La lámina CXXXVII del Plan de Chicago de 1909, obra de
Jules Guerin.
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Las ciudades evolucionan y se nos presentan de forma muy
distinta a como fueron en una época determinada. Por eso, desde nuestro
presente, la diferencia entre las imágenes de antiguas ciudades reales y las de
pasados proyectos urbanos que nunca se realizaron, es mínima. En ambos casos se
nos muestran espacios que no existen (unos por haber sido transformados y otros
porque nunca llegaron a consolidarse) pero que “viven” en nuestra imaginación o
en los testimonios gráficos que hemos recibido.
En 1909 se soñó un
Chicago distinto, pero fueron muy pocas las operaciones que se llevaron a
cabo finalmente. En ese año se redactó un Plan para la ciudad bajo la dirección
de Daniel H. Burnham. La comunicación del Plan contó con un ilustrador excepcional que representó extraordinariamente aquel
Chicago imaginado. El artista norteamericano Jules Guerin fue un maestro en
el dibujo arquitectónico y urbano, y su magnífico trabajo para el Plan de Chicago
de 1909 tuvo una gran repercusión. La popularidad alcanzada por algunas de estas imágenes, hicieron sentir
a ese Chicago como si hubiera sido real, influyendo notablemente en el
desarrollo posterior de la representación urbana.
Consideraciones acerca del Plan de
Chicago de 1909
Chicago, sorprendió al mundo con su reconstrucción tras el
Gran Incendio de 1871, y se convirtió en el centro todas las miradas
arquitectónicas y urbanas. En ese contexto, la ciudad aprovechó la oportunidad
que tuvo para celebrar el cuarto
centenario del descubrimiento de América. Daniel H. Burnham, uno de los
arquitectos más reconocidos de la Primera Escuela de Chicago recibió el encargo de poner en marcha la Exposición Universal
conmemorativa, que finalmente abriría sus puertas en 1893.
En esa muestra se gestaron las nociones de “Ciudad Bella”,
“Ciudad Blanca”, y en general un retorno al clasicismo “Beaux Arts” que tomaría cuerpo con el “City Beautiful Movement”. Burnham,
convencido de ello, intentó materializar dichas ideas en diversos proyectos,
pero la gran oportunidad surgiría cuando en 1906 el Commercial Club de Chicago le encarga la redacción de un Plan
General para la ciudad. Este Plan era, por tanto, una iniciativa privada de un
grupo de empresarios de Chicago que buscaban potenciar su ciudad, para lo cual
decidieron financiar una reflexión propositiva sobre su futuro urbano.
Burnham organizó junto a E.H. Bennet, su equipo y durante
tres años, elaboraron el documento que sería presentado oficialmente en 1909.
El trabajo, muy ambicioso, se conocerá como el Plan de Chicago de 1909 o el Plan
Burnham.
El Plan contempla la ciudad desde la gran escala,
planteándose, con una gran visión unitaria, actuaciones para toda la extensa
área metropolitana de Chicago, costera e interior. Burnham remodela infraestructuras,
tanto viarias como ferroviarias, reorganiza equipamientos, propone nuevas
incorporaciones, e incluso diseña una nueva relación de la ciudad con su lago.
Planta general del Plan de Chicago de 1909.
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A la presentación
oficial del Plan le seguirá una importante campaña de marketing,
imprimiendo una serie limitada de los documentos gráficos (tanto los planos
como las espectaculares perspectivas dibujadas por Jules Guerin). En 1911 se da
un paso más y se difunde una publicación con el contenido completo del Plan, realizando
una gran tirada destinada a los estudiantes. Toda la estrategia de difusión
está dirigida desde una oficina creada a tal efecto que lleva adelante su
cometido con “la agresividad de un representante de comercio”.
Por su parte, Burnham explica su Plan en múltiples foros recalcando
su carácter innovador e integrador, tanto formal como socialmente. En sus
conferencias, Burnham hablaba de equilibrio, de estructuras, de beneficios
inmobiliarios, de la ciudad del futuro, etc. consiguiendo que Chicago acabara
convirtiéndose en una ciudad célebre por su planteamiento urbanístico, recibiendo
cartas y mensajes de todo el mundo manifestando su reconocimiento en este
sentido. Este hecho fue aprovechado por los promotores para publicar un nuevo
libro con todas estas apreciaciones.
Ciertamente, el Plan de Chicago se convertirá en vanguardia
del planeamiento urbano de la época y será admirado por su coordinación entre
lo nuevo y lo existente, por su profundidad y nivel técnico y por la visión
metropolitana y de futuro que plantea. Todo el mundo estaba de acuerdo en
considerarlo un referente que trascendía el ámbito del urbanismo
norteamericano.
