Estudio de Escala entre el continente africano y
diversos países. (The True Size of
Africa, Kai Krause)
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El continente africano es inmenso y diverso. Acercarse a su
conocimiento requiere, necesariamente, fragmentar su territorio en diferentes
regiones que presenten cierta homogeneidad y faciliten su análisis.
Clasificar siempre es injusto con la realidad, porque para
agrupar en categorías, debemos relativizar el peso de algún rasgo identitario y
poder así establecer conjuntos que resulten más abordables. Este proceso de agrupación
suele apoyarse en criterios que están orientados desde las intenciones que
dirigen el análisis y el diagnóstico.
La complejidad de África permite diferentes acercamientos a
sus categorías territoriales.
Podemos identificar varias estrategias entre los diferentes
ensayos de clasificación territorial africana. Criterios geográficos, políticos,
de religiones o lenguas, o una mezcla de varios de ellos pueden encontrarse en
la base para establecer agrupaciones territoriales.
Los más habituales son los criterios geográficos. Entre
ellos destacan la proximidad, que proporciona una interacción vecinal que se
manifiesta en multitud de rasgos comunes, o las características biomáticas que
ofrecen escenarios similares. También puede recurrirse a la historia, estableciendo
grupos homogéneos a partir de los avatares que los territorios han compartido a
lo largo de los siglos transcurridos.
En función de los criterios escogidos, un mismo territorio
puede encontrase en grupos distintos. Por ejemplo, el caso de Marruecos y
Egipto, que se encuentran en grupos diferentes por su clasificación
medioambiental, ya que el primero se asocia con claves mediterráneas mientras
que el segundo lo hace con el desierto; pero estos dos países comparten
categoría en otras clasificaciones que se fundamenten en cuestiones de proximidad
geográfica (región norteafricana). En otros agrupaciones podemos volver a
encontrarlos separados desde el punto de vista geopolítico (Marruecos como
parte del Magreb y Egipto como parte de oriente) o reunidos por su pasado
histórico común tanto dentro del imperio romano como por la unificación del
islam.
Una reflexión previa: La aproximación a las
civilizaciones de Felipe Fernández-Armesto
Como una reflexión paralela y de carácter previo, ya que no
es propiamente africana ni tampoco de carácter urbano, sino territorial y
globalizada, aparece la interesante visión sobre las civilizaciones del
historiador británico Felipe Fernández-Armesto (1950)
Fernández-Armesto publicó en el año 2000 su libro Civilizations. Culture, Ambition and the
Transformation of Nature (traducción española: Civilizaciones. La lucha del nombre por controlar la naturaleza,
Ed. Taurus, Madrid 2002) en el que exponía su tesis de que la civilización “no es el resultado de una estructura
política, estética o religiosa, sino del intento cultural de readaptar el
entorno. Una sociedad es civilizada en función de la domesticación a la que
somete al clima, la geografía y la ecología”.
En su investigación, Fernández-Armesto rastrea las
civilizaciones del planeta para encontrar el rastro de “fuerzas impersonales que han creado el molde con el que la humanidad ha
perfilado unas culturas salvajemente distintas”. El historiador propone
diecisiete entornos diferenciados que, pudiendo presentar ubicaciones muy
alejadas en el planeta, muestran una forma similar en la conformación de su
civilización, como consecuencia de compartir rasgos biomáticos.
Del total de los
entornos propuestos, siete aparecen en el continente africano. Son los
siguientes:
- los desiertos de arena,
- la región subsahariana,
- las sabanas,
- los bosques y selvas tropicales,
- las tierras altas de montaña,
- los grandes ríos y
- las costas mediterráneas.
Fernández-Armesto explora la creación de las diferentes
civilizaciones africanas, surgidas en esos siete entornos, aportando datos
históricos y claves de los mecanismos de control de la naturaleza.
Dos ejemplos diferentes: La aproximación regional de
UN-HABITAT y la clasificación urbana de David Adjaye.
La aproximación de
UN-HABITAT al continente africano
UN-HABITAT (ONU-HABITAT), es la agencia de Naciones Unidas
para los asentamientos humanos. El Programa de las Naciones Unidas para los
Asentamientos Humanos “recibió el mandato de la Asamblea General para
promover pueblos y ciudades social y ambientalmente sustentables con el
objetivo de proveer vivienda adecuada a las personas”.
UN-HABITAT publica periódicamente un informe sobre el
“Estado de las Ciudades Africanas (Gobernanza, Desigualdades y Mercados de
suelo)”. En ella, organiza todo el continente en diferentes categorías que
permiten un análisis coherente.
El criterio es fundamentalmente geográfico-posicional. Sus
categorías son:
- África Norte (6 países y 1 territorio especial, el Sáhara Occidental)
- África Oeste (16 países)
- África Este (14 países)
- África Central (9 países)
- África Austral (8 países)
En el último informe todavía aparecen 53 países, en lugar de
los 54 actuales tras la segregación de Sudan del Sur ocurrida en 2011.
La aproximación regional de la Agencia UN-HABITAT |
La aproximación a
las ciudades africanas de David Adjaye.
David Adjaye (1966) es un arquitecto de origen ghanés,
aunque nacido en Tanzania (su padre era diplomático). En su juventud residió en
diferentes ciudades africanas siguiendo los destinos familiares. Finalmente
recabó en Londres, lugar donde estudió y en el que actualmente desarrolla su
carrera profesional.
