (en su margen izquierda, con la
histórica región de Alsacia) y Alemania (en la ribera derecha, con la Selva
Negra en el estado de Baden-Wurtemberg), hasta llegar a la altura de Karlsruhe.
Desde allí, el rio continua hacia el norte mientras que la frontera franco
germana gira hacia el oeste. El gran rio sigue su curso (el Rin
Medio, Mittelrhein, y el Bajo
Rin, Niederrhein) hasta su
compleja desembocadura en los Países Bajos, dividido en múltiples brazos que se
unen con otros cauces.
La caída del
Imperio Romano transformó el continente, y el Rin pasó a ser un eje vertebrador
de territorios germánicos (ya había comenzado ese papel dentro de la provincia
de Germania Superior, que había
creado el emperador Augusto, sobre las dos márgenes del Rin Superior y la meseta suiza). El Rin Superior permaneció muchos siglos como una arteria esencial en la
vida y la cultura germánica, ya que fue una vía principal de comunicación y
transporte y una fuente inagotable de leyendas y mitos.
Este ámbito
fluvial, incluyendo a los afluentes del gran rio (especialmente el rio Aar, que discurre por la “meseta suiza”)
sería el territorio, durante la Baja Edad Media de un estado feudal gobernado por
la dinastía de los Zähringer. El Ducado de Zähringer (o Zähringen) competiría
con poderosos vecinos como los Habsburgo, los Kyburgo (que desaparecerían en
1263 legando sus dominios a los Habsburgo) y los Saboya (cuyo condado había
sido constituido en 1033). El Rin marcaría fronteras entre ellos. Por ejemplo, separando
las posesiones de los Habsburgo (ribera occidental del Rin Superior, actual Alsacia) de las de los Zähringer (ribera
oriental, Selva Negra, y meseta suiza).
Estados feudales en el sur de Alemania y Suiza en la
Edad Media (en verde el Ducado de Zähringer)
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Así el Ducado de los Zähringer se compuso de dos
territorios de diferente orografía. El sector meridional, era un territorio
relativamente llano (la “meseta” suiza) situado entre la cordillera del Jura
(al norte/noroeste) y la de los Alpes (al sur/sureste). Este territorio,
salpicado por lagos contaba con un cauce fluvial (el rio Aar) que desembocaba en el Rin. El territorio norte seguía el
trazado del Rin, aunque se centraba en el sistema montañoso de la Selva Negra (Schwarzwald).
El ducado
tuvo una vida relativamente breve, ya que fue fundado a principios del siglo XI
por Berthold I y desapareció en 1218 con la muerte sin descendencia del duque Berthold
V. Durante esos dos siglos los duques fundaron
una serie de ciudades (“ciudades Zähringer”)
en su territorio con un doble objetivo:
por un lado, consolidar su posesión asegurando
su defensa; y, por otro, aumentar sus
ingresos a través de la fiscalidad aplicada a las parcelas de las nuevas
ciudades.
Las ciudades
Zähringen: ejemplo de ciudad ordenada medieval.
El periodo
medieval fue muy prolífico desde el punto de vista urbano, especialmente
durante la Baja Edad Media. Fueron muchas las ciudades europeas que se fundaron
entonces. El resurgir de la vida urbana hizo desarrollarse de forma importante
a las principales ciudades existentes, pero sobre todo causó una lista muy numerosa de ciudades de nueva creación.
Entre estas,
de una manera simplificada, se aprecian dos grandes categorías. Por una parte,
estuvieron las ciudades orgánicas, surgidas
a partir de las sugerencias/exigencias de un lugar determinado generalmente por
orografías difíciles (sobre todo colinas y sus laderas, escogidas habitualmente
por criterios defensivos) a las que se adaptaban. Por otra parte, surgieron las
ciudades ordenadas que siguieron,
básicamente, el criterio de racionalidad que proporcionan los trazados
cuadrangulares. Estas ciudades nuevas planificadas respondieron a diversos
esquemas que tenían bastantes bases comunes, sobre todo en cuanto a la organización
de las parcelaciones interiores y a las protecciones amuralladas.
