La siedlung de la herradura, en Britz es una de las
colonias de vivienda social más emblemáticas del Berlín de la segunda mitad de
la década de 1920.
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El periodo de
la República de Weimar (1918-1933) supuso para Alemania la llegada de la
socialdemocracia, que tendría una gran incidencia en el campo de la vivienda
social. Especialmente en la segunda mitad de la década de 1920, cuando a partir
de nuevas fórmulas legislativas, financieras y técnicas, comenzaron a
construirse muestras que serían ejemplares para el resto del mundo.
El derecho a
una vivienda digna y el compromiso del Estado para procurar su oferta a las
clases sociales más desfavorecidas puso en marcha un programa de vivienda
pública revolucionario. Las experiencias del Nuevo Frankfurt o de las
grandes siedlungen (colonias de
viviendas) berlinesas alumbrarían un innovador modelo que haría frente al
gravísimo déficit de alojamientos y a las lamentables infraviviendas colectivas
(Mietskasernen) de la época imperial.
En este
artículo se apuntan varios casos construidos en Berlín, una ciudad que en 1920
se había ampliado extraordinariamente. En la capital alemana se levantarían
conjuntos tan emblemáticos como la Hufeisensiedlung
de Britz, la Onkel-Toms-Hütte, la Weiße Stadt,
o la Siemensstadt, en las que
trabajaron arquitectos pioneros como Martin Wagner, Bruno Taut, Hans Scharoun o
Walter Gropius.
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La Alemania de
entreguerras y la política de vivienda.
El final de
la Primera Guerra Mundial fue traumático para Alemania. El país, que había
perdido la contienda, se enfrentó a una grave crisis económica (padeciendo una
extraordinaria hiperinflación), a numerosas revueltas sociales, y a una
incertidumbre política que se prolongaría durante los primeros años del nuevo
régimen que se inició en 1919: la denominada República de Weimar (denominada
así por ser esa ciudad donde se firmó la Constitución). Se dejaba atrás el
imperio surgido tras la unificación alemana de 1871 y, sobre todo, se abría una
nueva etapa política ya que la república comenzó a ser gobernada por el Partido
Socialdemócrata Alemán (SPD).
Hacia 1924, Alemania dejaría atrás los
años malos. El
establecimiento del Plan Dawes, bajo
el auspicio de los Estados Unidos, logró estabilizar la economía germana (el
objetivo era permitir la recuperación del país para que este pudiera afrontar
las compensaciones exigidas por los aliados victoriosos en los tratados de paz).
El Plan estimuló la inversión extranjera en el país y proporcionó financiación
a los empresarios alemanes, de forma que la producción industrial fue recobrando
el pulso paulatinamente.
Uno de los pilares sobre los que se
apoyó la recuperación fue la política de vivienda. La situación del alojamiento en la
Alemania posbélica era catastrófica. Por un lado, se enfrentaba a la dramática
escasez de viviendas (los cálculos realizados en 1919 estimaban una necesidad que
superaba ampliamente el millón de viviendas) y, por otro, a la situación de
miles de personas que vivían hacinados en las hiperdensas infraviviendas
colectivas (Mietskasernen).
Los
socialdemócratas dieron prioridad al problema de la vivienda enarbolando el derecho
a una vivienda digna y el compromiso del Estado para procurar su oferta a las
clases sociales más desfavorecidas (proporcionando viviendas asequibles, con un
alquiler social regulado). Sobre esas bases, en la segunda mitad de la década
de 1920, se puso en marcha un programa de vivienda pública revolucionario que
se fundamentaría en nuevas fórmulas legislativas y organizativas, innovadores
modelos de financiación y una apuesta decidida por las técnicas constructivas
emergentes. Con ello, en poco más de cinco años, se lograron levantar varias
colonias de viviendas económicas, particularmente en Berlín con las denominadas
Großsiedlungen.
