La primera fortificación de Berlín contenía el doble
núcleo original de la ciudad: Berlín y Cölln (superposición de su trazado sobre
la ortofoto de 2009).
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Resulta
paradójico que Berlín, la trágica ciudad doble de la Guerra Fría, desgarrada entonces por el Muro
que separó el sector oriental comunista del occidental capitalista, fuera también en sus inicios una ciudad duplicada.
Esta
peculiaridad, derivada del nacimiento en continuidad de dos aldeas gemelas (Berlín y Cölln) sería todavía más sorprendente
cuando fueron surgiendo extensiones autónomas, generando un continuo urbano
formado por cinco municipios diferentes.
Vamos a
aproximarnos al modesto Primer Berlín multiplicado que se
desarrolla entre la fecha oficial de su fundación (1237) y la de creación del
Reino de Prusia (1701), cuando se confirmó la capitalidad de Berlín, y se
unificaron las cinco ciudades (dando paso al Segundo Berlín que evolucionaría hasta convertirse en una gran
capital europea). Estructuraremos ese Primer
Berlín en tres etapas sucesivas: los
orígenes, la ciudad libre hanseática y la ciudad principesca.
Desgraciadamente, aquel casco histórico, conformado a lo largo de quinientos
años, se vería muy afectado por la Segunda Guerra Mundial, que destruyó una
parte muy importante del mismo.
Los ríos Elba y Oder son dos de
los principales cauces de la Europa Central que, a lo largo de la historia, han marcado límites
políticos, étnicos, lingüísticos y religiosos (papel que siguen cumpliendo
actualmente en mayor o menor medida). Ambos nacen en la cadena montañosa de los
Sudetes, que separa la República Checa de Polonia, con la diferencia de que el Elba discurre por la ladera sur,
mientras que el Oder lo hace por la
norte. Los dos cursos de agua se dirigen en dirección noreste para desembocar
en el Atlántico (el Elba en el Mar
del Norte y el Oder en el Mar
Báltico).
El territorio
que riegan, en sus cursos medio e inferior, está caracterizado por extensas
llanuras. Nos interesa fundamentalmente la cuenca oriental del Elba y, dentro de ella, el entorno del
sistema fluvial formado por uno de sus afluentes, el rio Havel, y por el rio Spree, que desagua en el anterior.
Esa región presenta una gran abundancia de terrenos arenosos y pantanosos, con
múltiples lagos formados por los frecuentes ensanchamientos de los ríos.
Localización de los ríos Elba y Oder en la Europa
Central. Debajo, la cuenca del Elba, remarcando en amarillo las cuencas
tributarias de los ríos Havel (norte) y Spree (sur).
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Ese
territorio estuvo prácticamente despoblado, hasta que, a finales del siglo VI,
se instalaron en él, varias tribus eslavas. Particularmente, los hellever, que lo hicieron al oeste del Havel, erigiendo una ciudadela en Spandau (justo en el punto en que ese
río recibe las aguas de su tributario Spree),
y los sprevani, que se ubicaron en el
este del Havel, construyendo también
una ciudadela a orillas del Spree, en
Köpenick (hoy Spandau y Köpenick son
distritos de la ciudad de Berlín).
En el siglo
VIII, Carlomagno, que había logrado unificar a los francos y extender sus
dominios hacia el Elba, pactaría con
esas tribus el establecimiento de varias Marcas
(territorios fronterizos) del Imperio Carolingio. Estas Marcas, que se situaron en los confines de las tierras germánicas y
eslavas, entre los ríos Elba y el Oder, recibieron entidad política y
fueron gobernadas por señores feudales, vasallos de los carolingios, que eran
responsables de defender el imperio de eventuales invasiones.
Delimitación de la Marca del Norte hacia el año 1000
(el punto amarillo indica la ubicación futura de Berlín).