La ciudad ordenada medieval tiene una
colección de ejemplos notables en las bastidas construidas tanto en el sur
de Francia (por iniciativa francesa e inglesa) como en España, sobre todo en el
entorno del Camino de Santiago, la gran puerta de acceso de las innovaciones
que se estaban produciendo al norte de los Pirineos. De forma parecida, en el
ámbito germánico se produjeron fundaciones de nuevas ciudades, que compartían
los criterios generales del medievo, pero con particularidades. Entre las fundaciones
medievales germanas destacan las “ciudades Zähringer”.
Calle principal de Friburgo en Suiza ((Freiburg en
Üechtland)
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El trazado de
las ciudades Zähringer parte de una larga calle principal que recorre toda la
longitud de la ciudad y en cuyos extremos se encuentran las puertas de la
muralla que permitían el acceso al núcleo. Esta calle era ancha y su arquitectura solía tener soportales que, en un momento dado, permitían la protección de los
puestos de mercado, ya que esta era
la función esencial de la vía.
A partir de
ese eje fundamental se planteaban otras vías secundarias paralelas que
organizaban una retícula ortogonal
que solía presentar unas proporciones prefijadas para el conjunto. Sobre la
base estructural planteada por ese sencillo esquema geométrico se distribuían las parcelas residenciales, que eran el
verdadero módulo del planeamiento, dado que la repetición de las mismas
fijaba las dimensiones urbanas. De hecho, la parcelación, representaba, entre
otras cosas, la implantación del ideal de “parcelas
iguales para ciudadanos iguales”. En este sentido, la parcela se convertía
en la principal unidad de tributación
(como hemos comentado, la obtención de ingresos económicos a partir de la
extracción de rentas sobre las parcelas era uno de los objetivos de los duques,
por lo que el sistema fiscal recibía una atención prioritaria). Esto conducía a
que el modelo daba prioridad a la distribución parcelaria y no la consecución
de espacios urbanos (más allá de la calle-mercado principal)
Murten (Suiza) una de las “ciudades Zähringer”.
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Por esta
razón, la calle principal se convertía en el gran espacio público de la ciudad,
cuestión que justificaba la ausencia de
otros espacios públicos. En consecuencia, cuando estas ciudades, con el
tiempo, necesitaron nuevos espacios urbanos (plazas concretamente), tuvieron
que habilitarlos en situaciones límite (desde plazas longitudinales en los
fosos de murallas hasta plazas en bordes topográficos apoyadas en fuertes obras
de contención).
Suguiendo ese
criterio, y dado que la función principal de la ciudad era el mercado, los edificios públicos se ubicaban lejos de esa
arteria fundamental, para no interferir en las dinámicas urbanas
comerciales (no obstante, las necesidades dotacionales eran escasas, limitándose,
prácticamente a la iglesia, al edificio de gobierno municipal y a alguna
instalación de defensa). La fortaleza
asociada a las misiones militares se ubicaba en un extremo de la muralla o en
uno de sus lados. No obstante, a pesar de esta reducción de espacios comunes
públicos, las “ciudades Zähringer”
prestaron atención a las infraestructuras
urbanas, particularmente al abastecimiento de agua, con fuentes, y al saneamiento,
con un sistema de alcantarillado.
Las torres-puerta son alguno de los elementos que
expresan el aire familiar de las “ciudades Zähringer”. De izquierda a derecha y
de arriba abajo: Villingen-Schwenningen, Berna, Murten y Bräunlingen.
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Los duques
fundaron doce “ciudades Zähringer”, de las cuales, actualmente, cinco pertenecen
a Suiza y siete son alemanas. Salvo Berna, capital de Suiza (140.000
habitantes), y Friburgo, en Alemania, (220.000 habitantes), las Zähringerstadt son ciudades intermedias
o pequeñas.
Las suizas
son, además de Berna, Burgdorf (15.000 habitantes), Freiburg en Üechtland (38.000
habitantes), Murten (6.000
habitantes) y Thun (43.000
habitantes). Las alemanas, además de
Friburgo (Freiburg im Breisgau) son Bräunlingen (6.000 habitantes), Neuenburg am Rhein (12.000 habitantes), Sankt Peter in Schwarzwald (2.500
habitantes), Villingen, actualmente Villingen-Schwenningen (80.000
habitantes, Weilheim an der Teck (10.000
habitantes), y Rheinfelden (30.000
habitantes) que, ubicada junto al rio Rin, ejercía entonces el papel de charnela
entre los dos sectores del ducado (el meridional, hoy suizo; y el
septentrional, actualmente alemán).