Uno de sus trabajos recientes fue un recorrido fotográfico
por diferentes ciudades africanas en la búsqueda de sustratos comunes de su
arquitectura. Fruto de esa investigación surgió una exposición (celebrada en el Design Museum de Londres, entre el 31 de marzo y el 5 de septiembre de 2010), así
como la publicación de un libro con los resultados (Adjaye Africa Architecture. A Photographic Survey of Metropolitan Architecture, editado
por Thames&Hudson en 2011). En España, la revista Arquitectura
Viva, presentó este trabajo en el número 140 (África Esencial, septiembre-octubre 2011)
En cierto modo, David Adjaye adopta una visión cercana al
punto de vista de Fernández-Armesto ya que su análisis, esta vez sí,
específicamente africano y urbano, categoriza las ciudades con criterios
orientados en la misma línea.
Adjaye
propone una clasificación de las ciudades
del continente africano en seis regiones bien diferenciadas
medioambientalmente:
- el Magreb (4 capitales),
- el desierto (4 capitales),
- la región subsahariana o Sahel (4 capitales),
- la sabana (6 capitales),
- la selva (25 capitales) y
- las montañas (10 capitales).
Su tesis es
que las características ambientales de cada región han tenido una influencia
decisiva en la arquitectura y en el urbanismo. Para demostrarla recorrió 53
ciudades, capitales de sus países (en ese momento todavía no se había
independizado Sudán del Sur).
Adjaye olvida
las fronteras políticas entre los estados y se fija únicamente en la localización
de sus capitales. Puede darse el caso de que un país tenga un entorno climático
característico, pero su capital se encuentre ubicada en otro minoritario. En
este caso, Adjaye prioriza la localización de la capital a la hora de incluirlo
en una determinada categoría.
El análisis
es menos urbanístico y mucho más arquitectónico, puesto que son los rasgos tipológicos
y constructivos de los edificios los que le llevan a establecer sus
conclusiones.
La clasificación de las ciudades africanas según David Adjaye. |
Una aproximación propia a las categorías territoriales
africanas.
La agrupación que realizamos del territorio africano en
diferentes categorías intenta unir la aproximación medioambiental y el
parentesco histórico.
La latitud es uno de los parámetros más significativos para
determinar las claves climáticas de una zona. Por esta razón, nuestra
aproximación se apoya en el establecimiento de franjas con coherencia
bioclimática para luego ser matizadas por las componentes históricas.
Con la
segregación de Sudán del Sur (2011) son 54 los estados en los que se divide
África, 48 continentales y 6 insulares. No obstante, la categorización
territorial propuesta trasciende las fronteras políticas. Las regiones
propuestas son las siguientes:
Región 1: Norte
Mediterráneo (entorno mayoritario de 5 países)
El litoral sur mediterráneo y su historia común ofrecen una
homogeneidad que es más relevante que las diversidades biomáticas entre los
territorios occidentales y orientales.
Región 2: Sudán-
Desierto (entorno mayoritario de 8 países)
Sudán es un concepto geográfico general que agrupa a las
regiones interiores situadas al sur del Sáhara (aunque luego se haya convertido
en denominación de dos países). Integra la zona del Sahel y las sabanas
subsaharianas. Su vinculación al desierto justifica muchos de los rasgos que
comparten estos territorios.
Región 3: Guinea (entorno
mayoritario de 9 países)
La Guinea es la denominación utilizada para designar el
territorio situado entre el sudán (al norte) y el Océano Atlántico (al sur), independientemente
de que varios países acabaran adoptando ese nombre. Estas costas del occidente africano
se verán determinadas por la presencia del mar y de los bosques tropicales que
las pueblan.
Región 4: Central -
Selvas (entorno mayoritario de 7 países)
Las grandes selvas ecuatoriales ofrecen un hábitat
totalmente singular. La región central se encuentra caracterizada por las
mismas, independientemente de que algunos de los territorios fronterizos puedan
participar de alguno de los rasgos de los biomas vecinos.
Región 5: Cuerno de
África (entorno mayoritario de 4 países)
El extremo oriental africano es una ecorregión con características
singulares que han tenido como consecuencia una gran autonomía histórica.
Región 6: Índico-Lago
Victoria (entorno mayoritario de 6 países)
Las costas del índico determinan el carácter de una región
que se extiende hasta el Gran Rift africano. Estos territorios, que ofrecen una
cierta diversidad medioambiental, se ven unificados por los avatares históricos
compartidos.
Región 7: Austral (entorno
mayoritario de 9 países)
El Sur forma una ecorregión cuyo desarrollo ha sido bastante
autónomo respecto del resto del continente. La
presencia de los desiertos de Namibia y Kalahari la aislaron por el
centro y el oeste.
Región 8: Insulares (entorno
mayoritario de 6 países)
La insularidad lleva a compartir unos rasgos comunes que trascienden
la ubicación concreta de cada isla.
Las ocho categorías territoriales de la aproximación propia. |
Sobre estas
bases categóricas podrán abordarse los primeros análisis locativos sobre las
ciudades africanas, que exploran, por ejemplo, la relevancia política o el peso
demográfico.
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