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Una de ellas fue la Marca de Brandeburgo que,
articulada en el entorno de los ríos Havel
y Spree, acabaría configurándose como
un importante principado dentro del Sacro
Imperio Romano Germánico desde 1157 (el Margraviato de Brandeburgo, Markgrafschaft Brandenburg). La Marca
sería gobernada desde la ciudad de Brandeburgo que surgió a orillas del rio Havel y que aparece referida en
documentos desde el año 928 (es la actual Brandenburg
an der Havel),
[en español se admiten dos traducciones de Brandenburg: Brandeburgo y Brandemburgo,
aunque se recomienda la primera]
El origen de Berlín:
las ciudades gemelas (Berlín y Cölln, 1237-1359)
En este
contexto histórico y geográfico, dentro del Margraviato de Brandeburgo, en las
orillas del rio Spree, se establecerían
años después dos asentamientos contiguos: Cölln y Berlín. El punto escogido,
ubicado a una distancia intermedia entre Spandau
y Köpenick, ofrecía facilidad para
vadear el rio Spree. Allí existía una
isla sobre la que constituyó Cölln, mientras que Berlín lo haría en la orilla
derecha del río. Aunque parece que su nacimiento real pudo ser anterior, se
considera como fecha oficial el año 1237, año en el que aparece la primera
prueba documental de la existencia de Cölln y que se conmemora como la
fundación de Berlín.
Las dos
pequeñas aldeas ejercerían de etapas en las rutas mercantiles que unían el
occidente y el oriente en la Europa Septentrional, de manera que esa
localización imprimiría el carácter de los asentamientos. Frente a las
existentes Spandau y Köpenick, cuya economía se vinculaba
fundamentalmente a la agricultura, Cölln y Berlín estarían asociadas al
comercio.
Así pues, el
origen de la ciudad es doble. Las dos aldeas gemelas fueron planificadas
siguiendo un esquema teórico regular. Cölln ocupó la parte meridional de la
pequeña isla referida. Su trazado presentaba una calle principal que unía los
dos puentes tendidos sobre los brazos del rio Spree y en la que se ubicaban los dos equipamientos principales: el
consistorio municipal (Cöllnisches
Rathaus) y la iglesia de San Pedro (Petrikirche).
Esa calle presentaba una anchura considerable, que conformaba un cierto “salón
urbano” donde se instalaba el mercado de la ciudad. A partir de la misma, y
siguiendo su orientación se plantearon las manzanas residenciales.
La iglesia de San Nicolás vista desde lo alto de la
Torre de la Televisión.
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Por su parte,
Berlín surgiría en la margen derecha del río, enfrentada a Cölln y acabaría
siendo un asentamiento más extenso. La ciudad, separada por un foso-canal del Spree, se organizaría en dos barrios: el
de San Nicolás (Nicolaiviertel), el
más antiguo, y el de Santa María (Marienviertel),
que surgiría como una extensión del anterior motivada por la prosperidad de la
ciudad. El esquema urbano de ambos barrios es similar, aunque ofrece una mayor
pureza en Santa María que en San Nicolás, cuya implantación tuvo alguna
deformación provocada por la orilla curva del rio. Las dos parroquias presidían
cada barrio y la casa consistorial definitiva (que además asumiría el gobierno
mancomunado entre Berlín y Cölln) se ubicaría entre ambas, en la calle que las
separaba y que acabaría convirtiéndose en la vía principal del núcleo. De
hecho, al primer puente que unía Berlín y Cölln (el denominado Mühlendamm brücke, “puente del dique del
molino”, por un molino que hubo en él) se le sumaría pronto uno segundo que
prolongaba ese nuevo eje central de Berlín y que sería conocido como Rathausbrücke (“puente del
Ayuntamiento”). Este puente y esta calle, que dividían la isla en dos mitades (quedando
Cölln en el sur y dejando el norte disponible) verían refrendada su importancia
años después, cuando los margraves levantaron en esa mitad septentrional su
residencia.