Desde el
punto de vista legislativo se promulgó
el Reglamento de Vivienda que establecía las bases para nuevas tipologías y
procedimientos. Este nuevo marco legal fue complementado con un nuevo modelo
financiero a partir de la estabilización de la moneda en 1924, cuando se aprobó
un nuevo impuesto sobre los alquileres que facilitaría la financiación de las iniciativas de carácter público.
Para llevar a cabo los nuevos desarrollos de viviendas
asequibles para la clase obrera, se activó una organización novedosa, creando varias empresas promotoras-constructoras
de utilidad pública, tanto desde la administración como desde los sindicatos. Surgieron
entonces sociedades como la WFG, Wohnungsfürsorgegesellschaft
(sociedad para la protección de la vivienda), la GEHAG (sociedad anónima de
Ahorro y Construcción) o la DEWOG, Deutsche
Wohnungsfürsorge AG für Beamte, Angestellte und Arbeiter (sociedad alemana
para la protección de la vivienda para funcionarios, empleados y obreros) que
tendrían un papel clave en las Großsiedlungen.
También se renovaron
las técnicas constructivas (aunque no
se lograron implantar todas las deseadas, sobre todo porque la industria alemana
todavía no contaba con el potencial suficiente). La idea central era la
industrialización del proceso de construcción para lo cual se propusieron técnicas
y materiales novedosos (como la utilización de grandes paneles de hormigón que finalmente
no pudo ponerse en práctica), además de proponer un desarrollo “racional”, a
partir de tipologías fácilmente seriables. Los problemas en la relación con la
industria fueron compensados en parte con el proceso de racionalización
tipológica: plantas repetitivas, simplificación del repertorio constructivo y de
los materiales utilizados; o normalización de elementos como carpinterías y
escaleras, acabados o los equipamientos de cada unidad. Las primeras Großsiedlungen todavía fueron
construidas con un alto porcentaje de técnicas tradicionales, aunque en las
últimas pudieron aplicarse las innovaciones que iban surgiendo (como calefacciones
centralizadas, por ejemplo).
Pero no hubo
mucho tiempo para desarrollar el ambicioso programa de viviendas, porque la
dependencia de los préstamos norteamericanos, hizo que la crisis que este país
padeció desde 1929 tuviera graves repercusiones para los germanos. En 1930, la Gran Depresión hundió la economía
alemana, que inició una recesión de consecuencias fatales, ya que favorecería
el ascenso del nazismo. En 1933, Adolph
Hitler abolía la República para dar inicio a otra etapa que volvería a
llevar a Alemania al desastre.
Berlín en la década
de 1920.
El proceso de
unificación de Alemania, que culminó en 1871 con la constitución del Imperio
Alemán (Deutsches Reich), generó un
prodigioso auge económico que tuvo un reflejo muy importante en Berlín, que
pasó de ser la capital de Prusia a liderar todo el imperio. En consecuencia,
durante los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX, Berlín
experimentó un extraordinario aumento demográfico, pasando de los 826.000
habitantes de 1871 a superar los dos millones en 1910. Los municipios
limítrofes estaban sufriendo un fenómeno similar. Las circunstancias en las que
se estaba produciendo ese crecimiento preocupaban a los urbanistas, puesto que
las diferentes extensiones urbanas no se planificaban y no se coordinaban unas
con otras. En Berlín, más allá de la ciudad histórica (cada vez más terciarizada), se estaban yuxtaponiendo
sin solución de continuidad, elegantes barrios de ciudad jardín con
infraviviendas obreras; y estas áreas residenciales convivían con suburbios
industriales y amplios vacíos por los que trascurrían numerosas líneas de
transporte (principalmente de ferrocarril), trazadas sin una intención
integradora.
En 1905 se
comenzó a plantear seriamente la necesidad de estructurar el territorio de la
región berlinesa con una visión de conjunto. Con ese objetivo se convocó un
concurso que debía estudiar y proponer una nueva relación entre la ciudad
central y los territorios y ciudades de su entorno, pensando en la constitución
de una auténtica metrópoli. El denominado Concurso para el Gran Berlín se
falló en 1910 en favor de la propuesta presentado por Hermann Jansen (1869-1945).