Ahora bien, pronto surgirán
incompatibilidades con la legislación urbanística existente, desajustes entre
los medios y recursos necesarios y los fines que se pretendían obtener, en
definitiva, problemas entre la realidad y el deseo que harán que este Plan fuera
ejecutado en una mínima parte.
Aunque el Plan de Chicago de 1909 será analizado con detalle próximamente
en este blog, adelantamos aquí algunos de sus
rasgos formales más característicos.
El Plan replanteaba
las jerarquías urbanas, potenciando determinados ejes de la cuadrícula
preexistente y proponiendo nuevas vías que rompían la ortogonalidad. Entre estas,
destaca el trazado de muchas diagonales que buscaban ofrecer a la ciudad una
mejora en su conectividad y movilidad, así como un aumento de variedad y
riqueza espacial. La vía más llamativa entre las que negaban la base, es el
gran bulevar-arco que conectaba tres grandes parques, dos en sus extremos y uno
en el centro (que serviría a su vez de remate al gran eje de simetría que se
proponía). Con todo esto se pretendía recualificar una periferia que se
encontraba altamente degradada.
Esa vía principal
de la ciudad (en dirección Este-Oeste), que actuaría como eje de simetría partía
de la potenciación de Congress Street.
El contacto con el lago, se apoyaba en el Grant
Park que sería remodelado hasta convertirlo en la entrada monumental al downtown de Chicago. La Michigan Avenue se convertía así en el
frente que la ciudad ofrece como imagen exterior. Hacia el interior, el gran
eje, una vez abandonado el Loop y
traspasado el Chicago River, llegaba
al gran nodo urbano, el Civic Center,
que con un diseño monumental se convertiría en el nuevo corazón de Chicago.
El Plan,
también reordenaba el sistema ferroviario y ofrecía indicaciones acerca de cómo
organizar los crecimientos futuros en coherencia con las nuevas directrices de
una “Ciudad Bella”.
La actuación
ribereña es otra de las señas de identidad del Plan. Se proponía, por el sur,
la ganancia de terreno al lago para crear una franja de tierra paralela a la
línea de costa dejando una laguna intermedia (entre el centro y Jackson Park en el sur). Este nuevo
espacio estaría concebido como un parque lineal para actividades públicas y de
ocio. Destacaban igualmente la propuesta de dos muelles longitudinales que se
adentraban perpendicularmente en el lago. Solamente una parte de estas
actuaciones fue realizada (el muelle norte y una pequeña parte de la franja de
tierra, la Northerly Island).
La Exposición Internacional de 1933 que acogió Chicago (Century
of Progress International Exposition) fue alojada en la Northerly Island y su
lago interior.
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El Chicago imaginado
por Daniel Burnham y Jules Guerin.
Jules Guerin (1866-1946) fue un
extraordinario ilustrador norteamericano. Nacido en St. Louis se desplazó a Chicago para estudiar
Arte en 1880. Allí comenzaría a trabajar en el mundo del teatro, decorando
telones y escenografías. Entonces realizaría alguno de los dibujos para la
Exposición Universal de 1893, que le granjearían el aprecio de Daniel H. Burnham
quien recurriría a él en varias ocasiones en el futuro (particularmente en el
caso que nos ocupa).
Instalado en
Nueva York desde 1900, comenzó a colaborar con arquitectos para ilustrar sus
proyectos, con especial atención a las composiciones urbanas. Una de las
colaboración más fructíferas fue con Charles McKim (de McKim, Mead &White) en la elaboración del McMillan Plan para Washington.
Estos
trabajos le proporcionaron un gran prestigio como dibujante de arquitectura. Burnham, que
también formó parte de la comisión McMillan, lo llamó para realizar algunas de
las imágenes que visualizarían sus propuestas para el Plan de Chicago de 1909.
Guerin realizó unas maravillosas ilustraciones de gran originalidad.
Tras sus
estudios en Chicago, Guerin había viajado a París donde permaneció un tiempo
perfeccionando su estilo con Jean-Joseph Benjamin-Constant (1845-1902), pintor
francés muy interesado por las temáticas orientalistas y que resultó muy influyente
en el joven Guerin. Durante esa época, viajó por Europa y el norte de África,
recopilando material que le sirvió para publicar una serie de libros que le
reportarían mucho prestigio. En ellos manifestaba su interés por la
arquitectura y los paisajes exóticos. Destacan los libros dedicados a The Chateaux of Touraine, publicado en
1906, o Egypt and its Monuments, de
1908.
Al final de
su carrera, Jules Guerin también fue muralista, trabajando en estaciones de
ferrocarril (como en Penn Station en
Nueva York) y edificios públicos y de instituciones financieras (son reseñables
sus murales para el Lincoln Memorial
en Washington DC).