Superposición del núcleo original de Berlín-Cölln
(hacia 1650, en color) sobre el estado actual (líneas marrones)
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En 1307, el
margrave Hermann “der lange” (el
alto) mancomunó parcialmente ambas ciudades. No obstante, la relación física y
política existente no impidió que ambas ciudades mantuvieran administraciones independientes.
La Ciudad Hanseática
(Berlín, 1359-1448)
La dinastía
Ascania gobernó Brandeburgo desde que, en 1137, Alberto I (apodado “el oso”)
expandió y definió los límites de la Marca Norte (Nordmark) dentro del Sacro Imperio Romano Germánico, quedando el
territorio establecido como un margraviato hereditario en 1157. Pero en 1320
falleció el ultimo gobernante de la Casa de Ascania, Heinrich II, dejando
vacante el puesto de margrave. Este hecho dio comienzo a un periodo turbulento y
de inestabilidad para el Margraviato de Brandeburgo debido a las luchas de
poder entre las grandes familias del Imperio.
Aunque el
emperador entregó Brandeburgo a la Casa de Wittelsbach,
la nobleza no aceptó el nombramiento y comenzaron las hostilidades. La
conflictiva situación del margraviato, tensionado por las luchas internas y
acosado por los polacos, se agravaría con la sustitución de los margraves que
pasarían a ser de la Casa de Luxemburgo desde 1373. En general, con los
gobiernos de los margraves Wittelsbach
y Luxemburgo la autoridad central fue
disminuyendo y Brandeburgo estuvo controlada principalmente por la nobleza
local. No obstante, en 1356 el margrave Ludwig II conseguiría la designación
como Príncipe Elector (Kurfürst) del
Sacro Imperio Romano Germánico con carácter hereditario, elevando la categoría
del margraviato.
Las
turbulencias políticas fueron aprovechadas por una serie de ciudades,
encabezadas por Berlín-Cölln para proclamar su autonomía, asociándose en 1359 a
La Hansa, la gran liga de las ciudades mercantiles
de la Europa del Norte. Durante los casi cien años en los que pertenecieron a
la Liga, Berlín y Cölln prosperaron notablemente como centro de intercambio
comercial y su población (y gobierno municipal) estuvo compuesta,
mayoritariamente, por una burguesía de mercaderes.
La Ciudad Principesca
(Berlín, 1448-1701)
Todo
cambiaría a partir de 1411. El emperador Segismundo (Sigismund von Luxemburg) había logrado hacerse con la corona el año
anterior gracias al apoyo recibido, entre otros, por la Casa de Hohenzollern.
En compensación, el emperador, que hasta entonces era Margrave de Brandeburgo,
cedió la dignidad al burgrave de Núremberg, Federico VI de Hohenzollern, con
derecho hereditario para su familia. La nobleza de Brandeburgo, temerosa de
perder sus privilegios, se rebeló contra la decisión, pero Federico, utilizando
su fuerza militar logró someterla y obtuvo el reconocimiento oficial de su
mandato en 1415, en el Concilio de Constanza. El nuevo margrave, que gobernaría
como Federico I de Brandeburgo (Friedrich
I), iniciaría una dinastía que se prolongaría hasta 1918.
Su sucesor,
Federico II (Friedrich II), sería
margrave entre 1440 y 1470 y tomaría una decisión
trascendental para Berlín ya que escogió esa ciudad como su residencia.
Este hecho, quizá respondió al deseo de alejarse de la poderosa nobleza
residente en la ciudad de Brandeburgo, que le había hecho la vida muy difícil a
su padre (quien residió muy poco en el margraviato). La medida no fue bien
acogida por la burguesía berlinesa que intuía la pérdida de su autonomía
política y se sublevó (Berliner Unwille,
1447), pero el movimiento fracasaría. Federico II subyugó a la ciudad y la
despojó de todas las libertades comunales y de la independencia que mantenía. Desde
entonces el gobierno municipal quedaría subordinado al poder del príncipe que
aprobaría o denegaría los nombramientos de alcaldes e impondría su criterio.