En ella, el arquitecto proponía una serie de intervenciones en la ciudad
central y sobre todo intentaba estructurar su periferia, ordenando las líneas
de transporte, planteando ejes de conexión entre las partes y diseñando una
serie de cuñas verdes que conectarían el centro de Berlín con los espacios
naturales del entorno.
Plan de Hermann Jansen para el Gran Berlín.
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No obstante,
las ideas para el Gran Berlín chocaron con la realidad. De hecho, la iniciativa
del concurso no había sido pública, sino que partía de las asociaciones
privadas de arquitectos y la Administración puso en cuestión sus propuestas.
Además, la división política del territorio, que estaba organizado en
diferentes municipios autónomos, dificultaba el consenso para las operaciones
que afectaban a diferentes municipios. En cualquier caso, el intento quedaría
paralizado por el estallido de la Primera Guerra Mundial.
Habría que esperar hasta 1920 para que
se diera un paso drástico que facilitara la reestructuración de la región: Berlín se anexionaría los territorios (y sus ciudades) de su entorno
en un crecimiento que multiplicaría por trece su dimensión inicial. El Gran
Berlín pasó de 66 kilómetros cuadrados a 883 y la población se duplicó desde
1,9 millones hasta los cuatro millones de habitantes (la ciudad estaba
recuperando su población rápidamente, dado que, por causa de la guerra, había
bajado hasta los 1.681.000 habitantes en 1917). Se absorbieron siete ciudades vecinas
que hasta entonces habían sido autónomas: Charlottenburg,
Köpenick, Lichtenberg, Neukölln, Schöneberg, Spandau y Wilmersdorf,
además de numerosas aldeas y comunidades rurales. Esa decisión fue avalada por
la Ley del Gran Berlín promulgada en 1920. Ese nuevo Berlín se estructuró en
veinte distritos. Seis eran los preexistentes en el Berlín inicial (Mitte, Tiergarten, Wedding, Prenzlauer Berg, Kreuzberg y Friedrichshain),
siete se organizarían según las ciudades anexionadas antes citadas y los siete
restantes se crearon agrupando áreas que fueron denominadas en función del
mayor asentamiento con el que contaban (Pankow,
Reinickendorf, Steglitz, Tempelhof, Treptow, Weißensee y Zehlendorf).
Organización administrativa del Gran Berlín surgido de las anexiones de 1920. |
[Los distritos aumentarían a 23 por la
creación de tres nuevos en el Berlín Oriental, pero, con la reforma del año
2001, que fusionaría partes de ellos, quedarían en los 12 actuales: Charlottenburg-Wilmersdorf, Friedrichshain-Kreuzberg, Lichtenberg, Marzahn-Hellersdorf, Mitte,
Neukölln, Pankow, Reinickendorf, Spandau, Steglitz-Zehlendorf, Tempelhof-Schöneberg,
Treptow-Köpenick]
Así pues, en
1920, el municipio de Berlín sufriría un cambio radical debido a la ampliación
extraordinaria de sus límites y, aunque las actuaciones concretas previstas en el
mencionado concurso no se llevarían a cabo, la filosofía del mismo inspiraría
actuaciones posteriores (sobre todo en lo referente a nuevos ejes y zonas
verdes). Ese nuevo Berlín sería un laboratorio para experimentar con las nuevas
ideas acerca del alojamiento, principalmente en cuanto a vivienda social, y, a
mediados de la década, comenzaría un amplio programa de actuaciones, concretado
en varias colonias residenciales de gran tamaño (las Großsiedlungen).
Las grandes siedlungen berlinesas de la década de
1920.