Ilustraciones de Jules Guerin procedentes de su publicación
“The
Chateaux of Touraine” (1906)
Ilustraciones de Jules Guerin procedentes de su
publicación “Egypt and its Monuments” (1908)
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El estilo de Guerin se encuentra en
sintonía con las propuestas gráficas del Art
Nouveau, pero sin caer en el decorativismo tan habitual en otros artistas.
Su sentido del color, en general delicado, le lleva a proponer en ocasiones tintas
planas y en otras muy matizadas, pero siempre para reforzar la base realizada
con un dibujo poderoso y bien definido.
Para el Plan de Chicago de 1909, Jules
Guerin realizó varias ilustraciones de muy diversa factura. La elección de los diferentes y
variados puntos de vistas, que van desde las perspectivas aéreas (vistas de
pájaro) con diferentes alturas, hasta magníficas imágenes a nivel de peatón,
pasando incluso por algún plano, estaba relacionada con el deseo de comunicar
de la mejor manera las propuestas del Plan. En las láminas realizadas por
Guerin aparecen atardeceres, visiones nocturnas o a pleno sol que intentan,
además resaltar el atractivo de una
ciudad que quería replantearse su futuro. Los dibujos del artista conjugan una
mirada poética en muchos casos, con la descripción minuciosa en otros. La intensa campaña de comunicación del Plan
hizo que estas ilustraciones fueran muy populares y que desde esa notoriedad
influyeran mucho en la representación posterior de otros planes de otras
ciudades. Veamos algunas de ellas.
La primera lámina (numero I) del Plan de Chicago de
1909.
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La primera lámina del Plan (numero I) es la titulada “Bird’s eye view,
showing the location of the City on the shores of lake Michigan, together with
the smaller surrounding Towns connected with Chicago by radiating arteries”
(Vista de pájaro, mostrando la ubicación
de la ciudad en las orillas del lago Michigan, junto con los municipios menores
de los alrededores conectado con Chicago por arterias radiales). El
elevadísimo punto de vista adoptado con el objetivo de comprender el entorno
territorial de Chicago, convierte a esta lámina en una visión de gran
originalidad en la representación urbana. Las cartografías anteriores que
deseaban mostrar las relaciones entre la ciudad y sus alrededores lo hacían en
planta. El planeamiento de esta perspectiva aérea pretende “humanizar” la
visión, en unos tiempos en los que ya se había comenzado la “conquista del aire”.
La visión propuesta por Guerin sería muy influyente en posteriores
representaciones urbanas y territoriales.
Lámina CXXXVII.
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La lamina CXXXVII del Plan, “View of the proposed development in the
center of the city, from Twenty-Second Street to Chicago Avenue looking towards
the east over the Civic Center to Gran and Lake Michigan” (Vista de la propuesta de desarrollo en el
centro de la ciudad, desde la Calle 22 hasta la Avenida Chicago, mirando hacia
el este, sobre el Centro Cívico hacia el parque Grant y el lago Michigan) vuelve
a presentar la ciudad desde una vista de pájaro, desde el oeste hacia el lago.
Se muestra el proyecto de una laguna antes de la conexión entre el rio y el
Lago Michigan formalizada a partir del muelle norte en el que se proyectaban
las actividades de ocio. A la derecha se aprecia la actual Northerly Island, que como ya se ha comentado era el final de la franja
de conexión con Jackson Park.
Lámina LXXXVII.
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Guerin dibujó
un atardecer desde el lago Michigan en la lámina LXXXVII titulada “View
looking west over the city, showing the proposed Civic Center, the grand axis,
Grant park, and the Harbor” (Vista
hacia el oeste de la ciudad, que muestra el Centro Cívico propuesto, el gran
Eje, el parque Grant, y el puerto), apreciándose el trabajado borde
acuático propuesto por el Plan y que tendría una realización solamente parcial.
El muelle sur (que prolongaba la calle 22) no se construiría, mientras que el
norte sí sería ejecutado. En cambio, la isla que acompañaba ese muelle sur, si
se haría real, mientras que la del muelle norte quedaría en el olvido.
Lámina CXXXII.
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El dibujo de
Guerin titulado “View, looking west, of
the proposed Civic Center Plaza, and Buildings, showing it as the center of the
system of arteries of circulation and of the surrounding country” (Vista, mirando al oeste, de la propuesta de
Plaza del Centro Cívico y sus edificios, mostrándola como centro del sistema de
arterias de circulación y de la región del entorno, lámina CXXXII) muestral el gran bulevar
central proyectado que se debía convertir en el eje principal este-oeste de la
ciudad extendiéndose desde Grant Park
hasta más allá del nuevo edificio del Centro Cívico que se pretendía. Este eje
coincidía con Congress Parkway , y
que aunque no llegó a construirse como preveía el Plan, si se convirtió en una
gran arteria urbana, por donde actualmente accede al centro la Dwight D. Eisenhower Expressway . El
impresionante edificio del Civic Center
se ubicaba aproximadamente en el cruce Congress
Parkway con Halsted Street.