Mapa con la ubicación de las “ciudades Zähringer”.
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Así pues, el
listado es el siguiente (la fecha es la de fundación):
- Berna (Bern), 1191.
- Bräunlingen
- Burgdorf
- Friburgo -Alemania- (Freiburg im Breisgau)
- Friburgo -Suiza- (Freiburg en Üechtland), 1157
- Murten
- Neuenburg am Rhein
- Rheinfelden, 1130
- Sankt Peter in Schwarzwald
- Thun
- Villingen
- Weilheim an der Teck
Berna medieval (el
prototipo Zähringer).
Berna es el prototipo de ciudad
fundacional de los Zähringer. Su planificación estuvo condicionada por el lugar escogido: un
promontorio peninsular formado por un meandro muy cerrado del rio Aar. Era una ubicación muy ventajosa ya
que solamente requería defender su flanco occidental y se adaptaba perfectamente
al modelo urbano previsto.
Centro histórico de Berna. En amarillo la ciudad
original Zähringerstadt. En azul, Innere Neustadt. En verde, Äussere Neustadt.
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Berna fue fundada en el año 1191 por el duque
Berthold V de Zähringer. En el extremo oriental de la península se levantaría el
castillo Nydegg (aunque acabaría
siendo derribado y en su lugar se construiría, entre 1341 y 1346, la iglesia de
Nydegg). A partir de ese foco surgían
tres calles paralelas: una vía principal central (Gerechtigkeitsgasse), escoltada por otras dos, una por el norte (Postgasse) y otra por el sur (Junkerngasse). Este primer trazado fue
ampliado hacia el oeste en 1220, alargando las tres calles originales hasta
llegar a la Zeitglockenturm (Torre
del Reloj), la torre-puerta de acceso occidental incluida en la muralla que
delimitaba la Zähringerstadt (aunque los duques de Zähringer desaparecieron en
1218, fecha en la que Berna se integró en el Imperio Habsburgo). La calle
central fue prolongada por la Kramgasse,
la vía norte por la Rathausgasse, y
la meridional por la Münstergasse.
Además, se incorporaron dos nuevas calles exteriores, también paralelas al eje,
aunque la septentrional (Brunngasse) se
cierra sobre Rathausgasse apareciendo
casi como semicircular. Por el sur se trazaría Herrengasse.
Berna. Torre de Reloj (Zeitglockenturm)
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La ciudad
dispondría de un primer puente de madera, Untertorbrücke
(puente bajo la puerta), para cruzar el rio Aar
que se completó en 1256. Este se reconstruiría en piedra en 1461 y sería
remodelado en varias ocasiones durante los siglos XVII y XIX. Hasta 1840,
cuando se construyó el Nydeggbrücke,
fue el único puente de Berna.
El eje central de la Berna antigua (Gerechtigkeitsgasse),
considerada una de las calles más bellas del mundo.
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Berna afrontó
un nuevo crecimiento durante la
segunda mitad del mismo siglo XIII. La ciudad se extendió, entre 1255 y 1260,
hasta la Käfigturm, la nueva torre-puerta
de acceso en la nueva muralla del frente occidental de la ciudad. La demolición
de las murallas anteriores permitió la creación de las plazas longitudinales
contiguas a la Torre del Reloj: Kornhausplatz
y Theaterplatz). Esta segunda
expansión de Berna es conocida como Innere Neustadt (nueva ciudad
interior) y mantenía el esquema de cinco vías paralelas (de norte a sur: Nägeligasse, Zeughausgasse, la central Marktgasse,
Amthausgasse y Kochergasse)
Las tres torres-puerta del centro histórico de Berna. De
derecha a izquierda: Torre de Reloj (Zeitglockenturm), Käfigturm y la
desaparecida Christoffelturm.
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La segunda
expansión había llegado hasta el istmo peninsular y desde allí el territorio se
abría siguiendo las curvas del cauce del Aar.