Para reforzar su dominio, impidió la asociación con otras ciudades y, en
consecuencia, Berlín-Cölln dejarían de
pertenecer a la Liga Hanseática.
El margrave
construiría su fortaleza-palacio en la parte septentrional de la isla de Cölln
y, con ello, las ciudades gemelas iniciarían una nueva etapa en su historia,
asumiendo la capitalidad de Brandeburgo
en 1448 bajo la única autoridad de los Hohenzollern.
El castillo
de los Hohenzollern, comenzado en 1443 iría ampliándose hacia el norte e
incorporaría el resto de la isla para la creación de los jardines del palacio (Lustgarten). La imagen del castillo
cambiaría radicalmente con la intervención del arquitecto Andreas Schlüter
(1664-1714) que lo transformaría en un palacio barroco. Aunque, el aspecto
definitivo del ya Palacio Real llegaría en 1845 con la incorporación de la emblemática
cúpula. Este palacio, gravemente dañado por la Segunda Guerra Mundial, sería
demolido en 1950, apareciendo en su lugar el denominado Palacio de la República
levantado por el gobierno comunista de la RDA. También este sería demolido en
2003. En la actualidad se está reconstruyendo miméticamente el palacio
original.
La
construcción del palacio y sus jardines, así como de la catedral contigua
(construida en 1536 y demolida en 1747), serían los acontecimientos urbanos
principales de los siglos XV y XVI. Las ciudades gemelas consolidaron sus
espacios. Ahora bien, la ubicación del palacio modificó las dinámicas urbanas.
La calle en la que se ubicó la residencia de los príncipes era la misma que
separaba los dos barrios de Berlín (Marienviertel
y Nicolaiviertel) y pasaría a ser el
eje principal del conjunto urbano, rebautizada como calle triunfal del Príncipe
Elector (posteriormente Königstrasse,
calle del Rey y hoy Rathausstrasse).
En Cölln, las calles transversales al gran salón-mercado que se dirigían hacia
el palacio y la catedral adquirían mayor protagonismo, particularmente la Breite Strasse que unía el Ayuntamiento
con la residencia del margrave.
La adhesión
de los príncipes de Brandeburgo a la Reforma Protestante en 1539 y el posterior
asentamiento de comunidades perseguidas en otros lugares (como judíos o
hugonotes) marcarían el carácter tolerante de la ciudad y tendrían una gran
influencia en los crecimientos urbanos posteriores.
La “tercera ciudad”: Friedrichswerder
La primera
expansión del doble núcleo original que formaban Berlín y Cölln fue Friedrichswerder.
El nuevo asentamiento nació en 1622, frente a la isla de Cölln. Inicialmente
fue un arrabal extramuros, largo y estrecho, siguiendo la orilla del brazo del Spree, pero, en 1668, con la
fortificación de la ciudad, quedaría dentro de la muralla y, en 1678, fue
reconocida su autonomía con la concesión de un Ayuntamiento propio.
En la
actualidad no quedan restos de aquel núcleo, que es recordado solamente por la Iglesia
de Friedrichswerder, aunque el
edificio actual fue levantado entre 1824 y 1830 según el proyecto neogótico de
Karl Friedrich Schinkel (esta iglesia, muy perjudicada por la Segunda Guerra
Mundial, fue reconstruida entre 1979 y 1986 por el gobierno de la RDA, quedando
entonces desacralizada y funcionando actualmente como museo).
En las mismas
fechas que Friedrichswerder, surgiría
el arrabal de Nueva Cölln (Neukölln am
Wasser) Situado en la orilla del
rio enfrentada de Cölln por el sur, ese crecimiento nunca alcanzó el rango de
ciudad, estando subordinado a las directrices de Cölln a quien quedó unido por
un puente, que acabarían siendo tres.