El dibujo del monumental Civic Center muestra muchas de
las claves del estilo arquitectónico de Guerin.
El gran espacio previsto para los equipamientos y
la gran plaza acabaría siendo ocupado por el Circle Interchange, el gran cruce viario donde la Dwight D. Eisenhower Expressway se cruza
con la Kennedy Expressway que recorre
la ciudad de norte a sur (aunque desde el cruce hacia el sur pase a denominarse
Dan Ryan Expressway).
Lámina CVII.
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La lámina CVII titulada “View looking north on the south branch of the Chicago River, showing
the suggested arrangement of streets and ways for teaming and reception of
freight by boat, at different levels” (Vista
hacia el norte de la rama sur del río Chicago, que muestra la disposición
sugerida de calles y caminos para la coordinación y recepción de las mercancías
por barco, en diferentes niveles) refleja una de las propuestas del Plan,
la mejora de la circulación y particularmente en el frente fluvial del centro
urbano, por medio de circulaciones a diferentes niveles. La inspiración de este
tipo de propuestas (irrealizadas) llegaba directamente de París y del Sena,
como puede comprobarse por los dobles tráficos en ambos márgenes del rio.
Lámina CXII.
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Guerin representó
la propuesta para Michigan Avenue (lámina CXII)
con el título “Proposed Boulevard to
Connect North and South Sides of the River; View Looking North from Washington
Street” (Bulevar propuesto para
conectar las zonas norte y sur del río; Vista mirando hacía el norte desde la
calle Washington). La vista se realiza desde el sur, apreciándose el cruce
con el Chicago River y su
prolongación hacia el norte procurando una continuidad visual y espacial entre
las dos partes de la ciudad que separa el rio en esa zona. La vía ofrece una
anchura y una magnificencia que finalmente no recibiría. Ciertamente Michigan
Avenue se acabaría convirtiendo en el gran “centrolineal” de Chicago, pero
con unas claves similares al resto de las calles importantes de la ciudad.
La primera
calle que cruza por la izquierda es Randolph
Street y por la derecha se observa una incipiente zona ajardinada (en donde
actualmente se encuentra el Millenium Park)
Lámina CXXI.
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La lámina CXXI "Proposed Twelfth Street Boulevard at its Intersections with Michigan
Avenue and Ashland Avenue " (Propuesta
de Bulevar para la calle 12 y sus intersecciones con las avenidas Michigan y
Ashland) muestra Twelfth Street (actualmente
denominada Roosevelt Road) vista
desde el norte, atravesando en diagonal el dibujo. En la orilla este del Chicago River (la parte más cercana del
dibujo) aparecen las terminales de ferrocarril que el Plan preveía en esa
localización (y que no se construyeron). Al oeste del rio, la vía adquiría un
carácter más elegante proponiendo un bulevar ajardinado central.
Lámina CXXVII
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La lámina CXXVII, “Bird’s-eye view at night of Grant Park, the façade of the city, the proposed
harbor and the lagoons of the proposed park on the south shore” (Vista nocturna de pájaro de Grant Park,
la fachada de la ciudad, el Puerto propuesto y el lago del parquet propuesto en
la Ribera sur) es una de las ilustraciones más originales en las que
aparece un Chicago nocturno repleto de actividad portuaria, con numerosas embarcaciones
de todo tipo y con una ciudad fuertemente iluminada. Al fondo se ve el inicio
de la franja de tierra que debía ganarse al lago Michigan y del proyectado lago
interior.
Lámina LI.
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La lámina LI, "View looking south over the lagoons of the proposed park for the south
shore" (Vista mirando hacia el
sur sobre los lagos del parque propuesto para la ribera sur), es uno de los
dibujos menos “urbanos” ya que Guerin muestra en el aspecto más “naturalizado”
que se pretendía conseguir en la proyectada franja de tierra que se deseaba
ganar al lago.
Las
ilustraciones realizadas situaban las propuestas del Plan sobre las bases
reales de la ciudad de principios de siglo. No obstante, el Chicago que dibujó Jules Guerin no llegó a existir, o al menos
no completamente porque solo unas pocas operaciones fueron finalmente
ejecutadas. Pero independientemente de
esta circunstancia, sus representaciones fueron muy influyentes en la
representación urbana y en la cartografía de las siguientes décadas. No
cabe duda de que el extraordinario esfuerzo de comunicación realizado por los
promotores del Plan, el Commercial Club,
popularizó estas imágenes, implantándolas en el inconsciente colectivo como si
ese Chicago hubiera sido real.
Muy interesante y realmente conciso y legible. Buen trabajo, podrías proporcionar las fuentes bibliográficas?
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