El arquitecto Martin Wagner (1885-1957) fue una figura
central en el desarrollo del programa de viviendas sociales berlinesas durante
la República de Weimar. Muy activo políticamente, Wagner se centró en el
problema de la vivienda que, para él, no tenía otra solución que conseguir un
abaratamiento drástico de la construcción. Admirador declarado de los modelos
de fabricación en serie de Henry Ford o Charles Taylor, reclamaba la aplicación
de las técnicas de montaje de la industria del automóvil en la construcción de
viviendas. En su opinión, la solución al grave déficit de alojamiento se
encontraría en la construcción masiva de
viviendas, con criterios racionales y sistemáticos que lograrían una
considerable reducción de los costes de edificación. En 1919 recibió el encargo
del sindicato obrero de la construcción de organizar empresas que pudieran
lograr esos objetivos uniendo la racionalización de los procesos con una
limitación de los beneficios. Así nacieron las Bauhütten (hermandades constructoras) que competirían con la iniciativa
privada.
Wagner
viajaría a Estados Unidos en 1924 para estudiar los procesos americanos de
producción y a su regreso constituyó un grupo de trabajo, con Bruno Taut
(1880-1938), Ernst May (1886-1970) y Walter Gropius (1883-1969), para desarrollar
prototipos de viviendas que deberían ser producidas en serie. No consiguieron
financiación para la construcción de los modelos, pero todos aplicaron
rápidamente sus ideas en casos reales. Ernst May se dirigió a Frankfurt donde
dirigiría la creación de varios desarrollos que serían conocidos como el Nuevo Frankfurt (Das Neue Frankfurt). Por
su parte, Gropius comenzó a trabajar en la siedlung
Dessau-Törten, mientras que Wagner y
Taut trabajarían en la Hufeisensiedlung
en Berlín.
Wagner se convertiría en 1926 en el responsable del
urbanismo del Gran Berlín y desde su puesto impulsó un urbanismo “moderno y
flexible”. Para él, la ciudad era como una empresa y debía ser gestionada con
nuevos métodos, menos burocráticos, más pragmáticos y orientados a dar
respuesta a las necesidades de cada momento. Las siedlungen iniciadas en esos años serían la constatación de esas
aspiraciones para el caso de la vivienda económica.
Delimitación de la Großiedlung Hufeisensiedlung (de la
Herradura), en Britz, en el distrito berlinés de Neukölln.
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En 1924 se puso en marcha la Hufeisensiedlung (siedlung de la herradura) en Britz, en el distrito de Neukölln, con el proyecto de Bruno Taut
y Martin Wagner. Sería desarrollada en siete fases entre 1925 y 1933 para
construir 1.285 viviendas (679 unifamiliares). En ella, los arquitectos
intentaron materializar las cuestiones fundamentales que preocupaban a Wagner y
la siedlung se convertiría en una
especie de manifiesto construido. siedlungen.
Planta parcial de la siedlung de Britz con el diseño de
las dos primeras fases en el que se encuentra la manzana que da nombre a la
operación (herradura).
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Imágenes de la siedlung de Britz poco después de la
inauguración.
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Delimitación de la Großiedlung Onkel-Toms-Hütte (la
cabaña del tío Tom), en el distrito Zehlendorf.
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La siedlung Onkel-Toms-Hütte
(la cabaña del tío Tom) se ubicó en el distrito de Zehlendorf y arrancaría en 1926 y se prolongaría hasta 1932.
Imagen de la siedlung Onkel-Toms-Hütte.
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Diferentes tipologías de vivienda en la siedlung Onkel-Toms-Hütte. |
Delimitación de la Großiedlung Siemensstadt entre los
distritos de Charlotttenburg y Spandau.
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Entre los distritos de Charlotttenburg y Spandau,
se levantaría, en dos fases, entre 1929 y 1931, la Siemensstadt. En ella
intervinieron los arquitectos Hans Scharoun, Walter Gropius, Hugo Häring, Otto
Bartning, Fred Forbat y Paul Rudolf Henning. La siedlung constaría de 1.370 apartamentos, careciendo de viviendas
unifamiliares.
Siemensstadt: identificación de los bloques de
viviendas con los arquitectos que los proyectaron.