Esta mayor amplitud modificaría el trazado de la que sería la tercera expansión de Berna, que se
produjo entre 1344 y 1346. La ampliación conllevaría la construcción de un
nuevo frente amurallado que llegaría hasta el Christoffelturm (Torre de San Cristóbal). Esta tercera torre-puerta
de acceso sería derribada en 1864. El nuevo recinto sería conocido como Äussere
Neustadt (nueva ciudad exterior). El derribo del lienzo amurallado de
la segunda expansión daría origen a las actuales plazas Bärenplatz y Waisenhausplatz.
Este límite determina la ciudad
medieval, aunque Berna
seguiría ampliándose con un esquema diferente durante el barroco, cuando se dotó
de una fortificación con bastiones.
Berna en 1638, grabado de Matthäus Merian, con el
último recinto delimitado por las fortificaciones barrocas.
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A partir de entonces, Berna iría creciendo
alrededor de la ciudad antigua, continuando su expansión por el istmo y colonizando
la otra orilla del Aar, con un tipo
de urbanización de baja densidad.
Berna en 1880.
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Los nuevos
barrios “resguardaban” la joya medieval que la ciudad atesoraba en su interior,
aunque sufriría modificaciones. Por una parte, los frentes de sus edificios se volverían
barrocos y, por otra, aparecerían nuevas construcciones, sobre todo en la
fachada meridional del casco. Por ejemplo, con la construcción de la Catedral de Berna (Berner Münster) que se comenzó en 1421 sobre una antigua iglesia de
la época Zähringer (la Leutkirch).
Este edificio gótico no se concluiría hasta 1893 e incluye la icónica torre de
100 metros. La catedral impulsó la aparición de una plaza (Münsterplatz) y de la Münsterplattform,
una gran terraza-parque abierta al río que exigió unos imponentes muros de
contención (levantados en 1514).
Fachada meridional del casco histórico de Berna con la
catedral y la Münsterplattform.
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También se
construyó, en 1852, el Palacio Federal
(Bundeshaus) que originalmente era el
ala oeste del actual edificio. En 1884 se construyó su réplica oriental y en
1902 se completó el complejo arquitectónico con el gran edificio central que
unifica el conjunto (proyectado por Hans Wilhelm Auer). Entonces se habilitaría
otra nueva plaza para la ciudad, la Bundesplatz.
Este gran edificio, que hoy acoge la sede del gobierno (Consejo Federal) y de
la Asamblea Federal de Suiza (Consejo Nacional de Suiza y Consejo de los
Estados), también necesitó de un basamento que modificó la percepción de las
laderas meridionales de Berna.
Fachada meridional del casco histórico de Berna con el
puente de hierro (Kirchenfeldbrücke) y tras él, el Palacio Federal (Bundeshaus)
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El siglo XIX traería
más cambios para las dinámicas urbanas y la imagen de la ciudad antigua de
Berna motivados por los puentes sobre el
rio Aar. El Nydeggbrücke, paralelo al único puente existente hasta entonces (el mencionado Untertorbrücke), se tendió en 1840 desde el nivel superior de la
ciudad. Varias décadas después aparecerían el Dalmazibrücke (un puente de hierro construido a nivel de la ribera
en 1872, que sería sustituido en 1958 por el actual de hormigón) y, sobre todo,
el Kirchenfeldbrücke (el gran puente
de hierro construido en 1883 desde el nivel alto) y el Kornhausbrücke (1898) que, junto al anterior, prolongan el eje urbano
formado por Kornhausplatz-Theaterplatz-Casinoplatz.
La ciudad
antigua de Berna quedó inscrita en la Lista de Lugares Patrimonio de la Humanidad en 1983. La UNESCO comentó que “fundada en el siglo XII, Berna se edificó
en lo alto de una colina rodeada por el río Aar. Su crecimiento urbano a lo
largo de los siglos se ajustó a una concepción de la planificación urbana
excepcionalmente coherente. La ciudad vieja posee edificios de diferentes
épocas y toda una serie de arcadas del siglo XV y fuentes del siglo XVI. La
mayor parte de la ciudad medieval fue restaurada en el siglo XVIII, pero ha
conservado sus características primigenias”.
Delimitación del área protegida como Patrimonio de la
Humanidad por la UNESCO.
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Buen artículo.
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