La Guerra de
los Treinta Años se desarrolló entre 1618 y 1648. Brandeburgo y la pequeña
ciudad doble de Berlín y Cölln sufrirían gravemente las consecuencias del largo
periodo bélico. En pleno conflicto, en 1640, se convertiría en margrave, Federico
Guillermo I de Brandeburgo (Friedrich
Wilhelm), conocido como el Gran Elector, quien reinaría durante
casi medio siglo. Su largo mandato le permitiría promover una remodelación muy
notable de las ciudades gemelas y, lógicamente, su objetivo prioritario fue
proteger a la ciudad.
Berlín en 1688 con Dorotheenstadt y Friedrichswerder.
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Para ello
ordenó la construcción de una poderosa fortificación bastionada. Las imponentes
defensas comenzaron a ser ejecutadas al finalizar la guerra. Los trabajos, que concluyeron
en 1683, se desarrollaron bajo la dirección de Johann Gregor Memhardt, quien
había grabado un plano en 1652 con el estado de las ciudades gemelas (el primer
plano oficial de Berlín). Esta primera
muralla berlinesa tuvo un trazado prácticamente circular. Dentro del
perímetro marcado se incluyó no solo a las ciudades gemelas de Berlín y Cölln,
sino también a Friedrichswerder y al
arrabal de Cölln. La fortificación tuvo trece bastiones y seis puertas: Puerta
de Leipzig (Leipziger Tor); Puerta de
Köpenick (Köpenicker Tor); Puerta de
Stralau (Stralauertor); Puerta de San
Jorge (St. Georgentor), renombrada en 1701 como Puerta del Rey (Königstor); Puerta de Spandau (Spandauertor); y Puerta de la Ciudad
Nueva (Neustädtisches Tor) que se
abría a la Unter den Linden y Dorotheenstadt.
Las ciudades “cuarta”
y “quinta”: Dorotheenstadt y Friedrichstadt
Complementariamente
a la estrategia defensiva, el Gran
Elector no descuidó potenciar el desarrollo de la ciudad, para lo cual
estimuló la inmigración, ofreciendo grandes ventajas jurisdiccionales a los
recién llegados. Por esa razón, en 1671, atraídos por las buenas expectativas
económicas, la ciudad fue el destino de numerosas familias judías opulentas que
habían sido expulsadas de Viena. También, el clima de tolerancia que se vivía
en Brandeburgo causó la llegada, en 1685, de doce mil hugonotes franceses, la
mitad de los cuales se instaló en Berlín. Este notable crecimiento demográfico motivó
nuevas extensiones que, esta vez, serían planificadas con detalle, dando origen
a dos nuevas ciudades.
La primera de
ellas, se asentaría en los terrenos situados entre las murallas de Cölln y el bosque del Tiergarten, terrenos que el Gran Elector había regalado en 1670 a su
segunda esposa la princesa Sophia Dorothea. Esa propiedad acompañaba al camino
que conectaba el castillo de los príncipes electores con la reserva de caza del
Tiergarten, un camino que, desde
1647, estaba acompañado por unas alineaciones de tilos. Estos árboles serían
los causantes de que comenzara a ser conocido como el paseo Unter den Linden (Paseo “bajo los
tilos”).
En esos
terrenos la princesa promovería
(parcelando y vendiendo los solares resultantes) un asentamiento extramuros
que inicialmente sería denominado simplemente Neustadt (Ciudad Nueva) pero que acabaría siendo rebautizado en
1681 como Dorotheenstadt, en
honor a la princesa.
El trazado
corrió a cargo del Supervisor de Fortificaciones y Construcción del Electorado,
Joachim Ernst Blesendorf, quien trazaría una trama ortogonal a partir del paseo
Unter den Linden, que ejercería de vía
principal del nuevo crecimiento urbano. Por el norte la retícula se extendería
hasta las zonas pantanosas que había junto a la orilla del rio Spree (quedando delimitada por la Georgenstraße) mientras que, por el sur,
la calle que cerraba la operación sería la Schadowstraße,
que llevaba asociado un foso de la ampliación de la fortificación realizada
para proteger esta nueva ciudad y que, de
facto, la convertían en una isla. Comenzada su construcción en 1674, los
privilegios que recibió ayudarían a su rápido poblamiento.