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Viviendas en Siemensstadt (Hans Scharoun)
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La ubicación se relacionaba con la fábrica Siemens, que,
en 1928, ya era una industria muy importante que daba ocupación a 60.000
personas. Pero su ubicación lejana (en el distrito de Spandau) hacía que los obreros tuvieran dificultades de transporte
para acceder a su lugar de trabajo (solo llegaba un tranvía, hasta que en 1929
la propia Siemens construyó otra línea). Por ello, se decidió construir una
nueva gran siedlung junto a la industria.
Delimitación de la Großiedlung Weiße Stadt en el
distrito Reinickendorf.
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El último de los cuatro ejemplos sería la colonia Weiße
Stadt que se construiría en el distrito de Reinickendorf entre 1929 y 1931, en dos fases. El conjunto
constaría de 1.284 viviendas, todas plurifamiliares, según los proyectos de
Otto Rudolf Salvisberg, Bruno Ahrends y Wilhelm Büning.
Weiße Stadt: identificación de los bloques de viviendas
con los arquitectos que los proyectaron.
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Diferentes tipologías de vivienda en la siedlung Weiße Stadt
(arriba el bloque pasante de Otto Rudolf Salvisberg; debajo proyectos de Bruno
Ahrends.
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Imagen de la siedlung Weiße Stadt.
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Las grandes siedlungen sindicales de la década de
1920 no serían las únicas en levantarse (por ejemplo, en frente de la Herradura, en 1925 se construyó la
colonia promovida por la DeGeWo, otra
promotora municipal que contó con los arquitectos Ernst Engelmann y Emil
Fangmeyer, quienes realizaron una propuesta mucho más tradicional que recibiría
el nombre de Krugpfuhlsiedlung). Pero
sí serían las que mostraban las claves de la Nueva Construcción preconizada desde la modernidad.
Aunque estas siedlungen también recibirían críticas (como
las voces que se levantaron contra la seriación, la vivienda mínima, o la
monotonía de algunos planteamientos), fueron un testimonio de una época y se
convertirían en hitos inspiradores y determinantes para la consolidación del Funcionalismo y del Estilo Internacional de las décadas siguientes. Fueron además el
contrapunto a las penosas condiciones de vida que imponían las Mietskasernen de la época imperial,
proponiendo un nuevo estilo de vida para las clases proletarias (y también para
familias jóvenes de clase media)
Por todo
ello, la singularidad y ejemplaridad de las siedlungen
berlinesas sería reconocida por la UNESCO, que incluyó varias de ellas en la
lista de Patrimonio de la Humanidad en
2008. En concreto, se seleccionaron seis colonias de viviendas para su
protección especial: la Gartenstadt
Falkenberg (diseñada por Bruno Taut en 1912 siguiendo los criterios de la ciudad jardín), la Siedlung Schillerpark (también diseñada por Bruno Taut entre 1924 y
1930), la Wohnstadt Carl Legien (otro
proyecto de Bruno Taut desarrollado entre 1928 y 1930), la Hufeisensiedlung de Britz (aunque
en este caso no se incluiría la totalidad de la colonia, ya que la fase VII
quedó fuera de la protección especial), la Weiße
Stadt, y la Siemensstadt.
Como se construia antes...
ResponderEliminarCrack!!!! Gracias
ResponderEliminarmuy buen post!!!!
ResponderEliminarMuy interesante, muchas gracias
ResponderEliminargenial
ResponderEliminarMuy interesante!!, deberíamos comenzar a pensar como ocupar el territorio, pos pandemia, dado que en mi opinión las grandes ciudades no serán lo que eran de ningún modo, la nueva calidad de vida solo se podrá garantizar con densidades poblacionales acotadas, estas nuevas urbanizaciones transformarán el hipernegocio inmobiliario ciudadano.
ResponderEliminarNos encontramos en mi opinión en un nuevo mundo el cual necesita una revisión profunda del urbanismo.
Muy interesante el articulo
ResponderEliminarBrillante trabajo! Gracias por compartir
ResponderEliminarMagnífica información pero lamentablemente no hay citas, por lo cual no es posible verificar la validez de los datos no se pueden utilizar para una investigación
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