Berlín en 1710 con Friedrichstadt al sur de Dorotheenstadt y
al oeste de Friedrichswerder.
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La segunda
ciudad nueva (y quinta del total), nacería tras la muerte del Gran Elector en 1688, cuando su hijo y
heredero, Federico III (Friedrich III) promovió un nuevo crecimiento urbano,
que sería fundado en 1691. Era la tercera extensión de Berlín-Cölln y recibió el nombre de su promotor: Friedrichstadt.
Se situó al sur de Dorotheenstadt y
al oeste de Friedrichswerder junto a las
murallas que protegían ambos núcleos. El proyecto inicial siguió también una
retícula ortogonal, con la orientación que había marcado Dorotheenstadt. El trazado se adaptaba con dificultad a los bordes
de la muralla berlinesa, dejando grandes espacios vacíos, y también a la
delimitación curva que lo remataba por el oeste. Por el sur el Friedrichstadt original terminaba en la
actual Zimmerstraße. El centro de la
nueva ciudad sería la plaza del mercado entonces bautizada como Linden-Markt y hoy conocida como Gendarmenmarkt (Mercado de los Gendarmes).
En ella se construirían dos iglesias gemelas que le proporcionarían su
espectacularidad espacial: al norte la Französischer
Dom (Catedral Francesa) para los calvinistas franceses (según proyecto de Louis
Cayart y Abraham Quesnay y levantada entre 1701 y 1705) y, al sur, la Deutscher Dom (Catedral Alemana) para
los luteranos alemanes (proyectada por Giovanni Simonetti y Martin Grünberg y
erigida entre 1701 y 1708). Entre ambas iglesias se construiría un pequeño
teatro que acabaría siendo sustituido en 1821 por el Konzerthaus por Karl Friedrich Schinkel.
Los últimos
años del siglo XVII verían surgir varios arrabales en la parte oriental y
meridional de la ciudad, siguiendo los caminos que partían de las puertas de la
muralla. En 1690 comenzaron Königstadt,
siguiendo el eje principal de la ciudad, y Stralauer
Vorstadt; en 1695, Luisenstadt
(aunque este núcleo sería paralizado y replanificado en 1802); y, en 1699, Spandauer Vorstadt. Estas cuatro
extensiones serían recogidas por la muralla del siglo XVIII, como ocurriría con
las ampliaciones de Dorotheenstadt y Friedrichstadt (que vería completado su
trazado reticular, con la espectacularidad de un tridente y varias plazas de
geometrías variadas).
Otro hecho
arquitectónico relevante tuvo lugar a finales del siglo. En 1695, se comenzó la
construcción el castillo de Lietzenburg
(proyecto de Johann Arnold Nering), que más tarde, en 1705, pasaría a
denominarse Charlottenburg en honor de la reina Sofía Carlota. La Unter den Linden fue prolongada hasta
llegar a ese nuevo castillo que cumplía funciones de residencia campestre
veraniega y en cuyo entorno comenzaría a surgir un nuevo asentamiento.
Berlín en 1720 con indicación de las “cinco ciudades”
ya integradas: A. Berlín; B. Cölln; C. Friedrichswerder; D. Neukölln am Wasser;
E. Dorotheenstadt; F. Friedrichstadt.
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La prosperidad de ese Primer Berlín quíntuple iría aumentando, aunque no dejaba de ser una capital provinciana. Pero a la ciudad le esperaba un futuro esplendoroso. La creación del Reino de Prusia (1701) y la designación de Berlín como su capital forzaría la integración de los cinco municipios autónomos en 1710. El nuevo rango adquirido y la unificación serían las bases sobre las que se asentaría la gran transformación dieciochesca que buscaba la creación de una gran capital europea: el Segundo Berlín.
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